«Nací un martes 13, que no me trajo mala suerte, sino todo lo contrario», dice Antonia Díaz rebosante de vitalidad y optimismo. Cuesta creer que esta pedagoga cubana, que estudia psicología y dirige una entidad educativa, cumplirá el próximo 13 de junio 84 años.
Su secreto es simple: mantenerse activa. Maestra primaria y doctora en pedagogía desde 1951, se jubiló en 1988, y siguió actuando como asesora del Ministerio de Educación.
"Durante el día me mantengo en mucho movimiento. Ahora estoy estudiando psicología, me ayuda a conocerme a mí misma", contó a IPS la profesora Díaz, con su hablar pausado y firme.
Estadísticas del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) indican que para el año 2025 Cuba será el país más envejecido de la región, con 25,9 por ciento de su población de 60 años o más. La lista coloca en los primeros lugares a Barbados (25,4 por ciento), Trinidad y Tobago (20,5 por ciento), Uruguay (20 por ciento) y Chile (18,4 por ciento).
"El envejecimiento poblacional es uno de los mayores triunfos de la revolución cubana, pero al mismo tiempo es uno de sus mayores desafíos", comentó a IPS Osvaldo Prieto, presidente de la Sociedad Cubana de Geriatría.
De ahí que el gobierno haya puesto en práctica en la década de los años 90 un programa de atención integral del adulto mayor que intenta dar respuesta a las necesidades específicas de ese sector en materia de salud y seguridad social.
De acuerdo con fuentes oficiales, en la actualidad existen en la isla más de 14.000 círculos de abuelos, o grupos que se forman generalmente a nivel de barrio, ya sea para el esparcimiento o para el cuidado durante el día. Además, se cuenta con unos 170 hogares de ancianos y con un plan de atención domiciliaria, que sirve a unas 100.000 personas de la tercera edad que viven solas.
Díaz estuvo un tiempo en un círculo de abuelos, pero lo dejó al comprobar que no respondía a sus expectativas. "Se hablaba mucho de problemas y carencias. Mi campo es intelectual", explicó la activa abuela cubana, quien desde el año 2000 es subdirectora de la Cátedra del Adulto Mayor de Ciudad de La Habana. "Ese es mi proyecto de vida", afirmó.
Esta entidad es centro de referencia para decenas de cátedras y filiales en todo el país, en las cuales se han graduado unos 30.000 alumnos de la tercera edad.
"En estas clases, el adulto mayor actualiza sus conocimientos, eleva su nivel cultural, logra una mejor comprensión sobre sí mismo y gana capacidad para dialogar con las otras generaciones", explicó a IPS, la psicóloga Teresa Orozco, presidenta de la cátedra habanera.
El interés de procurar una vejez prolongada y satisfactoria motivó la creación hace dos años del Club de los 120 Años, por parte de la Asociación Médica del Caribe, una organización no gubernamental cubana con estatus consultivo especial en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y órgano social de la Asociación de Estados del Caribe.
"Nuestra filosofía es que se puede llegar a los 120 años sin grandes esfuerzos ni grandes cosas, lo fundamental es proponérselo y empezar. Actualmente, tenemos 6.700 asociados de 34 países y en edades que van desde pocos meses hasta más de un siglo de vida", afirmó el médico cirujano cubano Eugenio Selman-Housein Abdo, presidente del club.
De acuerdo a datos brindados por Juan Carlos Alfonso Fraga, director del Centro de Estudios de Población, Cuba contaba en 2005 con cerca de 1,7 millones de adultos mayores, de los cuales el grupo de 80 o más años sobrepasaba los 300.000, y 59,1 por ciento eran mujeres.
Estas cifras, sumadas al bajo crecimiento poblacional, la reducción de la tasa de fecundidad y la elevada esperanza de vida al nacer colocan a Cuba entre uno de los países más envejecidos de América Latina y el Caribe. En el año 2004 la esperanza de vida alcanzaba los 77 años y la tasa bruta de reproducción (número promedio de hijas que tiene una mujer en su período reproductivo) era apenas de 0,75.
Demógrafos y especialistas cubanos observan con especial preocupación que la natalidad se reduce de año en año. En 2004 nacieron 1,54 hijos por mujer y en 2005 fueron sólo 1,49, según informó el diario Juventud Rebelde.
Con base en estas cifras se calcula que hacia el año 2015 las personas inactivas superarían a las laboralmente activas, por lo que no habría suficientes aportes de la población en edad de producción para solventar las jubilaciones de los retirados.
Más de 1,5 millones de personas están afiliadas en Cuba a la seguridad social, de las cuales 700.000 cobraban una mensualidad menor a 100 pesos (cuatro dólares) hasta antes de mayo del pasado año, cuando entró en vigencia un alza de 50 pesos (dos dólares), en promedio, de todas las jubilaciones.
"El envejecimiento de la población representa fuertes presiones en el sistema de seguridad social y plantea, al igual que lo ocurrido a nivel mundial, el tema de sostenibilidad financiera", se alertó en una investigación sobre política social cubana publicada en 2004 por la Comisión Económica para América Latina y el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas.