El movimiento fundamentalista Talibán recupera poder e influencia en el sur de Afganistán, según el Consejo Senlis, organización independiente que coopera con agricultores de ese país.
Talibán, que rigió Afganistán con mano de hierro entre 1996 y 2001, también se enfrenta cada vez con más dureza a las fuerzas del gobierno y de la coalición militar que está apostada en el país con la pretensión de estabilizarlo, indica el informe presentado por el Consejo Senlis en Londres este martes.
"Lo que presenciamos en los últimos meses es un aumento en el nivel de los ataques de los insurgentes y de Talibán y una sofisticación en las técnicas terroristas usadas", dijo el martes a IPS el director ejecutivo del Consejo Senlis, Emmanuel Reinert.
"La percepción de la población local cambió también, pues ahora ven a Talibán como aceptable. Así que en realidad Talibán está por ganar la batalla por los corazones y las mentes de la población local", agregó Reinert.
La expresión "ganar los corazones y las mentes" ha sido utilizada por Estados Unidos para señalar sus aspiraciones respecto de la población local de Afganistán e Iraq, países en los que cuenta con una enorme presencia militar.
Por otra parte, la organización de Talibán ha mejorado, según Reinert. "Estamos hablando de ataques diarios y de un aumento de los ataques suicidas, de cinco en 2004 a 21 solamente en el primer semestre de 2006", explicó.
"Estamos hablando de una sofisticación de las técnicas terroristas, por ejemplo en los artefactos explosivos empleados. Así que, definitivamente, hay un cambio en el modo en que los insurgentes organizan sus operaciones", afirmó.
Talibán podría ganar aun más fuerza con apoyo pakistaní, apenas cruzando la frontera, dijo Reinert.
"Talibán y otras organizaciones se están reagrupando en las fronteras, en particular en Pakistán, donde hallaron un refugio seguro y donde pueden organizar ataques contra las fuerzas de Kabul en (las áreas de) Helmand y Kandahar", afirmó.
En estas circunstancias, las tropas británicas enviadas al sur de Afganistán para reemplazar a las estadounidenses en Helmand tienen una dura tarea por delante, dijo Reinert a la prensa.
"Según nuestro informe, alrededor de 80 por ciento de la población de Helmand apoya a Talibán. Las tropas británicas necesitarán recuperar el control, y para esto necesitarán un enfoque diferente. Tendrán que escuchar al pueblo y atender sus necesidades", sostuvo.
Hasta ahora, la agresiva intervención militar de Estados Unidos y de quienes lo apoyan significó una pérdida de apoyo de las fuerzas de la coalición entre la población, que ganó poco con la ocupación, indicó Reinert. "Se prometió mucho y se dio muy poco", señaló.
El informe del Consejo Senlis indica que la erradicación de cultivos de adormidera (o amapola, insumo del opio, la morfina y la heroína), que afecta los medios de vida de agricultores locales, así como la muerte en operaciones militares de civiles, incluidos niños y mujeres, y el sentimiento de abandono y exclusión conducen a una completa crisis de confianza y de apoyo a las fuerzas internacionales.
La erradicación a gran escala de cultivos de amapola, forzada agresivamente en Helmand y dirigida por Estados Unidos, redundó en un significativo descontento de la población local, según el estudio.
"Cultivé amapola 27 años, siempre pacíficamente. Cultivaba solamente de dos a tres jeribs (entre 4.000 y 6.000 metros cuadrados), apenas para sobrevivirà Ellos erradicaron todo, todo lo que yo tenía. No quedó nada. Todos lo presenciaron", dijo, según el informe, el agricultor Sher Mohammad, del distrito de Sharwale, en Helmand.
Pese a las campañas de erradicación realizadas en los últimos meses, se espera que la cosecha aumente mucho este año respecto de 2006, pues muchos agricultores que habían dejado de dedicarse a la adormidera vuelven a cultivarla, indica el estudio.
Los campesinos interrumpieron el cultivo al acatar la prohibición decretada por el presidente Hamid Karzai o porque les habían prometido que recibirían ayuda de programas de medios de vida alternativos financiados por la comunidad internacional.
Helmand ya tiene la mayor área de cultivo de adormidera de Afganistán, que en 2005 representó 25 por ciento de la superficie total del país. El Consejo Senlis también pronosticó un aumento en 2006 de 50 por ciento en el cultivo de opio, hasta alcanzar 40.000 hectáreas.
El Consejo dijo que hay una conexión directa entre la negligencia con respeto a los intereses de los cultivadores y el fracaso en abordar la pobreza extrema, y el actual estado de guerra en Helmand.
Muchos factores que condujeron a la desintegración de la confianza en la comunidad internacional y el gobierno central. Uno de ellos es el modo en que son percibidas las tropas extranjeras, como poco cuidadosas del valor de las vidas de los afganos, con una cantidad cada vez mayor de muertes y heridos civiles a manos de las fuerzas de la coalición.
Además, el bombardeo unilateral de Estados Unidos sobre Kandahar debilitó el apoyo de la población civil al gobierno de Karzai, señala el informe. También afirmó que los disturbios reciente en Kabul fueron un ejemplo de la creciente hostilidad del pueblo afgano hacia la comunidad internacional.
"Helmand es una amenaza temprana que preanuncia en qué podría convertirse todo Afganistán si no se adopta un enfoque radicalmente diferente en los próximos meses", aseguró Reinert.