Asfixiados por los cambios políticos, los sindicatos de Rusia han perdido millones de afiliados desde el fin de la era soviética. De hecho, son inexistentes en muchos lugares de trabajo.
La Unión Soviética, de la cual Rusia era la mayor república federada hasta su disolución en 1991, fue una de las principales inspiraciones del movimiento sindical internacional durante mucho tiempo tras la revolución bolchevique de 1917.
Sindicalistas responsabilizan de esa situación a dirigentes políticos que recomiendan a los trabajadores de no involucrarse en actividades de defensa de sus reivindicaciones.
"El cambio político está diezmando nuestros esfuerzos para lograr nuevas adhesiones", dijo a IPS Valery Kravchov, portavoz de la Federación de Sindicatos Independientes. "La gente tiene miedo de participar en manifestaciones públicas."
"Debimos afrontar duros desafíos tras el colapso soviético para alentar la integración regional y crear una estrategia común concentrada en valores como el trabajo decente, derechos humanos, diálogo social y planes de seguridad social adecuados", agregó.
"Parece que se cierra gradualmente una era en la historia mundial de los sindicatos", se lamentó Kravchov.
La alcaldía de Moscú pronosticó que en las actividades del 1 de mayo de este año participarán apenas entre 45.000 y 50.000 personas. En la era soviética, se trataba de una gran fiesta de los trabajadores.
En los años 90, la Federación de Sindicatos Independientes aseguraba contar con entre 30 millones y 35 millones de afiliados, bastante menos de los 70 millones que tuvo a comienzos de la revolución bolchevique.
"Nuestra sociedad cambió significativamente con la masiva disminución del movimiento social", alegó Kravchov.
Los dirigentes políticos rusos parecen hablar ahora otro idioma.
"Pido a los sindicatos que realicen un trabajo equilibrado no vinculado a la agenda política del país", declaró el presidente ruso Vladimir Putin en el congreso anual de la Federación.
El jefe de Estado sostuvo que los sindicatos deben cooperar con autoridades y empresarios. "Pero la cooperación no debe politizarse y los objetivos tácticos no deben primar sobre cuestiones estratégicas", advirtió.
Putin señaló que los sindicatos debían proteger en forma adecuada los intereses de los trabajadores.
"A veces no logran cumplir con su responsabilidad de resolver disputas y problemas laborales específicos. Son pasivos y desempeñan un papel meramente formal en su tarea de defender los intereses de empleados y trabajadores", indicó el presidente.
Expertos consideran que los sindicatos deben adoptar nuevas estrategias.
"Los sindicatos tienen pocas posibilidad en una sociedad que cambia rápidamente. Rusia zafó de su viejo sistema centralizado. Muchas gerencias no están preparadas para que los sindicatos se opongan a sus políticas capitalistas", dijo a IPS Boris Kargalitsky, director del Instituto de Estudios Globales.
"Se propagó la idea de que los sindicatos no participan en los procesos de decisión de muchos lugares de trabajo. La mayoría de las organizaciones de trabajadores subordinan los intereses de clase trabajadora a los intereses de los capitalistas ", señaló.
"Los sindicatos que existen son pura formalidad. No cumplen un papel instrumental en la implementación de política alguna ni logran un cambio en las decisiones de los empleadores. Por eso desaparecieron muchos sindicatos del sector público y privado", explicó Kargalitsky.
El crecimiento de la industria rusa es una condición previa a que se registren nuevas luchas laborales.
"Los sindicatos deben politizarse porque tienen que luchar contra las leyes que perjudican a los trabajadores. Pero eso sólo va a funcionar si se convierten en una fuerza política independiente que luche contra los actuales dirigentes políticos, que son todos reaccionarios", sostuvo Kargalitsky.
Los líderes sindicales afirman no ser insensibles a los nuevos problemas de los trabajadores.
"En algunos casos, la unificación de las organizaciones depende en gran parte del interés común y la naturaleza de la lucha", dijo a IPS Igor Kotlobovskiy, secretario general del sindicato de profesores de la estatal Universidad de Moscú.
"Es más fácil para los profesores y los trabajadores de la industria unirse por una causa común. La unidad entre los profesores se construye desde abajo y su éxito obedeció en gran parte al reclamo colectivo de aumento salarial", afirmó.
Según Kotlobovskiy, los trabajadores deben concentrarse en cuestiones meramente democráticas, como el derecho a manifestarse en público.
Si actúan de forma adecuada, esa unidad puede ayudar a que las exitosas protestas multitudinarias de los trabajadores respalden los reclamos económicos al gobierno.
"Es igualmente importante que los sindicalistas expliquen bien a los trabajadores las cuestiones que les conciernen y en ese proceso se eduquen políticamente para defender la democracia", explicó Kotlobovskiy.
Los sindicatos deben tener derechos políticos e involucrarse en asuntos de interés nacional e internacional, sostuvo. "No hay forma de distanciar o excluir a la gente de la corriente política dominante", concluyó. (FIN/IPS/traen-vf-mj/kk/ss/eu ap ip lb hd/07)