Raúl Martins, un ex agente de inteligencia de la última dictadura militar argentina que trasladó de su país al balneario mexicano de Cancún sus prósperos negocios de prostitución, quedó en la mira de las autoridades de los dos países tras ser localizado por la prensa.
Los contactos entre ambos gobiernos se dieron luego de que el diario mexicano Reforma publicara el jueves una nota en la que señaló que Martins vive en México desde 2002 con un permiso migratorio irregular.
Según la investigación de ese medio, el ex agente regentea al menos dos negocios nocturnos en las sudorientales playas de Cancún y Del Carmen, en el caribe mexicano. Allí trabajan prostitutas extranjeras, también con documentos de migración fuera de regla.
Se trata de establecimientos a los que sólo acceden personas de alto poder económico y que cuentan con la protección de algunas autoridades locales.
Fuentes de la embajada de Argentina en México y de la cancillería local indicaron a IPS que la publicación del tema generó inmediatos acercamientos entre ambos gobiernos.
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Buenos Aires investiga si Martins tiene causas judiciales abiertas en su contra por presuntas tareas de espionaje y violaciones de los derechos humanos durante la dictadura (1976-1983) u otros cargos. Si confirma tales pesquisas, pedirá su extradición.
México, en tanto, investiga la calidad migratoria del argentino y sus posibles delitos relacionados con la trata de personas.
Martins, de 58 años, perteneció entre 1974 y 1987 a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que depende del Poder Ejecutivo de Argentina. Tras separarse de esa dependencia, fundó en su país varios negocios de prostitución con aparente protección de autoridades.
Reforma afirmó que en los años en que formó parte de la plantilla de los agentes de la SIDE se encargó de seguir y fotografiar a disidentes que serían secuestrados, muchos de los cuales fueron desaparecidos. La fuente de tales informaciones es Claudio Lifschitz, ex abogado de Martins.
Cuando medios de comunicación argentinos dieron cuenta de las actividades de Martins, en la que llegó a filmar a jueces y otras autoridades con aparentes afanes de chantaje, abandonó su país y se radicó en México.
Diversas autoridades mexicanas, entre ellas funcionarios del Instituto Nacional de Migración y de la Procuraduría (fiscalía) General de la República, se culparon mutuamente de la presunta permanencia irregular del ex agente argentino y de las facilidades que ha tenido para crear una red de locales de prostitución.
Los negocios que opera Martins son Maxim y The One. El segundo tiene el mismo nombre de otro que el agente manejaba en Argentina.
Tras la denuncia de Reforma, autoridades migratorias de dieron a la tarea de buscar al ex agente de la SIDE, pero hasta el momento no ha sido localizado.
Las fuentes consultadas por IPS indicaron que el caso de Martins tiene prioridad tanto para Argentina como para México y que no desmayarán en su propósito de localizarlo y, si corresponde, encauzarlo ante la justicia.
En 2000, el mismo diario Reforma dio cuenta de que el ex represor argentino Miguel Cavallo, acusado ante tribunales de España por violaciones de los derechos humanos, y que estaba radicado en México. El ex militar usaba el nombre de Ricardo Cavallo y se desempeñaba como director de un programa estatal de registro de vehículos. La denuncia de Reforma derivó en la detención del argentino y en su extradición a España en 2001.
En diciembre, la Audiencia Nacional española declinó juzgar a Cavallo con el argumento de que es la que justicia argentina la que tiene prioridad sobre el caso.
Argentina, donde Cavallo es investigado por crímenes perpetrados durante la dictadura, ya pidió la extradición del acusado y posiblemente haga lo mismo respecto de Martins, según lo indicó el embajador de ese país en México, Jorge Raúl Yoma.