AMÉRICA LATINA-UE: Las migraciones de lado

La exclusión del problema migratorio de la XIII Reunión Ministerial del Grupo de Río-Unión Europea, que comenzó este martes en República Dominicana con la atención centrada en la vecina Haití, fue criticada duramente por activistas locales.

El encuentro de cancilleres de países latinoamericanos y de la Unión Europea (UE) analizará hasta este viernes, entre otros asuntos, la situación de extrema pobreza de 80 por ciento de los más de 8,5 millones de haitianos, así como la añeja crisis social e institucional que afronta ese país caribeño, puntos propuestos en la agenda de trabajo por el gobierno dominicano.

La Secretaría (Ministerio) de Relaciones Exteriores del país anfitrión señaló en un comunicado que la "gran expectativa" despertada por la reunión ha traído hasta Santo Domingo a una cincuentena de cancilleres de ambas regiones, además de otros delegados que totalizan unos 2.000.

Sobre la mesa de estudio conjunto también estarán los trastornos derivados del cambio climático, la situación energética y la definición de nuevos mecanismos de cooperación para los países del Sur en desarrollo.

Además están previstas para este jueves reuniones paralelas de la UE tanto con el Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela, como con la Comunidad Andina de Naciones (CAN), actualmente integrada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Chile el proceso de adhesión plena.

El Grupo de Río, hoy el foro político más importante de América Latina y el Caribe, fue creado en 1986 para apoyar los esfuerzos de paz de entonces en América Central y ahora reúne a todos los países del Mercosur y de la CAN, además de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y a Guyana en nombre de los Estados del Caribe.

"Pensábamos que el tema migratorio sería incluido", se lamentó ante IPS Edwin Paraison, ex cónsul general haitiano en República Dominicana durante el gobierno de Jean Bertrand Aristide, derrocado en febrero de 2004, y que hoy sigue residiendo en este país.

"Creímos que era una buena oportunidad para debatir el tema, sobre todo viendo que esta (reunión ministerial) tiene que ver con la situación política de Haití", sostuvo.

El sacerdote Regino Martínez coincidió con Paraison al señalar a IPS que se perdió una buena oportunidad para abordar soluciones a las migraciones, en particular la situación al respecto que afronta República Dominicana con el constante ingreso de haitianos por la frontera terrestre común de 380 kilómetros de largo.

República Dominicana, con 48.000 kilómetros cuadrados de territorio, comparte con Haití la isla La Española, de 77,914 kilómetros cuadrados.

Martínez desarrolla su labor pastoral desde hace más de una década en el fronterizo pueblo de Dajabón, unos 300 kilómetros al noroeste de Santo Domingo y a unos 250 kilómetros de distancia de la capital haitiana, Puerto Príncipe.

Datos no oficiales indican que en República Dominicana, con 8,5 millones de habitantes, residen más de 800.000 haitianos.

Las denuncias sobre maltrato y vejaciones contra los haitianos en suelo dominicano son constantes dentro y fuera del país. Consideran que las deportaciones que de tanto en tanto decreta Santo Domingo obedecen a prácticas inhumanas.

Al respecto, la organización humanitaria Amnistía Internacional, con sede en Londres, publicó días atrás un estudio que revela la discriminación que padecen los haitianos en República Dominicana.

Con el paso de los años el número de haitianos repatriados se ha incrementado. Según el Informe Migración Haitiana y Derechos Humanos, presentado por el Grupo de Apoyo a Repatriados y Refugiados, en 2003 se concretaron 14.700 deportaciones, 15.464 en 2004 y 20.811 en 2005.

Esta problemática se tornó más candente aún en este país luego que las autoridades responsables de emitir las certificaciones de nacimiento cancelaran una investigación en los últimos días con el fin de despojar de la nacionalidad dominicana a Sonia Pierre, de ascendencia haitiana y una activa promotora de los derechos humanos. Las migraciones y sus problemas derivados son temas comunes que afrontan "casi todos los países miembros del Grupo de Río", recordó Paraison. "Muchos gobiernos pueden aportar su experiencia en el caso de República Dominicana y Haití", añadió.

Las autoridades dominicanas señalaron que en la reunión se tratará de conocer los avances institucionales y técnicos que ha logrado Haití, con el objetivo de que la comunidad internacional inicie los desembolsos de los "recursos comprometidos para su desarrollo".

"Esos fondos se han prometido en más de 10 foros internacionales, pero todavía no han llegado a Haití", recordó la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Alejandra Liriano, al tiempo de explicar que el tema de las migraciones puede ser tratado por ambos países de manera independiente y fuera del Grupo de Río.

Haití no forma parte del Grupo de Río, pero su canciller Jean Rénald Clerismé estará presente en condición de invitado especial a esta reunión ministerial con la UE.

El gobierno de Préval, que asumió en mayo del año pasado, cuenta con la asistencia internacional para consolidar la democracia y recuperar la economía, obtenida en distintas instancias, entre ellas la reunión de donantes desarrollada en 2004 en la sede del Banco Mundial en Washington.

Pero de los 1.750 millones de dólares prometidos apenas ha llegado en este tiempo una ínfima cantidad. La comunidad internacional argumentó hasta realizarse las elecciones en febrero de 2006 que no había autoridades confiables para dar manejo a esos fondos.

Ahora, se agregaron sendas resoluciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional podría implicar una reducción de más de 15 por ciento de los 1.300 millones de dólares que les adeuda Haití. También el Banco Interamericano de Desarrollo anunció medidas de alivio.

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