India y Pakistán se unieron al hace ocho años al «club nuclear», pero los cinco socios tradicionales de este selecto grupo no les han dado aún la bienvenida. Menos aún luego de la prueba nuclear de una bomba atómica por parte de Corea del Norte.
También es previsible un endurecimiento de la retórica hostil habitual entre las dos potencias de Asia meridional, dada la responsabilidad de Pakistán en la fabricación de la bomba norcoreana.
Esta es una trama lateral del drama mundial iniciado el 9 de octubre. Hasta ahora, los siete estados que admiten poseer armas nucleares condenaron fuertemente a Corea del Norte por su prueba.
Nueva Delhi describió la detonación como "desafortunada" y violatoria de los "compromisos internacionales" de ese país, y advirtió que "poner en riesgo la paz, la estabilidad y la seguridad en la península coreana y en la región".
También dijo que la prueba "subraya los peligros de la proliferación clandestina".
Estas declaraciones fueron muy amplificadas por los medios de comunicación. Aluden a Pakistán, que en los años 80 mantuvo contactos secretos con Corea del Norte en materia de desarrollo de armas nucleares.
Se cree que la sombría red clandestina encabezada en Pakistán por A.Q. Khan, hoy bajo prisión domiciliaria, posee tecnología de enriquecimiento de uranio que transfiere a Corea del Norte a cambio de su serie Nodong de misiles balísticos.
En sus memorias recién publicadas bajo el título "In the Line of Fire" ("En la línea del fuego"), el presidente pakistaní Pervez Musharraf escribió: "El doctor Khan transfirió casi dos docenas de centrifugadoras P-1 y P-11 a Corea del Norte. También suministró a Corea del Norte un medidor de flujo, algunos combustibles especiales para centrifugadoras y capacitación tecnológica."
Los analistas indios insisten en usar la prueba norcoreana como "un palo con el que pegarle a Pakistán", dijo Kamal Mitra Chenoy, de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi.
"Algunos demandan estridentemente que Estados Unidos insista en interrogar a Khan e investigar su red. Pero esta actitud es infantil, pues exagera el grado del involucramiento pakistaní en Corea del Norte e intenta establecer registros regionales extrínsecos al tema nuclear coreano", agregó Chenoy.
Es cierto que la red de Khan proporcionó tecnología de enriquecimiento de uranio a Corea del Norte. Pero se cree que el material usado en la prueba es plutonio, extraído por Corea del Norte de un pequeño reactor de investigación construido por la ex Unión Soviética en 1965.
Así que es improbable que la demanda india de una investigación externa sobre las actividades de Khan tenga muchos resultados.
Además, Estados Unidos será extremadamente reticente a presionar a Musharraf cuando necesita su ayuda en la frontera pakistaní con Afganistán. En el pasado, Pakistán rechazó de plano todas las demandas de interrogar a Khan.
El gobierno de Pakistán no suena creíble cuando afirma que su gobierno no tuvo nada que ver con las operaciones "autónomas" de Khan.
En Pakistán, delicados materiales y aparatos nucleares, incluyendo equipos pesados como cilindros de metal de casi dos metros de altura, no podrían haber sido transportados fuera de los Laboratorios Khan a un aeropuerto y luego por un avión militar a Pyongyang sin el conocimiento o la complicidad del gobierno.
Al menos 18 toneladas de diversos materiales con destino a instalaciones nucleares norcoreanas fueron transportadas en los años 90.
Estados Unidos estaba al tanto de las actividades de Khan, pero eligió ignorar a su propia inteligencia, especialmente luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington. Es probable que ahora haga lo mismo.
El argumento de Islamabad de que no jugó ningún papel en el programa nuclear norcoreano es débil, pero las acusaciones de Nueva Delhi contra Pyongyang también carecen de credibilidad.
India sostiene en tono de superioridad moral que sus propias pruebas de 1998 no infringieron ninguna obligación internacional, dado que nunca firmó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), de 1968.
Corea del Norte tampoco violó ningún "compromiso internacional". Se retiró del TNP en 2003. Podría considerarse legítimamente que las pruebas realizadas por India en 1998 pusieron en peligro "la paz, la estabilidad y la seguridad" en Asia meridional, exactamente lo mismo que ahora la prueba norcoreana en Asia nororiental.
Tanto India como Pakistán se están comportando como los estados nucleares más antiguos, e imitan sus dobles discursos e hipocresías: quienes no integran el club nuclear deben practicar la abstinencia, pero los miembros mantienen sus armas porque son "responsables".
Pero ambos son miembros de segunda o tercera clase del club. Ellos, especialmente Pakistán, pueden quedar en una posición incómoda a la hora de demostrar que tomaron fuertes medidas específicas para impedir la propagación de tecnología nuclear o balística.
A India, la prueba norcoreana le dificultará la ratificación en el Congreso legislativo estadounidense del tratado de cooperación nuclear firmado por el primer ministro Manmohan Singh y el presidente estadounidense George W. Bush en julio del año pasado.
"Es un contratiempo para el proceso de su ratificación, que ya enfrenta obstáculos", alegó M.V. Ramana, investigador en asuntos nucleares, adjunto al Centro para los Estudios Interdisciplinarios en Ambiente y Desarrollo de Bangalore.
"El 9 de octubre le dio un shock sísmico a los políticos estadounidenses, y es probable que eso endurezca la oposición al acuerdo. Parece casi seguro que no será aprobado en la sesión especial del Congreso posterior a las elecciones de noviembre", añadió.
Si la ratificación es postergada hasta el año próximo, todo el proceso legislativo deberá ser revisado otra vez por los nuevos congresistas. Cuanto más larga sea la demora, mayores serán las posibilidades de que el tratado pierda impulso y se susciten nuevos obstáculos.
Un proyecto que habilita la implementación del tratado está estancado en el Senado, aunque la Cámara de Representantes aprobó una resolución similar.
Muchos senadores impusieron al texto condiciones que restringen el alcance de la cooperación nuclear civil entre Estados Unidos e India, o demandan garantías de que India está ejerciendo un autocontrol nuclear, incluida la producción de material físil.
Nueva Delhi halló algunos de estos elementos inaceptables o excesivamente restrictivos de su soberanía.
"Las condiciones podrían endurecerse en las próximas semanas por la ansiedad que provocó la prueba de Corea del Norte", dijo Ramana. "El año que viene comenzará otro juego, aunque en principio no hay objeciones al tratado, y sí mucho respaldo."
Luego de la prueba norcoreana, expertos estadounidenses en no proliferación nuclear mostraron más determinación y exigen más severidad con quienes violan las normas sobre restricción nuclear.
Del mismo modo, los opositores demócratas se resistirán a concederle una victoria fácil al presidente George W. Bush mientras su popularidad se desploma.
Finalmente, existe un temor creciente a que aún más países, en particular Irán y Corea del Sur, puedan aprender lecciones negativas del caso indoestadounidense y consideren el desarrollo propio de armas nucleares.
"Esto podría significar aún más enmiendas a los proyectos del Congreso, así como mayores demoras", dijo Ramana. "Ahora a India le resultará difícil reclamar que le sigan llegando suministros nucleares, incluso si lleva a cabo una prueba."
Esto es una mala noticia para el tratado entre India y Estados Unidos, pero probablemente sea mala para la causa de las restricciones nucleares, la reducción de armas y, directamente, del desarme. ***** +Como hongos – Cobertura especial de IPS Noticias (https://www.ipsnoticias.net/_focus/nuclear/index.asp) (FIN/IPS/traen-js-mj/pb/rdr/ap nu ip/06)