El portugués en Asia, donde llegó a ser la «lengua franca» del comercio con Europa en los siglos XVI y XVII, está en la actualidad en vías de extinción. Su tabla de salvación es Timor Oriental, la pequeña república insular de 1,1 millones de habitantes.
Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe y en especial Brasil son los que hoy ayudan a colocar al portugués como la tercera lengua internacional del planeta.
Es que el crecimiento poblacional cero del ya pequeño Portugal, con sólo 10,2 millones de habitantes, hace que su aporte sea casi insignificante en la cifra global de lusófonos.
La modesta población de Timor Oriental en poco contribuye a que el portugués se coloque detrás del inglés y del español, al sumar 235,3 millones de usuarios de esta lengua en cuatro continentes.
Pero el hecho de que este país insular sea el último bastión del idioma en Asia encierra un carácter simbólico importante para Portugal.
En Sri Lanka, los vestigios lusitanos se reducen a familias que hasta hoy se llaman Da Silva, Da Costa o Fernandes, y en Malasia, no son más de 3.000 los últimos "resistentes" que todavía hablan portugués en Malaca.
En tanto, en el que fue hasta diciembre de 1999 su enclave de Macao, el idioma mayoritario siempre fue el chino-cantonés, ya que el portugués lo dominan sólo 37.000 de su medio millón de habitantes.
Los portugueses llegaron a India con Vasco da Gama en 1498 y salieron en 1961, pero en las ex posesiones, de Goa, Diu y Damão, sólo los ancianos persisten en conservar este idioma, al tiempo que continúan siguiendo con pasión las vicisitudes futbolísticas de la selección nacional lusitana y de los equipos de Benfica, Sporting-Lisboa y Porto FC.
En asuntos relacionados con su expansión, desarrollo y hasta permanencia, el idioma cuenta con el contundente ímpetu de Brasil, que con sus 188 millones de habitantes calculados en 2006 y su enorme peso político, económico y diplomático poco a poco ha ido ocupando el lugar de portaestandarte de la lusofonía.
Sin embargo, por ahora el compromiso de Brasil con Timor Oriental es limitado, porque el gigante país sudamericano, parece más interesado en marcar presencia en el grupo de los cinco luso-africanos, que suman 36 millones de habitantes.
Cabe a Portugal todo el apoyo lingüístico a la joven república asiática, independiente desde mayo de 2002 tras cuatro siglos y medio de colonialismo lusitano y 25 años de ocupación de Indonesia, que prohibió el idioma portugués e implantó el bahasa indonesio.
Las acciones en el terreno están a cargo del Instituto Portugués de Apoyo al Desarrollo (IPAD), que desde 2000 realiza un vasto programa que da especial realce a la reintroducción y consolidación de la lengua portuguesa.
El programa se lleva a cabo "a través de una estrategia definida conjuntamente con las autoridades timorenses, en el marco del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio (de la Organización de las Naciones Unidas) y del Plan de Desarrollo Nacional", dijo en entrevista a IPS el presidente del IPAD, Manuel Correia.
El IPAD, junto al Ministerio de Educación y Cultura de Timor Oriental y a la Universidad Nacional, "creó un bachillerato dirigido a los maestros timorenses en funciones, donde son dictados cursos de enseñanza primaria, matemáticas, física, química, biología, historia, geografía y lengua portuguesa, contando con el apoyo de profesores reclutados por la Agencia Brasileña de Cooperación", explicó.
En la actualidad, "el programa privilegia la formación de profesores y de funcionarios públicos (que deben realizar funciones) en lengua portuguesa", añadió.
Correia apuntó que "la reciente aprobación de la Política Nacional de Educación y de la Ley Orgánica del Ministerio de Educación y Cultura, donde el portugués es considerado el idioma de instrucción y el tetum, la lengua nacional timorense, auxiliar didáctico, constituye una señal inequívoca de que el proyecto de reintroducción del portugués se encuentra perfectamente alineado con las opciones políticas de las autoridades del país".
El presidente del IPAD hizo hincapié en la importancia de un proyecto "que se lleva a cabo en los 13 distritos del país, involucrando actualmente a casi 11.500 timorenses, 6.500 de los cuales son educadores, y hay que tener en cuenta que el número total en el sistema de enseñanza de Timor Oriental es de 7.200 profesores".
En Timor Oriental "se ha verificado un interés creciente por el aprendizaje de la lengua portuguesa, muy en especial en las generaciones más jóvenes en un país donde cerca de 50 por ciento de la población tiene menos de 18 años", concluyó Correia.
El esfuerzo para la reintroducción del idioma incluye también la transmisión satelital las 24 horas del día de la estatal Radio Televisión Portuguesa, que ofrece cotidianamente a los timorenses una vasta programación de noticias, reportajes, filmes y populares telenovelas (culebrones) brasileñas.
En un amplio reportaje divulgado el 7 de este mes por el matutino Público, de Lisboa, el analista Paulo Moura sostiene que "el problema lingüístico es fundamental en Timor, porque está en causa la propia identidad del nuevo país".
Moura subraya que, después del uso normal y oficial del tetum, "la importancia del portugués parece consensual", pero advierte que "todas las personas con menos de 30 años, es decir, la aplastante mayoría de la población, no habla portugués", contrariando las estimaciones del IPAD.
La mayoría de los universitarios estudiaron en Australia o en Indonesia, por lo cual debieron aprender inglés o bahasa, lo que "hace difícil explicarles hoy la importancia del portugués y, peor todavía, cuando ven que las elites políticas privilegiadas hablan este idioma".
En efecto, gran parte de la diáspora timorense se educó en universidades de Portugal y de Mozambique, mientras que la guerrilla dirigida por el ahora ex presidente José Alexandre Xanana Gusmão, durante las dos décadas en que se mantuvo en la densa selva combatiendo al ejército de Indonesia, usó el portugués como "lengua de la resistencia".
A los que estudiaron en Australia o en Indonesia "les está vedado el acceso a puestos en la administración pública por no hablar la lengua ahora oficial, por lo cual entre estos jóvenes ha cundido alguna animosidad contra Portugal y su lengua", apunta Moura.
En el debate sobre el idioma, saltaron a la primera plana las opiniones de las principales figuras públicas. El ex primer ministro Mari Alkatiri reconoce que "el portugués no es la lengua de la unidad, pero es el idioma de la identidad".
José Ramos-Horta, al recibir al canciller portugués Luís Amado cuando asumió la presidencia de Timor Oriental el 20 de este mes, afirmó que "no hay más debate sobre la lengua oficial", porque los programas apoyados por Lisboa desde hace cinco años "ya comienzan a producir resultados".
"También debemos dar atención a la enseñanza del bahasa y del inglés, como lenguas de comunicación y de acceso a la ciencia y tecnología", pero sin negar nuestra identidad, porque "las relaciones con Portugal son históricas, culturales, de relaciones humanas muy profundas, que también tienen una vertiente pragmática para nosotros", explicó el mandatario.
Ramos-Horta recordó que "quien más ha defendido los intereses de Timor dentro de la Unión Europea ha sido Portugal, por lo cual no podemos darnos el lujo de perder a ese amigo que nos franquea las puertas de ese bloque y que nos garantizó durante estos años que nuestro pequeño y distante país haya recibido una atención poco común".