En vísperas del Día Mundial de la Libertad de Prensa, organizaciones de periodistas y de derechos civiles advirtieron que la «guerra contra el terrorismo» conducida por Estados Unidos ha congelado la libre expresión.
"Gracias, en gran parte, a la Ley Patriótica, nuestro gobierno excluye del país una vez más a periodistas y expertos extranjeros simplemente por sus creencias políticas", dijo Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión para las Libertades Civiles de Estados Unidos.
Romero realizó estas declaraciones en una conferencia celebrada en Nueva York y bajo la consigna "Una noche sinà", organizada con el PEN American Centre, la organización más antigua del mundo dedicada a la defensa de libertad de expresión y la lucha contra la censura.
Con el propósito de subrayar el problema de la exclusión política, escritores y actores de renombre leyeron en la conferencia, realizada la semana pasada, textos de autores prohibidos en Estados Unidos por sus opiniones políticas en determinados periodos históricos.
En esa lista figuraban escritores excluidos durante la guerra fría, tales como el novelista colombiano Gabriel García Márquez, el dramaturgo italiano Dario Fo, el poeta chileno Pablo Neruda (premios Nobel los tres), el poeta palestino Mahmoud Darwish, el escritor británico Graham Greene y el narrador y ensayista mexicano Carlos Fuentes.
"Acontecimientos como éstos ayudan a generar conciencia pública sobre lo que está ocurriendo ahora y sobre cómo la lucha actual se relaciona con luchas del pasado", dijo a IPS Larry Siems, director del programa Libertad para Escribir del PEN American Centre.
"Estados Unidos tiene antecedentes de exclusión de aquellos cuyas creencias políticas son consideradas inaceptables. Nosotros creemos que eso se debe al intento por limitar el alcance de la crítica y el debate sobre políticas y cuestiones controvertidos", agregó.
Un ejemplo reciente es el del suizo Tariq Ramadan, profesor visitante de la británica Universidad de Oxford e importante académico del mundo musulmán, con 20 libros, 700 artículos y 170 cintas de audio publicadas sobre asuntos islámicos.
Ramadan ha participado en debates con títulos tan significativos como "Por qué el Islam necesita un movimiento feminista" y "Demócratas musulmanes en Occidente y democratización del mundo musulmán: perspectivas para el compromiso".
Considerado como una de las personas más influyentes del siglo XXI por la revista Time, Ramadan se opone fuertemente a toda forma de terrorismo, y en ese sentido deploró los atentados que el 11 de septiembre de 2001 segaron 3.000 vidas en Nueva York y Washington.
"Ahora más que nunca necesitamos criticar a algunos de nuestros hermanos. Ustedes no tienen justificación si usan el Corán para justificar un asesinato", advirtió entonces.
A comienzos de 2004 le ofrecieron un cargo permanente como profesor de religión, conflictos y construcción de la paz en el Instituto Joan B. Kroc de Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame, en el central estado estadounidense de Indiana.
Ramadan recibió en mayo de ese año una visa especial como no inmigrante. Pero en julio, apenas nueve días antes de la fecha prevista para que él y su familia llegaran a Indiana, la Embajada de Estados Unidos en Suiza le informó que su visa había sido revocada.
Un mes después, Russ Knocke, portavoz de la división Inmigración y Aduanas del Departamento de Seguridad Interna, mencionó una disposición que abre la posibilidad de que la ideología sirva de fundamento a la revocación de visas.
"Creemos que la sección 411 de la Ley Patriótica y otras leyes amenazan la libertad de expresión porque pueden ser utilizadas para excluir a extranjeros de Estados Unidos por sus opiniones y discursos, más que por sus acciones", dijo Siems a IPS.
La Ley Patriótica, aprobada por el Congreso legislativo a instancias del gobierno de George W. Bush poco después de los atentados de septiembre de 2001, dio a las agencias de seguridad amplias facultades en materia de vigilancia y detenciones.
El PEN American Centre lanzó su Campaña para las Libertades Centrales para hacer frente al "impacto de las leyes y políticas sobre libertad de expresión establecidas luego del 11 de septiembre", indicó Siems.
La Campaña exhorta a los legisladores estadounidenses a proteger la privacidad personal necesaria para la libre búsqueda de información y exploración de las ideas, así como el acceso público a la información gubernamental y a las opiniones procedentes de este país y de todo el mundo.
También tiene el propósito de promover en Estados Unidos políticas que reflejen un compromiso con los derechos individuales, preservar estos derechos dentro del país y alentar su reconocimiento y ejercicio en todo el planeta.
El de Ramadan no es un caso aislado. Las autoridades estadounidenses también negaron la visa al abogado boliviano Fernando Rodríguez, experto en derechos humanos, y a la experta en salud y ex ministra nicaragüense Dora María Téllez.
En estos dos casos también se invocaron disposiciones de la Ley Patriótica sobre terrorismo.
La prensa estadounidenses goza de más libertades democráticas que muchos otros países. El Comité para la Protección de los Periodistas identificó la semana pasada como el país con peores condiciones de censura a Corea del Norte, seguida de de Birmania, Turkmenistán, Guinea Ecuatorial, Libia, Eritrea, Cuba, Uzbekistán, Siria y Belarús.
"En estos países las personas están prácticamente aisladas del resto del mundo por regímenes autoritarios que amordazan a los medios de comunicación y asfixian la información mediante leyes restrictivas, miedo e intimidación", dijo la directora ejecutiva del Comité, Ann Cooper.
"El periodismo no debería ser un delito", agregó.
Sin embargo, como señaló Siems, "normalmente, Estados Unidos no querría emular en cuestiones de libertad de expresión y derechos humanos a muchos de los países que actúan de modo similar".
El gobierno de Bush también fue criticado por sus intentos de obligar a periodistas a revelar sus fuentes confidenciales en nombre de la seguridad nacional.
La organización Reporteros Sin Fronteras observó que Estados Unidos cayó este año más de 20 lugares en su índice sobre libertad de expresión, hasta ubicarse en el puesto 44.
Los episodios decisivos para esta caída fueron el encarcelamiento de la periodista de The New York Times Judith Miller y medidas legales que debilitan la privacidad de fuentes periodísticas.
Tras la revocación de su visa, Ramadan envió un mensaje a los musulmanes de todo el mundo: "Sepan quiénes son, quiénes quieren ser, y comiencen a hablar y trabajar con quienes no son ustedes. Hallen valores comunes y construyan con sus conciudadanos una sociedad basada sobre la diversidad y la igualdad".
"Los musulmanes occidentales pueden marcar una diferencia crítica en el mundo de mayoría musulmana. Sin embargo, eso sólo puede ocurrir si sus gobiernos y otros ciudadanos no generan dudas en cuanto a su lealtad cada vez que critican políticas del gobierno", agregó.
"¿Acaso es esta una contribución amenazante? ¿No es un mensaje necesario y urgente en Estados Unidos en el mundo posterior al 11 de septiembre?", concluyó el académico.