AMBIENTE: La marcha de los pingüinos… a ninguna parte

Los pingüinos nunca han sido más populares que ahora. Pero poca gente sabe que están en peligro de extinción por el cambio climático y la insaciable industria pesquera.

Las adorables estrellas de la película de Hollywood "Happy Feet", conocida en español como "Rompiendo el hielo", y las valientes y estoicas criaturas aparecidas en el conocido documental francés "La Marche de l'empereur", ("La Marcha de los pingüinos"), están en problemas.

De las 19 especies existentes, 12 necesitan protección especial, según el Centro para la Diversidad Biológica, una organización con sede en el sudoccidental estado estadounidense de California dedicada a especies en peligro de extinción.

Su popularidad no es garantía de supervivencia, pero sí puede contribuir a mejorar su protección y promover acciones para atenuar los efectos del cambio climático, señala Brendan Cummings, director del Programa de Océanos de ese centro.

Esa organización elevó una petición formal a fines de noviembre para que esas 12 especies, incluido el pingüino emperador, se agreguen a la lista de las que están en peligro, según la ley de especies en vías de extinción de Estados Unidos.

Hay más de dos millones de parejas de pingüinos de penacho anaranjado, pero igual figuran en esa solicitud porque en los últimos 15 años su población disminuyó en 50 por ciento.

Asimismo, hay entre 150.000 y 175.000 ejemplares de pingüino emperador, el más grande del mundo, pero esa cifra está muy por debajo de las de décadas anteriores.

La colonia de esa especie en Pointe Geologie —Tierra Adelia, una franja de tierra en la Antártida oriental—, que se ve en "La Marcha de los Pingüinos", disminuyó en 70 por ciento, dijo a IPS Cummings.

Según ese especialista, la disminución de población obedece a la desaparición del krill, un tipo de crustáceo antártico que es su principal fuente de alimento, al temprano desmoronamiento de los casquetes polares, donde nacen las crías, y los cambios generales de su helado hábitat oceánico debido al calentamiento de la Antártica.

Los pingüinos sólo se encuentran en el hemisferio Sur.

La estadounidense ley de especies en vías de extinción podría prohibir a los busques de esa bandera pescar krill y obligar al gobierno federal a tomar medidas más duras respecto de sus emisiones de gases invernadero, señaló.

El diminuto krill es la piedra fundamental del ecosistema marino antártico, por ser alimento esencial de los pingüinos, ballenas y focas: Pero que desde la década del 70 disminuyó en 80 por ciento en algunas partes del océano, indicó Cummings.

Los buques de pesca industrial pusieron hace poco sus ojos en el océano Austral para capturar esa especie cuyo comercio creció propiciado por su uso como alimento del salmón de criadero, señaló Clif Curtis, director del Proyecto de Conservación del Krill Antártico del Pew Charitable Trust (Fondo de Caridad Pew).

"En este momento no hay exceso de pesca, pero hay una preocupante tendencia", dijo Curtis a IPS.

Se está desarrollando una tecnología de pesca que permitirá literalmente aspirar el krill aunque se encuentren en aguas profundas. Uno de los barcos capaces de hacerlo, de bandera noruega, podría capturar 120.000 toneladas de ese crustáceo en una temporada, reveló.

Ese tipo de barco probablemente abastecerá los mercados farmacéuticos y de alimentos sanos. El krill es rico en omega-3, un combinado de tres ácidos grasos que previene enfermedades cardíacas e inflamatorias como la artritis.

Además, el cambio climático reduce la capa de hielo marítimo que alberga al fitoplancton, alimento del pequeño crustáceo, remarcó.

La pesca de krill tiene una "regulación laxa", señaló Curtis.

Su organización exhortó a la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos Antárticos, formada por 24 naciones, a adoptar medidas de control y vigilancia ya utilizadas por otras ramas de la industria pesquera en el océano Austral.

El gobierno del presidente estadounidense George W. Bush finalizó el mes pasado una propuesta que permitiría a la flota de su país elevar la pesca de krill en aguas antárticas protegidas.

"Es ridículo e ilegal que el gobierno autorice la captura de krill en la Antártida sin siquiera considerar los impactos, bien documentados, del recalentamiento global sobre las reservas de krill y los pingüinos", señaló Cummings.

"Primero pescamos ballenas, luego el bacalao de profundidad (merluza negra) y ahora nos dirigimos a la base de la cadena alimentaria al ir tras el krill", añadió.

John Collee, coguionista de la película "Rompiendo el hielo", declaró que "tenemos este extraño delirio de que podemos destruir por completo nuestros ecosistemas marinos y de alguna forma salir ilesos".

Estados Unidos, con cuatro por ciento de la población mundial, produce en la actualidad casi un cuarto de los gases invernadero que se emiten en todo el mundo y son causantes del recalentamiento global de la atmósfera.

Según las proyecciones de la Contraloría General de Estados Unidos, que opera de manera independiente en la órbita del Congreso legislativo, las emisiones de gases invernadero se elevarán 43,5 por ciento para 2025.

Doce estados de ese país, con respaldo de organizaciones ambientalistas, presentaron a fines de noviembre una demanda histórica ante la Corte Suprema de Justicia contra la negativa de la Agencia para la Protección Ambiental a regular las emisiones de gases invernadero de los automóviles, como contaminantes comprendidos en la Ley de Aire Limpio.

"Estamos negando" los tremendos impactos que los humanos causamos en el ambiente, señaló Collee.

Esa realidad es "tan oscura que la mayoría de la gente no quiere contemplarla", agregó.

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