La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) busca reinventarse a sí misma para intentar cobrar un papel relevante en el escenario global, según los preparativos de su duodécima cumbre a celebrarse el próximo fin de semana en Filipinas.
A pesar de la nueva dirección que se espera tome el bloque en caso de aprobarse un proyecto de reforma en la reunión de los líderes, del 12 al 15 de este mes, ya enfrenta preguntas sobre un asunto delicado: los derechos humanos.
No se prevé que todos los gobiernos de la región apoyen el punto de vista del canciller de Indonesia, Hassan Wirayuda, quien dijo, en las reuniones preparatorias con funcionarios de la Asean a fines de diciembre, que era necesario abordar los asuntos de derechos humanos para fortalecer las credenciales del bloque.
Wirayuda se refirió al mecanismo de derechos humanos que tienen la Unión Europea, la Unión Africana y la Organización de Estados Americanos como realidades que no puede evitar el bloque conformado por su país junto a Birmania, Brunei, Camboya, Filipinas, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.
El punto de vista de indonesio es apoyado por analistas, que sostienen que la planeada Carta de la Asean, con débiles compromisos de sus estados miembro en materia de derechos básicos y una falta de principios comunes en este aspecto exponen al añejo bloque regional como un conglomerado dedicado a las meras palabras.
"La Asean debería establecer un mecanismo de derechos humanos como África y América Latina", dijo Harry Roque, director del Instituto de Estudios Legales Internacionales en la Universidad de Filipinas, en una entrevista telefónica desde Manila.
Otros, como un ex embajador tailandés en Washington, llamaron a un acuerdo entre todos los miembros de la Asean para hablar un idioma común en el área de los derechos humanos.
"Hay una necesidad de un denominador interno en el frente de los derechos humanos", dijo a IPS Kasit Promya. "Sin eso, uno no puede hablar con la misma voz y tener el mismo peso. Todo comienza en casa".
En efecto, fue el fin de evitar esta imagen de la Asean como un foro de retórica vacía lo que impulsó a un político de Singapur a advertir a los líderes que el bloque corre el riesgo de atrofiarse si no se implementa un cambio para transformarlo en un organismo basado en reglas.
El viceprimer ministro de esa rica ciudad-estado, S. Jeyakumar, llamó a tomar "decisiones duras", informó el periódico The Straits Times, de Singapur.
"Si simplemente continúa haciendo más de lo mismo, pienso que en un tiempo la Asean se convertirá en una de esas organizaciones que lentamente se desvanecen con la puesta de sol", agregó el diario en su edición de fin de semana.
Jayakumar es parte del Grupo de Personas Eminentes, un organismo integrado por 10 miembros, entre ellos ministros, líderes y diplomáticos de todos los países de la Asean, que pasaron todo 2006 dando forma a la nueva Carta.
Esta medida para establecer un bloque basado en reglas similares a las de la Unión Europea alentó incluso al grupo de dirigentes más veteranos a convocar a una revisión del histórico principio de no interferencia de la Asean.
"El Grupo de Personas Eminentes quiere sistemas más robustos para controlar el cumplimiento, resolver disputas y castigar a quienes no cumplen con sus obligaciones", agregó el diario. "También quiere que los líderes se reúnan por lo menos dos veces al año —en vez de una, como ahora— como parte de los esfuerzos por reestructurar la Asean y hacerla más fuerte".
Las propuestas del Grupo de Personas Eminentes para estimular la imagen de la Asean mientras el bloque regional afronta la perspectiva de ser marginado como significativo actor asiático con el surgimiento de China e India con un impresionante peso económico.
Este problema de imagen de un bloque regional irrelevante en la era posterior a la Guerra Fría fue magnificado más por una repentina decisión de cancelar la duodécima cumbre de la Asean, originalmente programada para diciembre, y programarla para este mes.
Filipinas, el país anfitrión, culpó de la cancelación a un tifón que amenazó con golpear la central isla de Cebú, donde se iba a realizar la reunión.
La Asean surgió en 1967 con el respaldo de Estados Unidos como parte de la Guerra Fría. Los miembros fundadores que eran vistos como fundamentales por Washington para frenar el crecimiento del comunismo en la región incluían a Indonesia, Filipinas, Malasia, Singapur y Tailandia.
El temor a la ideología de izquierda hizo que el gobierno de Estados Unidos hiciera la vista gorda ante el hecho de que los miembros fundadores de la Asean, a excepción de Malasia, eran gobernados por regímenes dictatoriales.
Desde entonces, el bloque se expandió para incluir a Birmania, Brunei, Camboya, Laos y Vietnam.
De ellos, solamente Camboya abrazó la democracia representativa y se comprometió a preservar las libertades políticas y civiles.
Brunei tiene una monarquía absoluta, Birmania es gobernada por un opresivo régimen militar y Laos y Vietnam son gobernados por comunistas en sistema de partido único que toleran poco el disenso.
La lista de violaciones a los derechos humanos es larga en toda la región, incluyendo la eliminación de una prensa libre, de la libertad religiosa, del derecho a reunión y donde los críticos de los gobiernos son llevados a prisión.
Organizaciones defensoras de derechos humanos también expresaron su preocupación por el modo como la mayoría de los gobiernos niegan los derechos básicos a las etnias minoritarias, incluso al punto de privarlas de alimentos y medicinas, como ocurre en Birmania.
El país anfitrión de la cumbre del próximo fin de semana ilustra los problemas de derechos humanos, según activistas.
En 2006, se informó que Filipinas tuvo el peor año en materia de violaciones a los derechos humanos desde que fue derrocado el dictador Ferdinand Marcos (1965-1986), según organizaciones no gubernamentales, que indican el asesinato de 180 personas.
Las víctimas incluyeron a periodistas, políticos de izquierda, sindicalistas, abogados y trabajadores en defensa de derechos humanos.
El planteo de un mecanismo regional de la Asean para los derechos humanos surgió por primera vez en 1993. Pero organizaciones de la sociedad civil y académicos que apoyan el plan se enfrentaron con los gobiernos hostiles a la idea.
"La Asean ha sobrevivido a su utilidad original, porque hoy no hay una amenaza ideológica", opinó Roque, el académico de Filipinas.
"Construir una fuerte agenda de derechos humanos en la región es una manera de volverse relevante de nuevo", concluyó.