BIODIVERSIDAD: Nombrar para poder proteger

Ningún gobierno discute que para proteger la biodiversidad se necesita un inventario taxonómico universal de todas las especies conocidas. Pero muchos se preguntan si semejante tarea es posible sin suficiente apoyo financiero de los países ricos.

Aunque la llamada Iniciativa Global de Taxonomía (GTI son sus siglas en inglés) fue debatida en el pasado, está de regreso en la agenda internacional, y el tema fue abordado en la octava Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP-8), que se realiza en la meridional ciudad brasileña de Curitiba desde el 20 hasta el 31 de este mes.

A la reunión asisten expertos ambientales y funcionarios de todo el mundo, que parecen determinados a adoptar el inventario que serviría para clasificar, con sus nombres, a miles de especies de plantas y animales.

La GTI es el resultado de una serie de discusiones celebradas en los últimos años, luego que la comunidad mundial reconoció que existían brechas significativas en el conocimiento humano sobre las especies y que carecía de pericia en materia de biodiversidad.

Tras un largo debate sobre la GTI en la primera semana de la COP-8, un grupo de trabajo conformado por delegados de distintos países decidió volver a la mesa de negociaciones a partir del 27 de marzo, dijeron funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que esperan un acuerdo final sobre la implementación cuando finalice la próxima ronda de reuniones.

"Yo creo que sí es posible (un acuerdo)", dijo a Tierramérica Ryan Hill, funcionario del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y encargado de programa en la Secretaría del Convenio sobre Biodiversidad.

Sin embargo, tanto quienes participaron en las negociaciones como los funcionarios de la ONU que los controlaron de cerca, dijeron que incluso si los delegados decidieran adoptar la Iniciativa, no lograrían ningún acuerdo sobre financiamiento para su implementación.

"Es un gran tema para nosotros porque muchos países en desarrollo no tienen suficientes recursos", señaló la delegación de Venezuela, agregando que en esta etapa ningún país rico mostró interés en asumir la responsabilidad de la asistencia financiera.

Hill coincidió, destacando que por lo menos 15 delegaciones de países en desarrollo de varias regiones plantearon la pregunta del financiamiento.

Los delegados a la cita decidieron avanzar en materia de recursos, involucrando a Bionet International, una organización sin fines de lucro ampliamente respetada por su dedicación a la investigación taxonómica de las especies, a quien le encargarán establecer un fondo para ayudar a elaborar catálogos sobre especies. Sin embargo, dudan que eso sea suficiente para lograr resultados deseables.

"Esta decisión no deposita ninguna responsabilidad particular en ningún país", dijo Hill, explicando que los países podrían contribuir con el fondo con la suma que ellos deseen, sin obligaciones legales.

Expertos e investigadores ambientales advierten que muchas especies seguirán en riesgo de extinción, lo que podría conducir a un mayor desequilibrio ecológico si no se amplía el acceso al conocimiento sobre ellos.

"El conocimiento taxonómico sobre muchas especies realmente falta", dijo a Tierramérica Jeroen Huising, experto en suelos tropicales residente en Kenia. "Si uno no puede identificar una especie, entonces es muy difícil de comunicar (sobre su conservación)".

Huising, coordinador de proyecto en el Centro Internacional de Agricultura Tropical, considera que la falta de conocimiento sobre las especies es un "problema global", porque muchas personas "no están muy interesadas en la taxonomía".

Hill coincidió; le preocupa que en los países en desarrollo el financiamiento aún "es muy bajo".

Documentos oficiales sobre el acuerdo de biodiversidad reflejan que muchas naciones ricas no gastan todo el dinero que podrían en racionalizar información sobre las especies.

Como resultado, según Hill, la cantidad de taxonomistas en el mundo se reduce constantemente.

Sin embargo, algunas naciones europeas, especialmente Alemania y Bélgica, parecen haberse tomado este tema seriamente, dijo.

Fatima Moreira, investigadora en ciencias biológicas de la brasileña Universidad de Lavras que asiste a la COP-8, parece haber confrontado personalmente el problema de la falta de conocimiento sobre muchas especies vivas.

Recientemente escribió un libro que explica cómo muchas especies de microorganismos subterráneos desaparecieron debido al excesivo uso de la tierra para la agricultura.

"No conocemos a alrededor de 95 por ciento de las especies que viven bajo la tierra", dijo, "porque no tenemos un inventario sobre biodiversidad global".

"Es triste que los medios de comunicación no les presten atención a estos temas", dijo, agregando que muchas especies subterráneas en la región amazónica son vitales para mantener el equilibrio ecológico.

* El autor es colaborador de Tierramérica. Este artículo fue publicado originalmente el 25 de marzo por la red latinoamericana de Tierramérica.

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