DDHH-CAMBOYA: El Jemer Rojo ya tiene quien lo juzgue

La controversia por el próximo juicio de los miembros sobrevivientes del totalitario régimen del Jemer Rojo en Camboya no amaina, ni aún con el nombramiento de los magistrados locales e internacionales que estarán a cargo del proceso.

Durante el reinado del terror de la organización maoísta Jemer Rojo (1975-1979), 1,7 millones de personas fueron ejecutadas o murieron como consecuencia de trabajos forzados y hambrunas en Camboya.

Este país de Asia sudoriental, uno de los más pobres de la región, tiene hoy una población de 11,5 millones de habitantes.

Chandra Nihal Jayasinghe, juez de 62 años que integra la Corte Suprema de Justicia de Sri Lanka, acaba de ser nombrado como miembro del tribunal, que estará compuesto por 17 camboyanos y 13 extranjeros.

"Esto representa a dimensión novedosa respecto de los emprendimientos judiciales en los que he estado comprometido", dijo a IPS en una entrevista telefónica desde su hogar en Colombo.
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La confirmación este mes de su designación por parte del rey de Camboya, Norodom Sihamoni, en una la lista de otros jueces internacionales y camboyanos, marcó otro hito en el largo y tortuoso viaje para establecer este tribunal para el procesamiento de crímenes de guerra.

Jayasinghe es el único jurista de un país en desarrollo propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que presentó una lista de 13 jueces y fiscales internacionales para las Cámaras Extraordinarias de los Tribunales de Camboya, nombre oficial de este cuerpo especial.

Los otros proceden de Austria, Estados Unidos, Francia, Holanda, Japón, Nueva Zelanda y Polonia.

Las nominaciones se procesan mientras el tribunal es objeto de controversias dentro de Camboya, en especial la actitud hostil hacia el cuerpo desplegada por el gobierno del primer ministro camboyano Hun Sen.

Organizaciones locales e internacionales de derechos humanos se manifestaron en contra de los magistrados camboyanos del tribunal, nombrados por Phnom Penh esta semana.

La organización Human Rights Watch (HRW) cuestionó la presencia del juez Ney Thol, general del ejército y presidente del tribunal militar del país, figure entre los 17 juristas camboyanos.

Ney Thol "tiene malos antecedentes en materia de derechos humanos", dijo a IPS Sunai Phasuk, investigador de HRW en Tailandia. "En un caso reciente, negó el derecho de la defensa a llamar a sus propios testigos y a examinar a los testigos de la fiscalía".

La reacción de Hun Sen a tales críticas era predecible. El jueves, en un discurso pronunciado en una reunión de estudiantes de derecho, atacó a quienes cuestionaron a los jueces camboyanos elegidos.

El primer ministro "comparó a sus críticos con animales pervertidos sexuales, entre otras cosas", declaró la Comisión Asiática de Derechos Humanos, con sede en Hong Kong.

"Este tribunal es muy importante para el pueblo camboyano, que tanto sufrió durante el periodo del Jemer Rojo", dijo a IPS Ny Chakrya, miembro de la no gubernamental Asociación Camboyana para los Derechos Humanos y el Desarrollo, con sede en Phnom Penh. "Ellos quieren ver un tribunal justo y transparente".

La ONU y el gobierno de Hun Sen negociaron durante 10 años la forma en que se juzgará a los criminales de la guerra civil en Camboya.

El tribunal especial acordado es un organismo único en el mundo, bien diferente de los establecidos para juzgar a los acusados por crímenes contra la humanidad cometidos en Ruanda y en la ex Yugoslavia.

En este cuerpo se mezclarán jueces internacionales y locales, que serán mayoría. En cambio, los tribunales patrocinados por la ONU para juzgar crímenes de guerra en Ruanda y Yugoslavia, sólo tenían juristas internacionales para asegurarles independencia.

Este tribunal de crímenes de guerra se instaló en un complejo de edificios con un centenar de oficinas en los suburbios de Phnom Penh. Tendrá tres cámaras: la de instrucción, previa al juicio, la del juicio propiamente dicho y la correspondiente a la Suprema Corte.

Además, habrá un equipo de jueces y fiscales de instrucción, a cargo de las investigaciones previas al juicio.

"Esperamos que los jueces vengan a Camboya para una reunión a fines de junio", dijo en Phnom Penh la portavoz del tribunal especial, Helen Jarvis, entrevistada por teléfono desde Phnom Penh.

En esa oportunidad comenzarán los controles preliminares, tras los cuales se comenzará a examinar las evidencias, explicó.

"Esperamos que los juicios se inicien a comienzos de 2007", agregó.

El juicio ayudará a las víctimas camboyanas de la brutalidad del Jemer Rojo a obtener, finalmente, justicia, pero también rescatar una historia difícil para la ONU, Estados Unidos y países vecinos como China.

Algunos de ellos ayudaron al ascenso al poder de Pol Pot, el líder del Jemer Rojo, mientras que otros lo prestaron asistencia luego de que su régimen fue derrocado por el ejército vietnamita.

Pol Pot, el líder del Jemer Rojo, falleció en 1998, pero otros dirigentes involucrados en actos de genocidio sobrevivieron.

Entre ellos figuran Ta Mok (también llamado "El Carnicero"), el jefe militar, y a Kaing Khek Lev ("Duch"), quien dirigió el macabro centro de interrogatorios de Toul Sleng, en Phnom Penh, donde fallecieron 14.000 "enemigos del estado", dejando sólo 12 reclusos sobrevivientes.

Ambos están en prisión tras haber sido acusados por un tribunal militar de crímenes de guerra y genocidio.

Otros, como Nuon Chea, segundo de Pol Pot, conocido como "Hermano número dos", Khieu Samphan, ex jefe de Estado durante los años del Jemer Rojo, y Leng Sary, ex ministro de Relaciones Exteriores, disfrutan de libertad tras una amnistía concedida por Hun Sen.

El brutal régimen del Jemer Rojo también es una mancha en el pasado del propio primer ministro Hun Sen, que lo integró hasta que desertó para unirse a las tropas vietnamitas que derrocaron a Pol Pot en 1979.

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