El conflicto entre poderes del Estado de Ucrania escaló esta semana otro grado, tras la postergación de las elecciones legislativas anticipadas resuelta por el prooccidental presidente Viktor Yushchenko.
La medida es considerada "inconstitucional" por la mayoría del parlamento y por la jefatura del gobierno que encabeza el primer ministro prorruso Viktor Yanukovich.
El 2 de este mes, el presidente Yushchenko disolvió el parlamento y llamó a elecciones anticipadas para el 27 de mayo, en medio de cuestionamientos de la mayoría de los legisladores favorables al gabinete del primer ministro Yanukovich.
Pero el miércoles firmó otro decreto por el cual posterga esos comicios para el 24 de junio.
El presidente Yushchenko había denunciado antes que el gobierno estaba usurpando el poder. Mientras, la mayoría parlamentaria, que apoya al primer ministro, acusó al jefe de Estado de violar la constitución.
Yushchenko llamó a elecciones legislativas anticipadas a raíz de la deserción de varios parlamentarios de su partido. Pero expertos consideran discutible su interpretación de la ley, según la cual los legisladores deben aferrarse al mandato del partido por el que fueron elegidos.
Pero también señalan que el cuerpo legislativo debió acatar el decreto presidencial, abandonar sus escaños y sólo después apelar ante el Tribunal Constitucional, órgano que tiene la última palabra a este respecto.
Las naciones europeas también se mostraron preocupadas por la crisis ucraniana.
La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa reclamó la semana pasada una solución legal y constitucional al asunto, y señaló que los mandatos vinculantes, tal como los concibe el presidente Yushchenko, son inadmisibles en un país democrático.
Yushchenko anunció su disposición a suspender temporalmente el decreto a cambio de concesiones políticas.
El principal reclamo del presidente sigue siendo la realización de elecciones anticipadas. Entonces Yushchenko sí permitiría que el parlamento siguiera funcionando para enmendar las leyes y preparar los comicios.
Además propuso crear una comisión que reformaría la Constitución con miras a un referéndum.
El primer ministro Viktor Yanukovich, del gobernante Partido de Regiones, advirtió que se acerca una crisis económica, pero accedió a la convocatoria de elecciones anticipadas si se realizan en simultáneo con las presidenciales.
Varias encuestadoras pronosticaron que los comicios anticipados, ahora previstos para el 27 de junio, probablemente no impliquen cambios en el equilibrio de fuerzas del parlamento y sería una oportunidad para que el primer ministro Yanukovich renueve su legitimidad ante el electorado.
Mientras, la líder radical opositora Yuliya Timoshenko cree que podrá aumentar su representación legislativa a expensas del moderado Partido Nuestra Ucrania, del presidente Yushchenko.
En cambio, las elecciones presidenciales podrían resultar catastróficas para Yushchenko, dados los bajos índices de aprobación que tiene.
El presidente y los principales partidos con representación parlamentaria prometieron respetar el fallo del Tribunal, con excepción de Yuliya Timoshenko, quien arguyó que ese cuerpo era "corrupto", "tendencioso" e "ilegítimo".
La líder radical ya anunció que, sin importar el dictamen del Tribunal, sus representantes renunciarían a su banca, restando así legitimidad al parlamento.
Aún así, varios legisladores del partido de Timoshenko, como el viceprimer ministro Mykola Tomenko, criticaron su iniciativa y se opusieron a los comicios anticipados, advirtiendo que el electorado de oposición está demasiado desilusionado e indiferente.
También corren rumores de que la oposición, que no confía en que el Tribunal Constitucional legitime el decreto presidencial, demora los procedimientos en forma deliberada para realizar las elecciones antes de que ese órgano se expida.
Varios funcionarios se quejaron del bloqueo de la entrada a la sede del tribunal por varios manifestantes de la oposición afín de perturbar el proceso. Un legislador leal a Timoshenko denunció el soborno de un magistrado.
La fiscalía desechó las acusaciones por falta de pruebas objetivas y lanzó una investigación penal ante la posibilidad de que se intente interferir con el trabajo de los magistrados.
Amenazas de juicios y denuncias de presiones y sobornos fueron proferidas por todas las partes involucradas, impulsando incluso a algunos jueces a solicitar protección.
Los políticos rivales desestimaron la posibilidad de un estallido de violencia, a pesar de que las encuestas indican que uno de cada tres ucranianos entrevistados teme que los enfrentamientos políticos terminen de esa forma.
Las naciones occidentales y Rusia mantienen con Ucrania mayor distancia que a fines de 2004, tras las protestas populares contra el fraude electoral en favor del presidente Yushchenko.
Según los analistas, el hoy primer ministro Yanukovich, perdedor de la llamada "Revolución Naranja", ocurrida entre noviembre de 2004 y enero de 2005, comenzó a adoptar una postura más prooccidental desde entonces, queriendo formar parte de la Unión Europea (UE).
Pero la oposición, y en especial Yuliya Timoshenko, insiste en que el primer ministro Yanukovich es una figura del régimen anterior, un político prorruso que pone en peligro la independencia del país.
La neutralidad de las naciones de Europa occidental respecto de la crisis avalaría la creciente aceptación que concita el primer ministro en Occidente.
"Ni la UE ni Estados Unidos quieren pronunciarse abiertamente a favor de ninguna de las partes involucradas", dijo a IPS Aleksey Tolpygo, analista del Centro de Investigaciones Políticas y de Conflictividad, con sede en Kiev, la capital ucraniana. "La experiencia de 2004 y la consiguiente desilusión no se han borrado y la UE comprendió que Yanukovich no les pide tanto", sostuvo.
Según Tolpygo, Rusia también aprendió su lección de la "Revolución Naranja", cuando su intervención precipitó el respaldo de la población a las fuerzas prooccidentales.
Ese país se niega a interferir en la actual crisis ucraniana, aunque varios expertos y legisladores realizaron declaraciones condenando la conducta de la oposición en Ucrania.
"Rusia y la UE prefieren no involucrarse demasiado en esta situación", indicó a IPS.
El primer ministro Yanukovich se mostró a favor de la mediación de naciones occidentales, pero una vez que se hayan agotado todas las soluciones posibles en el ámbito local. (FIN/IPS/traen-vf/zd/ss/eu ip/07)