CUBA-ESPAÑA: Señales a Europa

Con el anuncio de la próxima apertura de un mecanismo de diálogo sobre derechos humanos, Cuba y España emitieron un expreso mensaje a la Unión Europea (UE) sobre cómo avanzar cuando se quiere llegar a un entendimiento con esta isla caribeña de régimen socialista.

Cuando de Cuba se trata, "España es la llave de Europa", comentó a IPS el reverendo Raimundo García, director del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo, una de las pocas organizaciones de la sociedad civil cubana que mantiene un espacio de reflexión sistemático sobre derechos humanos.

Como sucedió en 1996, cuando el gobierno de entonces del centroderechista José María Aznar promovió la llamada "posición común" de la UE hacia Cuba, "si España toma la iniciativa", otros países europeos podrían intentar un acercamiento hacia este país caribeño, añadió este pastor bautista.

"Con España se empieza", sostuvo.

Las "claves del éxito" fueron resaltadas por el canciller cubano Felipe Pérez Roque y por su homólogo español, Miguel Ángel Moratinos, quien culminó el martes por la noche una visita de dos días a La Habana.
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A juicio de Pérez Roque, el país integrante del bloque europeo "se ha apartado de un camino de imposiciones y de condicionamiento político", tendencia que ha facilitado el "cierre de una etapa" y el reestablecimiento de "la comunicación y el diálogo político entre los gobiernos".

Moratinos, por su parte, aseguró que había viajado a Cuba "para conocer y escuchar", "compartir y no imponer".

La única manera de trabajar es "a través del diálogo, del entendimiento, abordando todas las cuestiones sensibles, difíciles y complejas que tenemos en la agenda común", afirmó el representante del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, en el marco de la primera llegada a Cuba de un ministro de Relaciones Exteriores de España desde 1998.

Los principios para el mantenimiento de relaciones con la isla aparecen en el comunicado conjunto suscrito al final de la visita de Moratinos y son el respeto a la soberanía, la no injerencia en los asuntos internos, el fortalecimiento del multilateralismo y la solución de las diferencias internacionales por la vía del diálogo y la negociación.

Autoridades habaneras consideran que España se distancia así de la "posición común" de la UE que, en 1996, condicionó las relaciones de cooperación entre ambas partes a la promoción de cambios políticos internos en Cuba y propuso a sus miembros aumentar las presiones sobre el gobierno de Fidel Castro en materia de derechos humanos y de libertades democráticas.

Desde entonces, la UE proclamó entre sus objetivos promover el tránsito de Cuba hacia una democracia pluralista, condición que La Habana no acepta y considera que viola abiertamente el derecho de la población de la isla a elegir su destino, incluido el sistema político.

"España se aventura con audacia, intenta marcar una pauta con la UE, demostrar cuál debe ser el camino a seguir en la relación con Cuba: el no aislamiento y el diálogo eficaz en todas las direcciones", dijo a IPS Manuel Cuesta Morúa, portavoz de Arco Progresista, una organización opositora cercana a la socialdemocracia.

El pastor García precisó que esa buena disposición al diálogo lo había podido comprobar en su último viaje a España, al hablar con "decenas de funcionarios de gobiernos, parlamentarios, representantes de partidos políticos, de sindicatos, organizaciones religiosas y otras de la sociedad civil".

"La conclusión a que pude llegar fue que España estaba en la mejor disposición de iniciar diálogos constructivos y colaboraciones con Cuba y que desde otros países del viejo continente sólo se estaba esperando la iniciativa española para iniciar un fuerte movimiento de acercamiento", explicó. Entre los resultados prácticos de la visita del canciller español se destacan la reanudación de la cooperación bilateral y la firma de un acuerdo para el establecimiento de consultas políticas anuales, incluido el diálogo sobre derechos humanos. "Ninguna cuestión queda excluida a priori de este proceso", asegura el texto del acuerdo.

También se anuncia la búsqueda de soluciones al tema de la deuda cubana (estimada en unos 1.200 millones de dólares), un nuevo acuerdo de promoción y protección recíproca de inversiones y el inicio de conversaciones sobre el Centro Cultural de España en La Habana, gestionado por las autoridades cubanas desde 2003.

