Los países de América Latina y el Caribe deben aprovechar la cobertura casi universal de la enseñanza primaria y la disminución de la población en edad escolar para orientar mejor los recursos en el sector y aumentar la calidad, según expertos de la ONU.
Una investigación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), divulgada en ocasión de la llamada "Semana de Educación para Todos" que concluye este domingo, evalúa la situación de los maestros y la calidad de la enseñanza en la región y en el mundo.
También examina "las medidas que se pueden adoptar para reducir la discrepancia entre esos dos factores, en particular en los países en desarrollo". Allí se compara las fortalezas y debilidades en materia de contratación de educadores, revisa las políticas de distribución geográfica de ellos y explora las condiciones de trabajo en cada país.
"Mientras otras regiones del mundo deben contratar nuevos profesores para alcanzar la universalidad de la educación primaria hacia 2015, América Latina y el Caribe puede hoy reducir la fuerza docente debido a la constante disminución de la población en edad escolar", señala el informe de esta agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Lograr la educación primaria universal es el segundo de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio a cumplir en 2015, según lo aprobado en 2000 por la ONU. También se propone en ese lapso reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos.
Las llamadas metas del milenio incluyen reducir a la mitad, respecto de 1990, la proporción de personas en la indigencia y con hambre, promover la igualdad de género, combatir la propagación del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, la malaria y otros males, asegurar la sustentabilidad ambiental y crear una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
El contexto educacional descrito para la región ofrece una gran oportunidad para mejorar su calidad, invirtiendo más recursos por alumno y profesor, plantea el documento, presentado el martes de modo simultáneo en Santiago, Nueva York, Montreal, Bruselas y París.
Sólo Bahamas, Guatemala y Paraguay necesitan expandir ligeramente la fuerza educadora para lograr la cobertura universal de la escuela primaria en la región, sostiene el estudio titulado "Los docentes y la calidad de la educación: seguimiento de las necesidades mundiales para 2015", realizado por el Instituto de Estadísticas de la Unesco.
La agencia decidió publicar el estudio durante la Semana de Educación para Todos, que va del lunes a este viernes y que anualmente recuerda al Foro Mundial de la Educación celebrado en 2000 en Dakar. Este año, la consigna es "Cada niño necesita un maestro".
El Instituto de Estadísticas estima que en el próximo decenio será necesario contratar a más de 18 millones de maestros en todo el mundo. Menos de 10 por ciento de esa cifra corresponde a la región. El estudio, con base en 102 países, 20 de ellos latinoamericanos y caribeños, consigna que en 2004 había 26 millones de maestros.
La Unesco advierte, además, que los países de América Latina y el Caribe deben poner especial atención en reducir la repetición del estudiantado, ya que ésta disminuye las posibilidades del alumno de completar su enseñanza, colocando considerable presión a los profesores.
Entre 2004 y 2015, en la región se necesitarán 1,6 millones más de educadores de primaria, pues se estima que 6,5 por ciento de los maestros en actividad dejan la profesión cada año por diversas razones.
Todos los países latinoamericanos y caribeños tienen en promedio menos de 40 pupilos por cada profesor, considerado el máximo para conseguir una educación de calidad. Cuba tiene una de las proporciones más bajas del mundo, con 10 alumnos por educador.
En cuanto a la preparación académica del profesorado, el informe señala que los estándares son relativamente buenos.
"Más de la mitad de los países exigen grado terciario (universitario o técnico-profesional) y las proporciones de profesores que actualmente cuenta con esa calificación son muy altas", apuntó.
La situación de América Latina y el Caribe contrasta con la de otras regiones que deben atender a una población estudiantil cada vez más numerosa, lo cual exige el aumento de la inversión para construir nuevos establecimientos y contratar más trabajadores docentes.
En este sentido, África subsahariana ostenta el mayor desafío, ya que entre 2006 y 2015 está obligada a aumentar en 68 por ciento su plantilla de maestros, es decir 1,6 millones más, para que todos los niños puedan recibir enseñanza primaria.
Los países que más profesores necesitan son los que al mismo tiempo presentan grandes restricciones presupuestarias. "A muchos de ellos sólo les queda la opción de recurrir a paradocentes que, por regla general, tienen una calificación profesional inferior a la de los maestros titulares y reciben remuneraciones mucho más bajas", advierte el informe.
La Oficina Regional de Educación de la Unesco, con sede en Santiago, sugirió que "los esfuerzos de los países deben orientarse a mejorar las condiciones de trabajo pedagógico y estimular la creación de equipos docentes que permitan superar el aislamiento de aquellos profesionales que laboran en zonas con poblaciones dispersas".
Planteó igualmente ampliar los servicios de atención de la primera infancia, desarrollar estrategias de apoyo pedagógico a las escuelas y a los maestros que permitan asegurar mejores aprendizajes, reducir la repetición y liberar recursos económicos adicionales, además de disminuir el tamaño de los grupos de alumnos.
"La situación del profesorado chileno es de dulce y agraz", dijo a IPS Juan Eduardo García-Huidobro, director de la Escuela de Educación de la privada Universidad Alberto Hurtado y del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación.
"Aunque la mayoría de los maestros en ejercicio se ha titulado en instituciones de educación superior, lo que da cierta ventaja, actualmente están enfrentados a grandes dificultades", comentó.
Por un lado, los maestros tienen problemas para comprender a las nuevas generaciones, "globalizadas y expertas en tecnologías", cuestión que los obliga a estar reciclándose permanentemente, añadió..
García-Huidobro recordó, además, que durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) se desvalorizó la profesión docente a través de la reducción de salarios, el debilitamiento de las facultades de educación y el reclutamiento de personas con bajo nivel académico, algo que también sucedió en otros países de América Latina bajo similares regímenes.
Aún quedan resabios de esa época pese a que la coalición de centroizquierda, que ha gobernado el país desde el retorno de la democracia y que sigue en el poder con la presidenta Michelle Bachelet, ha hecho grandes esfuerzos por revertir la deteriorada imagen social del magisterio.
El experto cree que dos de los principales escollos que tienen los profesores actualmente para conseguir aprendizajes de calidad son la insuficiente preparación que poseen para hacer realidad el cambio curricular y el extremadamente desigual sistema educativo chileno.
En tanto, el presidente interino del Colegio de Profesores de Chile, Darío Vásquez, comentó a IPS la preocupación que tiene el magisterio del país acerca de la disminución en 10 por ciento de la matrícula escolar durante la próxima década, ya que ello se traducirá en inestabilidad laboral, la cual se acrecentará paulatinamente.
También criticó las condiciones laborales de los maestros, que enseñan en salas de clases con 45 alumnos en promedio y que disponen de escaso tiempo para planificar.
Puntualizó, también, que el magisterio chileno cuenta con una gran incidencia de enfermedades físicas y mentales, tal como lo estableció en 2005 un estudio de la Oficina Regional de Educación de la Unesco.