DERECHOS HUMANOS-ARGENTINA: Interrogantes sobre secuestro

Cuando ya pasó una semana, las preguntas aún le ganan a las certezas respecto de las motivaciones y la identidad de los autores del secuestro en Argentina de un testigo clave contra un connotado represor de la última dictadura. Estuvo cautivo 48 horas y fue torturado.

El fiscal federal Facundo Flores, uno de los que investiga el secuestro del albañil y militante político Luis Gerez, admitió que "no surge", luego de tomar 120 declaraciones, "cuántos grupos actuaron ni cómo estaban conformados". También remarcó que "no se descarta absolutamente ninguna hipótesis" en este caso.

La falta de resultados judiciales, el bajo perfil adoptado en los últimos días por el gobierno de Néstor Kirchner tras una fuerte ofensiva declarativa inicial contra la violencia, y expresiones contradictorias de la víctima y su entorno motivó la inquietud de líderes opositores de izquierda y de derecha y llevaron a organizaciones de derechos humanos a exigir un rápido esclarecimiento del caso.

Flores aseguró este jueves que "Gerez sabe más que lo que cuenta", pero no es que oculte información sino que "aún está bajo el efecto del shock postraumático". "No recuerda", precisó.

Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, Hijos y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas respaldaron la política de derechos humanos del gobierno centroizquierdista, pero le reclamaron que separe de las fuerzas de seguridad al personal que estuvo vinculados a la represión de la dictadura (1976-1983).
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Estas organizaciones nacidas en la lucha por ubicar a las más de 30.000 personas desaparecidas por la represión dictatorial también exigen a las autoridades avanzar firmemente para dar con los responsables de este y otros secuestros registrados en los últimos tiempos.

En diálogo con IPS, Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, rechazó las suspicacias y dudas manejadas públicamente respecto de la desaparición y aparición del testigo. "No nos hacemos eco de versiones que quieren voltear a Kirchner, (pues) nosotras queremos que siga estando" en la presidencia de Argentina, remarcó.

La desaparición en la noche del 27 de este mes de Gerez, de 50 años y que milita en el gobernante Frente para la Victoria (fracción mayoritaria del peronista Partido Justicialista), causó conmoción en el país.

Gerez afirmó, tras ser liberado, que le gatillaron un revólver en la sien, que le dieron un golpe de puño en el estómago y le quemaron el pecho. Médicos del Poder Judicial constataron que había sufrido "lesiones compatibles con su relato".

También sostuvo que en ningún momento le dieron razones sobre el secuestro, que lo mantenían con la cabeza cubierta por una bolsa y sin recibir alimentos, así como que no reconoció ninguna voz, aunque podría identificar una de ellas si la volviera a escuchar.

Mencionó, además, la queja de uno de los captores acerca de la inconveniencia de haberlo secuestrado. "Les dije que le dieran una tunda, no que lo trajeran acá, miren el lío que se armó. Ahora arréglense", fue una de las frases que escuchó.

Gerez había testimoniado en abril en las audiencias de la Cámara de Diputados contra el ex subcomisario Luis Patti, ex alcalde de Escobar, una localidad de la oriental provincia de Buenos Aires ubicada en las cercanías de la capital argentina.

Su afirmación de que Patti fue jefe y parte del grupo represor que lo torturó en 1972, cuando sólo tenía 16 años, en una comisaría de esa ciudad, donde aún reside, fue clave para evitar que el hoy dirigente político de derecha asumiera la banca ganada en las urnas meses antes.

"Es a Patti a quien tienen que llamar a declarar", exigió Bonafini.

Pero, a pesar de que Gerez cree que esa fue la razón del secuestro, los fiscales sostienen que ninguno de los testimonios recogidos en su investigación, incluso el de la propia víctima, vinculan directamente al ex policía con este nuevo caso de privación de libertad.

El fiscal Flores indicó que "por el momento" no se va a citar a Patti, pues "no es sospechoso de manera directa". Vaticinó, además, que podría haber "novedades" entre este jueves y el viernes, ya que se está haciendo un amplio rastrillaje con miles de policías.

En la madrugada del jueves de la semana pasada, Kirchner suspendió sus vacaciones de verano que había apenas iniciado para ponerse al frente de la investigación del secuestro. Es que se trataba de la segunda desaparición de un testigo en causas por los derechos humanos en sólo tres meses.

Jorge López desapareció tras declarar contra el director de Investigaciones de la policía de la provincia de Buenos Aires en tiempos de dictadura, Miguel Etchecolatz, condenado a reclusión perpetua en septiembre en una de las primeras causas reabiertas tras ser declaradas inconstitucionales las leyes que habían dejado libres de proceso a los represores desde fines de los años 80.

A diferencia de la actitud evasiva del gobierno en el caso López, que sigue sin aparecer, esta vez Kirchner tomó el toro por las astas y habló por cadena nacional de radio y televisión, acusó a "grupos paramilitares o parapoliciales" de "amedrentar" y "extorsionar" a la sociedad, rechazó la posibilidad de dictar una amnistía para los represores y pidió celeridad a la justicia.

Minutos después de este discurso enfático, Gerez fue liberado por sus captores. Militantes peronistas cercanos a la víctima agradecieron a Kirchner.

Por su parte, funcionarios gubernamentales interpretaron que las palabras del mandatario, sumadas a la presión conjunta de las fuerzas de seguridad, habían presionado a los secuestradores que finalmente decidieron dejar en libertad al testigo.

A partir de entonces, la pesquisa quedó en punto muerto. El fiscal explicó el miércoles que, desde el momento en que Gerez fue privado de su libertad, el caso se investiga como secuestro. Respecto del lugar de cautiverio, dijo que están "más cerca" de localizarlo, aunque afirmó que el radio de búsqueda es bastante más amplio de lo que se había considerado inicialmente.

Desde que apareció Gerez, el viernes pasado, Kirchner y los funcionarios del gobierno nacional y provincial, que habían asegurado estar cerca de encontrar el sitio donde estuvo cautivo, dejaron de responder las consultas periodísticas.

Con algunas interrupciones debido al impacto emocional de haber estado en cautiverio, Gerez declaró el sábado ante la Fiscalía que fue raptado en una esquina de Escobar e ingresado por la fuerza a un automóvil. Tres hombres lo trasladaron a un galpón, lo mantuvieron encapuchado y con las piernas y brazos atados.

En una conferencia de prensa convocada por sus allegados el domingo pasado, los periodistas se limitaron a escuchar elogios del ex secuestrado hacia el gobierno, y no pudieron hacer preguntas por respeto al estado del testigo todavía bajo shock.

En tanto, dirigentes de la oposición, que habían manifestado su repudio ante la desaparición de Gerez, habían expresado su apoyo a la búsqueda encarada por el gobierno y habían celebrado su aparición, ahora exigen que se les informe sobre lo que se sabe respecto de los secuestradores.

"Ante la incertidumbre y las dudas generadas por el caso, el presidente debe hacer pública la información que tenga", dijo el diputado Francisco Pinedo, del partido centroderechista Pro. "La actitud de Gerez no despeja las dudas, parece que alguien le está diciendo que no hable", añadió dudando hasta de la víctima.

Por su parte, Eduardo Macaluse, de Afirmación para una República de Iguales, también consideró que el hecho fue "demasiado grave" como para que se escatime información. Rechazó el uso político que se hizo del caso, cuando Gerez y sus allegados agradecieron al presidente por su aparición.

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