Desde que fue introducido en Guinea en 1989, el microcrédito ha dejado su huella en este país de África occidental. Pero a veces los intereses son tan elevados que la deuda se vuelve imposible de pagar.
El fenómeno del microcrédito nació en los años 70 en Bangladesh, cuando el Banco Grameen comenzó a otorgar pequeños préstamos a personas demasiado pobres como para ser clientes de los bancos convencionales.
En teoría, este tipo de servicio financiero otorga a los solicitantes un instrumento valioso para salir de la pobreza, posibilitando que establezcan pequeñas empresas. En general se concede sin exigencias de garantías y es devuelto, habitualmente, en un periodo de entre seis meses y un año.
A los 45 años, Batouly Diallo, vendedora de alimentos en el mercado de Gaoual, en Guinea septentrional, es cliente de la firma Crédit Rural de Guinée, (CRG), una de las varias instituciones de microfinanzas que operan en este país.
La empresa otorgó un préstamo inicial de aproximadamente 30 dólares a Diallo, que se ha servido de fondos de la organización para mejorar sus ventas en los últimos siete años.
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"Desde que obtuve mi préstamo en CRG, mi vida cambió. Hoy, sin la ayuda de mi esposo, me las arreglo para comprar mis ropas y las de mis hijos", dijo a IPS.
Sin embargo, los altos intereses de estas entidades de microcréditos las hacen una opción menos atractiva para otros.
"Uno se encuentra con un interés anual de 30 por ciento", explicó a IPS un empleado de la firma de microcrédito Pride Finance que pidió no ser identificado.
"Es excesivo, pues por cada préstamo el cliente está obligado a devolver casi un tercio más" de la suma original, opinó.
Las tres principales organizaciones de microfinanzas en Guinea establecieron diferentes intereses: de 2,5 a 3,5 por ciento mensual en CRG, dependiendo del préstamo, de 1,2 a 2,5 por ciento en Yété Mali y de tres por ciento en Pride Finance. ("Yété Mali" significa "ayúdese a sí mismo" en el idioma local sussu).
Los gerentes de estos bancos dicen que esos intereses son necesarios para pagar al personal y los costos de funcionamiento.
"Si tenemos una disputa en (la meridional ciudad de) Nzérékoré, por ejemplo, estamos obligados a enviar un agente y cubrir sus gastos durante su estadía allí. Esto necesariamente implica costos", dijo Macky Bah, uno de los gerentes de Pride Finance, con sede en la capital, Conakry.
The Microfinance Gateway, un centro de recursos de microcréditos en Internet, también señala que la alternativa a los altos intereses tiene sus propios obstáculos.
"La institución de microfinanzas podría subsidiar los préstamos para hacerlo más accesible a los pobres. Muchos lo hacen", afirma una frase publicada en el sitio web de The Microfinance Gateway, financiado por donantes e instalado en Washington.
"Sin embargo, la institución pasa a depender del subsidio permanente. Y los programas que dependen de subsidios siempre están luchando para mantener sus niveles de actividad contra los recortes presupuestales, y raramente crecen de modo significativo", continuaba.
Además, los préstamos subsidiados pueden terminar siendo costosos para los futuros clientes.
"Una larga serie de estudios reveló que muchos programas con intereses subsidiados terminan usando mecanismos de racionamiento para distribuir los créditos, en respuesta a la demanda excesiva. Estos mecanismos hacen que quienes piden préstamos tengan que hacer malabarismos para conseguirlos, gastando considerable tiempo y dinero para obtener el préstamo", observó The Microfinance Gateway.
"En efecto, los costos de esas transacciones frecuentemente son más elevados que los de los intereses, lo que termina con la ventaja para el cliente de un interés subsidiado", agregó.
No obstante, los altos intereses se han cobrado sus víctimas en Guinea.
"No es sorprendente que muchos de mis ex clientes quedaran en bancarrota pese a su buena voluntad. Con un mercado tan volátil y un tipo de cambio que se devalúa tan rápidamente, no es fácil tener éxito. Hoy están escondidos para evitar la humillación", aseguró el empleado de Pride Finance.
Entre septiembre de 2000 y abril de 2006, la moneda de Guinea perdió casi 100 por ciento de su valor en relación al dólar y al euro.
"En Pride Finance entrenamos a nuestros clientes para permitirles administrar mejor sus préstamos. Pese a esto, hay algunos que se encuentran llenos de deudas", dijo Bah, quien desafía la sabiduría convencional en materia de subsidios.
"Sinceramente, pienso que la mejor solución es adoptar una estrategia nacional de microfinanzas que aspire a una reducción real de la pobreza. Y se debe hacer más para subsidiar a las organizaciones de microcrédito, para que no fracasen", añadió.
Francis Sagno, gerente de CRG, dijo que su institución también implementa medidas para protegerse de los morosos.
"No hay préstamos sin riesgos, y pedimos a nuestros clientes que den cierto número de garantías en efectivo o en especie, para cubrirlos", observó.
"Hacemos investigaciones (sobre los clientes) antes de tomar una decisión", explicó.
Además, cada cliente que pide un préstamo paga 10 dólares para que la organización abra un archivo personal, ya sea que se trate de alguien pobre o adinerado.
Pese a los altos intereses, las instituciones de microcrédito estiman que casi 60 por ciento de los clientes logran devolver sus préstamos. A las mujeres, que invierten en la venta de mercaderías básicas, les va mejor.
Los bancos tradicionales fracasaron en la atención de aquellos que intentan llegar a fin de mes con menos de un dólar por día. Y en un país donde la pobreza está tan extendida, miles acuden a los "microbancos" en busca de ayuda.