«No buscamos ni un derecho más o menos que las otras personas, queremos exactamente los mismos», dice la transexual mexicana Sofía Valero, quien forma parte del universo de millones de latinoamericanos rechazados por su orientación sexual y expuestos a sufrir torturas, mutilaciones y muerte.
En Brasil fueron asesinadas por homofobia 2.511 personas entre 1980 y 2005, en México se estima que 1.000 en los últimos nueve años y en Argentina 50 entre 1989 y 2004.
Tales datos fueron presentados en México por representantes del gobierno, funcionarios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y activistas, en una conferencia con motivo del "Día contra la Homofobia", celebrado este jueves en la capital de México por decreto de la alcaldía.
Activistas demandan que el resto de ciudades y países de la región, así como la Organización de las Naciones Unidas, declaren también al 17 de mayo Día contra la Homofobia. La fecha coincide este año con el aniversario 17 en que la Organización Mundial de la Salud dejó de considerar a la homosexualidad una enfermedad.
"La fecha es un muy importante, pues es la ocasión para reconocer que nuestros derechos son violados, que aún nos asesinan, y que falta mucho por hacer para respetarnos", señaló a IPS Valero, activista del Frente Ciudadano Pro Derechos de Transexuales y Transgéneros de México.
América Latina y el Caribe es la región donde se comete el mayor número de crímenes homofóbicos en el mundo, indica, sin dar cifras, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en un estudio sobre las campañas contra la homofobia que se desarrollaron los últimos años en Argentina, Brasil, Colombia y México.
Valero de 23 años, quien tiene un físico claramente femenino, estuvo a punto de ser una de las asesinadas en la región. En una ocasión fue detenida por policías que amenazaron con llevarla detenida por "faltas a la moral", aunque lo único que hacía era caminar hacia su casa, según relató.
Fue subida a una patrulla en la que circularon durante varias horas. "Al ver que no traía dinero, me dijeron que debía pagar de una manera que hasta me iba a gustar, me dijeron que se las iba a tener que mamar a los dos. Me negué y de inmediato sacaron la pistola, me la pusieron en la cabeza y me obligaron a hacerlo, después me abandonaron en medio de la nada, sola, humillada y violada".
"¿Ese es el precio que tengo que pagar por ser diferente, por ser honesta conmigo misma y tener el valor de ser como me siento: una mujer?", preguntó.
No hay cifras disponibles sobre el número de homosexuales, bisexuales y transexuales que hay en América Latina y el Caribe. Para el primer caso, la OPS estima que entre seis y 20 por ciento de los hombres de la región tuvieron alguna vez sexo con otros hombres.
La discriminación y violación de los derechos humanos de millones de personas por su orientación sexual es un hecho palpable en toda la región, dijo el representante de la OPS en México, Philippe Lamy.
Esa situación complica el combate contra la expansión del VIH (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida, e impide que quienes ya sean portadores de ese virus reciban tratamiento adecuado, apuntó.
En América Latina y el Caribe viven alrededor de dos millones de personas de entre 15 y 49 años con VIH/Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Entre las personas más afectadas están los homosexuales, transexuales y bisexuales.
"Somos vulnerables porque somos discriminadas y enfrentamos el acoso, la burla y la agresión", expresó Valero.
Los transexuales demandan leyes que les faciliten cambiar sin problemas sus papeles de identidad y realizarse cirugías para modificar su fisiología masculina. "Sin esos derechos, vives acosada por la sociedad y atrapada en un cuerpo que no te corresponde", declaró Valero.
Para luchar contra la homofobia y frenar el avance del VIH, entre 2002 y 2005, los gobiernos, apoyados por activistas, realizaron masivas campañas de comunicación en Argentina, Brasil, Colombia y México, que según la OPS tuvo un costo de 4,2 millones de dólares.
Esas campañas presentaron a parejas no heterosexuales desde una visión no discriminatoria y aprovecharon la controversia creada sobre el tema para generar un debate público, "en algunos casos sin precedentes, entre la sociedad civil y el gobierno", indicó la agencia.
No obstante, no existe forma de demostrar que generaron impacto y cambios de actitudes, pues ninguna incluyó mecanismos de evaluación, lamentó la OPS.
El lema de la campaña en Argentina, realizada entre agosto y noviembre de 2004 y marzo y mayo de 2005 fue "Son más las cosas que NO transmiten VIH/Sida que las que SI".
En Brasil, donde se efectuó entre junio y julio de 2002, el lema fue "Respetar las diferencias es tan importante como usar preservativos". En Colombia, la campaña fue desplegada en 2004 y 2005 bajo el slogan "No Da…Si Da, ¿De qué lado estás?".
En el caso de México se realizó de abril a diciembre de 2005. En este país se usaron dos lemas: "La homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí" y por "Un México incluyente, tolerante y plural".
La OPS saludó todas estas iniciativas, pero sugirió que en el futuro incluyan mecanismos de medición.
La agencia enumeró entre los "indicios de éxito" de las campañas, el haber tenido "el apoyo integral de las autoridades, a pesar de los riesgos políticos", su "alto nivel de difusión en los medios de comunicación" y el hecho que "nuevos actores se sumaron a la lucha contra la homofobia y el avance del VIH".
Activistas demandan continuar con tales iniciativas. "Hemos avanzado mucho, pero faltan leyes y un cambio de actitudes para que todos tengamos los mismos derechos", consideró la activista del Frente Ciudadano Pro Derechos de Transexuales y Transgéneros de México.