El cierre de la institución fue anunciado por La Habana el 14 de junio de ese año, en medio de las crecientes tensiones que sucedieron a la detención de un grupo de 75 disidentes cubanos dos meses antes. España había invertido 3,9 millones de dólares en la restauración de la sede y la había utilizado menos de la mitad de los 20 años previstos en el acuerdo inicial.

Con anterioridad, la UE había aprobado un paquete de medidas que incluía límites a visitas gubernamentales, reducción de la participación de los países miembros de ese bloque en acontecimientos culturales relacionados con Cuba y la intención de invitar a representantes de la oposición interna a las celebraciones de sus fiestas nacionales.

En enero de 2005, el bloque europeo suspendió esas disposiciones, aunque no todos sus embajadores dejaron de invitar representantes de la disidencia a sus recepciones oficiales, el aspecto del paquete que mayor irritación causa al gobierno cubano. España fue el primer país en dar un paso claro en ese camino.

La visita de Moratinos "muestra la vía por la que pueden conducirse las relaciones entre Cuba y la Unión Europea, así como la capacidad y la voluntad de resolver las diferencias mediante el diálogo por encima de la confrontación y los condicionamientos", aseguró el diario Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba.

Como una prueba de los buenos resultados de la gestión española, analistas locales interpretaron el hecho de que el canciller fuera recibido durante dos horas por el presidente en funciones, Raúl Castro. La cita había sido anunciada en Madrid, pero no figuraba en la agenda oficial distribuida a la prensa en La Habana.

El también ministro de Defensa de Cuba sustituye de manera "provisional" a su hermano Fidel Castro, convaleciente desde que fuera intervenido quirúrgicamente de urgencia en julio pasado.

Aunque se esperaba la reunión de algún alto funcionario español con representantes de diferentes sectores de la oposición política interna, finalmente no se produjo en el marco de la estadía de Moratinos.

Empero, tras varios días de incertidumbre, representantes de varios sectores de la oposición interna fueron invitados finalmente este miércoles a un encuentro con el director de Iberoamérica de la cancillería española, Javier Sandomingo, y el embajador en La Habana, Carlos A. Zaldívar.

Sin embargo, a la cita sólo acudieron Cuesta Morúa y Eloy Gutiérrez Menoyo, ambos provenientes de la considerada disidencia moderada. En tanto, Osvaldo Payá, Elizardo Sánchez, Vladimiro Roca, Marta Beatriz Roque y el grupo de las Damas de Blanco, declinaron la invitación tras criticar, desde distintos ángulos, la posición española.

"Tenemos interlocución con todos los sectores de la sociedad cubana, estamos abiertos a todos ellos, los que se quieran entrevistar con nosotros y verse, se ven, porque nuestro compromiso en materia de derechos humanos siempre ha sido inalterable y seguirá inalterable", había asegurado Moratinos al término de su visita a la isla.

Las Damas de Blanco, conformadas por esposas y madres del grupo de 75 disidentes presos en la primavera de 2003, expresaron su descontento por no haber sido recibidas por algún integrante de la delegación española durante la visita de Moratinos.

En tanto, Cuesta Morúa valoró como positivo el hecho de que Cuba esté dispuesta a abrir un proceso para "caminar en el tema espinoso de los derechos humanos" y, al mismo tiempo, llamó al gobierno a "no esperar a que la mesa de diálogo con España se construya y empezar a dar pasos unilaterales en esa dirección".

Aunque el acuerdo bilateral asegura que el diálogo sobre derechos humanos no excluirá ningún tema, el canciller cubano aseguró a la prensa que la agenda con España no contempla la cuestión de los presos políticos en la isla, a quienes catalogó de "mercenarios" al servicio de intereses extranjeros.

"Es imposible empezar a hablar de derechos humanos y no tomar en cuenta las cárceles en Cuba y las personas que están presas por defender los derechos humanos. Habría que empezar por liberar ya a todos los presos políticos que hay en el país", dijo el dirigente opositor tras considerar que el actual proceso debe seguirse con "cautela".

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