Indígenas, negros, sindicatos y víctimas de la violencia en Colombia se aprestan a dar batalla contra la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, que ministros de ambos países firmarán este miércoles en Washington.
La firma se celebrará en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) menos de 40 días antes de que concluya la vigencia de la estadounidense Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de Drogas (ATPDEA, por sus siglas en inglés), que libra de aranceles la importación de productos colombianos y de otros países de la región.
Para que el TLC entre en vigencia resta la ratificación del Poder Legislativo de ambos países.
La floricultura colombiana es el rubro que más factura por concepto de exportaciones a Estados Unidos, unos 700 millones de dólares anuales, según la asociación de empresas de este sector, el cual emplea a unas 95.000 personas.
Los trabajadores de la floricultura colombiana —en especial las mujeres, que representan 65 por ciento del total— han formulado constantes denuncias por abusos en contratos, jornadas de trabajo extenuantes y uso descuidado de insecticidas, con graves perjuicios para la salud.
La posibilidad de que Estados Unidos no amplíe la ATPDEA, que favorece a las naciones andinas que sigan las recomendaciones de Washington en materia de políticas antidrogas, mantiene en vilo a estos trabajadores, quienes dependen de las exportaciones de flores para subsistir.
"El 13 de octubre la compañía Dole inició la reducción de su producción en Colombia, lo que generó la pérdida de 3.000 empleos", dijo a IPS Aura Rodríguez, directora de la no gubernamental Corporación Cactus, que defiende a los trabajadores de flores.
"Si no se amplía el (régimen de la) ATPDEA, si aumenta el precio de las flores vendidas a Estados Unidos, los trabajadores notarán las consecuencias. Serán los más afectados", aseguró Rodríguez.
La vigencia del ATPDEA vence el 31 de diciembre, y ese plazo podría no ser suficiente para que el Congreso estadounidense termine de considerar su ampliación, según la activista.
Por otra parte, el economista Ricardo Bonilla, investigador de la estatal Universidad Nacional de Colombia, dijo a IPS que "el proceso de estudio y análisis del TLC ha sido demasiado largo".
El presidente colombiano Álvaro Uribe anunció su disposición a alcanzar un TLC con Estados Unidos en noviembre de 2003. Las negociaciones comenzaron en mayo de 2004 y concluyeron en febrero de 2006. Luego, las partes revisaron y confrontaron las versiones del acuerdo en inglés y en español.
El presidente George W. Bush notificó de las negociaciones al Congreso legislativo de su país el 24 de agosto. A partir de entonces, corrieron 90 días para llegar hasta la firma este miércoles.
La prolongación de la APTDEA será analizada por el Congreso en Washington entre el 4 y el 8 de diciembre. Las dos cámaras legislativas estadounidenses tendrán entonces, todavía, mayoría del gobernante Partido Republicano.
En enero asumirán los representantes y senadores electos el 7 de noviembre, con lo cual el opositor Partido Demócrata, más renuente a ratificar acuerdos de libre comercio, pasará a controlar ambas cámaras.
"El TLC será estudiado el próximo año por el Congreso de los dos países. Es fácil prever que en Colombia será aprobado, teniendo en cuenta el apoyo de las mayorías al presidente Uribe", pronosticó el investigador Ricardo Bonilla.
"En Estados Unidos, con un Congreso demócrata", es previsible "la exigencia de variaciones en su contenido antes de ser aprobado", y esas "variaciones que podrían favorecer a los colombianos a distintos niveles", agregó.
Entre las novedades podrían figurar normas para "la protección a la vida de los sindicalistas", un punto que "interesa a los republicanos, y por eso está incluido, pero interesa aun más a los demócratas", explicó. "Y, por supuesto, nos interesa a los colombianos."
En ese sentido, Uribe dijo: "Los sindicatos saben que vamos a tener que dar una gran batalla en la Cámara de Estados Unidos para que nos aprueben el TLC, porque allá se ataca mucho a Colombia por el asesinato de líderes sindicales."
"Pero para claridad de todos, cuando empezó este gobierno en Colombia asesinaban 165 líderes sindicales por año. El año pasado todavía asesinaron: asesinaron 12", agregó.
Por su parte, el dirigente Tarcisio Rivera, de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), sostuvo que su organización está preocupada por la vida de los sindicalistas, pero también por los perjuicios que causaría, a su entender, el TLC en la economía colombiana.
"La defensa de la vida de los sindicalistas es importante, claro está, pero no nos impide mirar de frente los daños que la firma del TLC ocasionará en sectores de la agricultura, (en) la propiedad intelectual y, sobre todo, en el cumplimiento de la intención estadounidense de homogeneizar mano de obra barata en países latinoamericanos para su beneficio", afirmó.
El senador Jorge Robledo, del opositor Polo Democrático Alternativo, calificó el TLC entre Colombia y Estados Unidos como "el peor de América Latina", dadas "las enormes desigualdades" entre los sectores agropecuarios de ambos países.
En ese sentido, Robledo citó un estudio del experto Luis Jorge Garay y otros autores, titulado "Evaluación de la negociación agropecuaria en el TLC Colombia-Estados Unidos".
Según este informe, Colombia sufrirá pérdidas en los sectores del trigo, la cebada, el maíz, el arroz, el sorgo, el frijol, la soja, la palma africana y las carnes de pollo y cerdo, recordó Robledo.
Los negociadores estadounidenses lograron que los colombianos aceptaran reducir a cero el arancel para las importaciones de pollo sin pellejo y troceado mecánicamente, indicó.
El TLC también es cuestionado por comunidades indígenas, negras y víctimas de la violencia política.
Para el senador Robledo, lo "más llamativo" del estudio de Garay es que deja en evidencia el fracaso de los negociadores colombianos en "lograr la casi totalidad" de lo que se propusieron, "no obstante lo mediocre" de sus aspiraciones.
Bogotá "aceptó un TLC peor que los otros que Washington ha suscripto en América, lo que ya es mucho decir, porque aquéllos también han sido pésimos para los países satélites", añadió el legislador. (FIN/IPS/hd/mj/la na sd if wt dv lb/06)