DESARROLLO: Controlar reforma del Banco Mundial

Un plan del Banco Mundial para fusionar sus unidades de desarrollo ambiental y social con el departamento que controla las grandes inversiones en infraestructura podría dejar al «lobo cuidando el gallinero», afirman activistas que controlan las actividades de esa entidad financiera.

Crédito: Banco Mundial
Crédito: Banco Mundial
La nueva "Red de Desarrollo Sustentable" tendrá que ser vigilada de cerca para asegurar que no promueva equivocadamente proyectos petroleros y gasíferos que suelen ser blanco de críticas por sus malos impactos ambientales y sociales, como planes de "desarrollo" o "antipobreza", sostuvo un informe del Bank Information Centre, una organización no gubernamental de Washington especializada en información sobre la banca multilateral de desarrollo.

El Banco Mundial alega que el plan ofrece una oportunidad de oro para insertar objetivos ambientales y sociales en las agendas a largo plazo de las naciones pobres.

Anunciado por su presidente Paul Wolfowitz a fines de junio, este plan unirá los departamentos de Desarrollo Ambiental y Socialmente Sustentable con las unidades de infraestructura y energía para crear un nuevo brazo, presidido por un solo administrador en lugar de dos: la actual vicepresidenta de Infraestructura, Kathy Sierra.

Según Wolfowitz, el propósito de la consolidación es fortalecer el foco del Banco en la sustentabilidad y sobreviene en un momento en que el organismo robustece los préstamos para proyectos de infraestructura como oleoductos, gasoductos, operaciones mineras y vías de transporte.
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"Sé que existen preocupaciones en cuanto a que, en este nuevo arreglo, los asuntos ambientales puedan quedar sumergidos por la infraestructura", admitió Wolfowitz. "Con este fin, planeo crear un nuevo cargo a ser cubierto por un experto ambiental de clase mundial que lidere nuestros esfuerzos".

El anuncio fue elogiado por dos importantes organizaciones ambientales —The Nature Conservancy y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés)— como un paso en la dirección correcta.

"Aplicar estándares ambientales mundiales a grandes proyectos de desarrollo habilitará al Banco a dar un paso significativo para ayudar a millones de personas a escapar de la maldición de la pobreza", dijo Carter S. Roberts, presidente de WWF, en una declaración escrita.

Pero el Bank Information Centre (Centro de Información sobre la Banca) y otros señalan que en ocasiones el Banco Mundial ha ignorado cambios de curso recomendados para ajustarse mejor a las necesidades sociales y ambientales, y la actual reorganización puede no ser una excepción.

Ejemplos de ello fueron los análisis encargados por el propio Banco, como la World Commission on Dams (Comisión Mundial sobre Represas), un estudio de 2000 que urgió al Banco a apartarse de megaproyectos como represas, y el Extractive Industries Review (Revisión de Industrias Extractivas) que le aconsejó retirarse de las inversiones petroleras, gasíferas y mineras y redirigir los fondos hacia la energía renovable.

El Proyecto Bretton Woods, con sede en Londres y crítico del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, tituló su descripción del plan de integración "Sustentabilidad desmantelada".

"Renunciar a la independencia estructural de un departamento que se ocupa de las dimensiones ambientales y sociales del desarrollo —incluyendo los pueblos indígenas, los reasentamientos, la biodiversidad— y fusionarlo con un organismo que trabaja en infraestructura tal como carreteras, puertos, represas hidroeléctricas y oleoductos difícilmente indique que el Banco habla en serio de proteger ecosistemas y medios de vida", afirmó la organización.

Un alto funcionario del Banco argumentó que tales preocupaciones no tienen fundamento. "Al promover estrategias de crecimiento económico con base en infraestructura que sea ambientalmente responsable y socialmente aceptable, estamos acercando un futuro sustentable a la realidad de hoy", dijo Robert Watson, científico jefe del Banco Mundial.

"La integración de las dos vicepresidencias da a los expertos ambientales y sociales un acceso sin precedentes para influenciar las estrategias y políticas de infraestructura (…) El desarrollo de infraestructura sin incorporar consideraciones ambientales y sociales es insostenible", dijoWatson a IPS.

El Bank Information Centre reconoce en su informe que canalizar la sustentabilidad ambiental y social en las operaciones del Banco ha sido un objetivo de larga data de los reformistas internos y los críticos externos durante los últimos 20 años. Pero la organización dice que ciertos criterios deben cumplirse antes de celebrar los últimos cambios.

El informe, elaborado por Bruce Jenkins, observador del Banco Mundial durante mucho tiempo, advierte que "el personal de desarrollo ambiental y social simplemente puede ser insertado en una agenda establecida sin poder cambiar su contenido o carácter".

Para 2008, el Banco planifica aumentar sus inversiones de infraestructura a 10.000 millones de dólares, o alrededor de 40 por ciento de su cartera total, dando mucho más peso e influencia al departamento de infraestructura en las inversiones del Banco.

Pero Watson dijo que esta es "una falsa presunción". "Hay una visión común y una formidable base de conocimientos dentro de los departamentos ambientales y sociales, y se les dan todas las oportunidades de expresar sus puntos de vista", aseveró.

"La nueva vicepresidencia para el desarrollo sustentable permite una estructura administrativa mucho más eficiente. Permitirá el debate de asuntos críticos y racionalizar la administración a todos los niveles, tanto en la sede como en las regiones, y producir mejores resultados sustentables en cada lugar", aseguró.

El informe también denuncia que la cultura dominante entre el personal del Banco y los economistas es tal que las cuestiones ambientales y sociales quedan relegadas en el planeamiento de proyectos, especialmente entre altos funcionarios, y que "a menudo la sustentabilidad se reduce a la mitigación, a 'limpiar' los impactos sociales y ambientales negativos de planes ya trazados".

Aunque Jenkins cree que ahora muchos pueden "sentirse cómodos" con la nueva presidenta de la Red para el Desarrollo Sustentable, Kathy Sierra, su cargo podría terminar ocupado por un "gurú de la megainfraestructura con poco interés en la sustentabilidad".

"El ya débil sistema interno de pesos y contrapesos se volverá aún más dependiente de las predilecciones personales", dijo.

Watson defendió fuertemente el liderazgo de Sierra. "Ella es una administradora destacada, con integridad", aseguró. "Reconoce la importancia de las inversiones en infraestructura, pero también que los asuntos ambientales y sociales son igualmente importantes para el alivio de la pobreza y el crecimiento económico".

Una preocupación final es que esta reforma pueda ser una invitación a la burocracia. La Red de Desarrollo Sustentable será, por lejos, el departamento más grande, abarcando casi 60 por ciento de las carteras del Banco, más personal y mayores obstáculos para la toma rápida y fluida de decisiones.

Ambientalistas y analistas independientes dicen que controlarán de cerca los detalles de la reorganización —muy pocos de los cuales fueron difundidos hasta ahora, y sobre los cuales las fuentes dicen que están en debate interno— y particularmente el presupuesto 2008, pues el mismo mostrará si hay algún cambio de recursos de las funciones de desarrollo ambiental y social.

El indicador más ilustrativo, por supuesto, vendrá con el anuncio de nuevas iniciativas de infraestructura "sustentable".

"Será curioso observar cómo el Banco presenta su próximo proyecto de oleoducto transnacional con Exxon u (otra) petrolera importante bajo la etiqueta de 'desarrollo sustentable'", dijo el Bank Information Centre.

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