MUJERES-AMÉRICA LATINA: Justicia machista

Los hombres siguen siendo mayoría en el sistema de justicia de América Latina, en especial en los cargos de mayor responsabilidad, confirmó el estudio presentado en un foro internacional realizado este miércoles en la capital argentina.

"Lo que primero se observa es que ellas acceden menos que los hombres (a los cargos) en toda la región y que la segregación es mayor a medida que sube la pirámide dentro del Poder Judicial", dijo a IPS Luz Piedad Caicedo, de la organización no gubernamental Humanas Colombia, y de la Articulación regional Justicia y Genero.

El Seminario Internacional sobre las Mujeres en las Profesiones Jurídicas reunió en Buenos Aires a abogadas, juezas, funcionarios judiciales y académicas de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia y seis países de América Latina.

La investigación, titulada "Diagnóstico de la situación de las mujeres al interior del sistema de administración de justicia. Nociones jurídicas y percepciones culturales en seis países latinoamericanos: Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú", fue realizada por distintas organizaciones de mujeres en cada uno de esos países.

Las conclusiones del estudio no se corresponden con el aumento creciente de mujeres en las carreras universitarias de derecho, que son mayoría en muchos países. También contrasta con lo que ocurre en Francia, donde una mayoría creciente son juezas, según la experta Anne Boigeol, del Centro Nacional de Investigación Científica.

El trabajo se hizo en base a la encuesta de igual cantidad de hombres y de mujeres que se desempeñan en fiscalías y en tribunales de distintas instancias, incluyendo camaristas y magistrados de corte supremas de los seis países. Así se comprobaron "problemas comunes y también particularidades de cada país", explicó Caicedo durante la presentación.

En todos los países estudiados, los hombres son mayoría entre jueces y fiscales.

En Argentina, los hombres son 64 por ciento, en Bolivia 61 por ciento, en Perú 65 por ciento y en Ecuador llegan a 83 por ciento. En cambio en Colombia la proporción de hombres baja a 52 por ciento y en Chile 56 por ciento.

El principal destino de las mujeres es el área del derecho de familia, considerado socialmente como el más vinculado al mundo femenino y el de menos prestigio profesional.

Pero también hay mayor acceso de mujeres en tribunales nuevos, como son los casos de Argentina y Chile, o en los que hay restricciones de acción positiva, como en la ciudad de Buenos Aires.

Respecto de las percepciones sobre mecanismos de ascenso, 68 por ciento de los encuestados y encuestadas los consideran "adecuados" o "muy adecuados".Empero, al detallar los resultados por género se ve que, mientras 77 por ciento de los hombres los considera así, la misma valoración entre ellas baja a 59 por ciento.

Si se desglosa el promedio general por país, las inequidades parecen ser mayores. Por ejemplo, 93 por ciento de los bolivianos consideran que los mecanismos de ascenso son los adecuados, pero sólo 42 por ciento de las bolivianas las considera de ese modo.

Cuando se les pregunta a los protagonistas por qué creen que ellos llegan con más facilidad a los cargos desde los que se imparte justicia, las respuestas también difieren según el género. Una de las más votadas es el machismo dominante en la cultura judicial.

En Chile, 46 por ciento de las mujeres consideró que el machismo incide en la llegada de los hombres a esos cargos y sólo 24 por ciento de los hombres coincidió.

En Ecuador, 28 por ciento de mujeres respondieron que el machismo es el motor de llegada de los varones y apenas nueve por ciento de los hombres le dio la razón.

El estudio sugiere que los estereotipos juegan también en el acceso. Las investigadoras preguntaron cuáles son las cualidades de los hombres que les permiten llegar y ellos destacan su formación y experiencia. Ellas lo adjudicaron en cambio a sus contactos políticos y les atribuyeron ser más ecuánimes.

Respecto de las cualidades, los hombres sostienen que las mujeres consiguen los cargos judiciales por ser más metódicas, por su compromiso, constancia y capacidad de empatía y negociación. En Ecuador y Perú, un elevado porcentaje de varones y mujeres aseguraron además que ellas son más honestas.

Cuando se les consulta por las razones de este acceso desigual, los hombres explican que ellas "no están interesadas" o "no se capacitan" para los mejores puestos, en cambio ellas creen que "son los mecanismos" judiciales los que las discriminan, además de razones socio-familiares en las que el estudio no profundiza.

La investigación tampoco analiza si un eventual aumento de la participación femenina en el poder judicial repercutirá en una mayor garantía de cumplimiento de los derechos de las mujeres. Caicedo explicó a IPS que, si bien la proporción igualitaria es un derecho en sí mismo, no asegura cambios en la jurisprudencia.

"En muchos casos se ve que hay prejuicios similares en hombres y mujeres", advirtió. También señaló que las herramientas internacionales que aseguran el respeto a los derechos humanos y protegen a las mujeres no son más conocidos por mujeres que por hombres. "El desconocimiento es altísimo y generalizado", remarcó.

La experta sostuvo que, a pesar de que muchos países adoptaron tratados de la Organización de las Naciones Unidas y del sistema interamericano a sus normativas, los encargados de impartir justicia "tienen una mirada muy localista" en sus fallos, y no apelan a estos instrumentos que en algunos temas permitirían fallos más de avanzada.

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