El plan del Pentágono para elevar su presencia militar en Guam choca con la resistencia de los nativos chamorros, tanto en esta isla del Pacífico occidental como en la diáspora estadounidense.
El American Enterprise Institute, centro académico del ala neoconservadora del gobierno de George W. Bush, afirmó que el Departamento (ministerio) de Defensa ya dispuso el traslado de equipos bélicos a Guam, territorio perteneciente a Estados Unidos pero no incorporado a este país.
Las órdenes dictadas desde las oficinas en el Pentágono implican la formación en la isla de una fuerza de ataque integrada por seis aviones bombarderos y 48 de combate.
El Departamento de Defensa había anunciado este año el traslado a Guam de 8.000 infantes de Marina (marines) y 9.000 soldados de sus bases en Okinawa, Japón.
Y la semana pasada, la Fuerza Aérea informó sobre su plan de sumar 2.600 de sus miembros y sus familias a su Base Anderson, también en la isla del Pacífico occidental.
El despliegue está en curso, con un estudio ambiental de sus consecuencias. Funcionarios del Pentágono afirman que la construcción de las nuevas bases debería comenzar en 2010, y que el traslado de las tropas, en 2011.
Activistas calculan que esos movimientos derivarán en un flujo total a la isla de unas 35.000 personas, una cantidad que pondrá en peligro los recursos de una pequeña isla habitada por apenas 168.000 habitantes.
Ubicada en el extremo meridional de la cadena de las islas Marianas, en el Pacífico occidental, Guam pertenece a Estados Unidos desde que ese país le ganó la guerra a España en 1898.
"Guam, básicamente, no tiene voz", dijo el escritor Michael Luján Bavacqua, estudiante de la Universidad de California en San Diego. "Por lo tanto, Washington se atribuye el derecho de llevar allí lo que quiera, y no hay instancias en las que Guam pueda hacerle demandas o negociar con los militares estadounidenses."
"El Pentágono y el Congreso (legislativo) estadounidense son los dueños soberanos, y actúan como tales. No tienen obligación de escucharnos."
Bevacqua observó que las decisiones sobre Guam se producen luego de las protestas contra la presnecia militar estadounidense en Corea del Sur y en la isla japonesa de Okinawa.
En ambos lugares, los militares estadounidenses operan de acuerdo con normas negociadas entre los gobiernos, denominadas "Acuerdo de Estatuto de Fuerzas", conocidas por sus siglas en inglés, SOFA.
Pero en el caso de Guam no se requiere un SOFA, pues se trata de un territorio estadounidense.
De hecho, el gobierno japonés está dispuesta a poner de sus arcas 10.000 millones de dólares para solventar los gastos de la retirada de las tropas estadounidenses, pues en los últimos años varios soldados han sido acusados de violar a mujeres de Okinawa.
"Japón y Corea del Sur hacen ruido. La población local antagoniza con los militares estadounidenses, y Washington responde: si ustedes no nos quieren allí, iremos a un lugar donde la gente no tenga voz, y ese lugar es Guam", sostuvo Bevacqua.
La ciudadanía de Guam elige a un delegado a la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el cual carece de voto. En las elecciones presidenciales, celebran una consulta popular que no es contabilizada en el escrutinio.
Pero los residentes de Guam pueden enrolarse en las Fuerzas Armadas estadounidenses y pueden ser objeto de leva en caso de reclutamiento compulsivo.
La representante de la isla en el Congeso en Washington, Madeline Bardallo, está de acuerdo con el aumento de la presencia militar estadounidense en su isla.
"Cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor y provocaron el ingreso de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, invadieron Guam al mismo tiempo", dijo Bardallo a IPS. "Nos ocuparon durante tres años y medio. Ahora hay mucha inquietud entre las Coreas, entre Taiwán y China…"
"Muchos recordamos la ocupación japonesa y no queremos que algo así se repita", agregó.
Según Bardallo, la población de Guam tiene un acendrado sentimiento patriótico, de acuerdo con la alta proporción de reclutamiento en la Guardia Nacional y en la Reserva del Ejército estadounidenses, superior al de cualquier estado o territorio estadounidense.
Pero los activistas hacen otro cálculo, aunque hayan crecido escuchando historias sobre los horrores del trabajo forzado y las masacres del imperio japonés durante la guerra, pues no creen en que la presencia militar estadounidense los beneficie.
"Si hay un enfrentamiento entre Estados Unidos y Corea del Norte, los coreanos no bombardearán territorio continental estadounidense", dijo a IPS Sabina Perez, de la Coalición Internacional de Pueblos contra la Contaminación Militar. "Buscarán un lugar más cercano y más fácil de golpear, y podría ser Guam." (FIN/IPS/traen-mj/ag/ks/na ap ip hd/06)