ESTADOS UNIDOS: Katrina, errores al desnudo

La máxima autoridad para el manejo de emergencias de Estados Unidos rechazó un pedido de 300 botes de goma, formulado por el estado de Louisiana para rescatar víctimas del huracán Katrina, porque no eran «apropiados para el ambiente».

Escenas como ésta son frecuentes a lo largo del Mississippi tras el paso de Katrina. Crédito: Leif Skoogfors/FEMA
Escenas como ésta son frecuentes a lo largo del Mississippi tras el paso de Katrina. Crédito: Leif Skoogfors/FEMA
El Departamento de Pesca y Naturaleza de Louisiana, en el sudeste de Estados Unidos, también solicitó a la Guardia Nacional del estado cinco autobuses para evacuar pacientes de los hospitales de Nueva Orleans, una de las ciudades más afectadas por el huracán.

La Guardia Nacional —fuerza de defensa que depende en primera instancia del estado y no del gobierno federal y que sólo actúa en caso de invasión o catástrofe— informó que la autorización no podía ser validada porque a los documentos de la solicitud le faltaban unos anexos.

Mientras, un capitán de la policía de Nueva Orleans afirmó que la Oficina de Preparación para Emergencias del municipio carecía de "plan, recursos y liderazgo".

Estas fueron apenas algunos de los errores que quedaron en evidencia en una audiencia del Senado de Estados Unidos convocada para analizar cómo se manejó la emergencia desatada por el huracán Katrina.
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Los senadores conocieron de primera mano graves equivocaciones cometidas antes, durante y después de la monstruosa tormenta y la inundación que devastaron buena parte de la costa estadounidense del golfo de México en agosto.

La audiencia fue realizada por el Comité de Seguridad Interna y Asuntos Gubernamentales, que se quejó por la negativa del gobierno de George W. Bush a entregar lo documentos que le fueron solicitados.

La semana pasada, Bush negó haber interpuesto obstáculos en la investigación del comité y aseguró haberle entregado miles de páginas de documentos.

Uno de los testigos del comité, William Lokey, hombre fuerte en Louisiana de la Agencia para el Manejo de Emergencias del gobierno federal de Estados Unidos (FEMA), dijo que desconocía el pedido de botes de goma.

También dijo ignorar que el Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos hubiera ofrecido a la FEMA cientos de trabajadores de búsqueda y rescate, 400 policías y gran cantidad de botes, vehículos aéreos y aplanadoras en las horas siguientes al huracán.

Esa oferta de ayuda fue ignoradas o utilizadas ineficazmente.

El Departamento de Seguridad Interior aportó a las tareas de rescate más de 300 botes, 11 naves aéreas, 119 elementos de equipamiento pesado, 300 camiones de descarga y otros vehículos para despejar escombros, así como terrenos para tiendas de campaña y otros refugios de emergencia.

El Servicio de Pesca y Naturaleza y el Servicio de Parques Nacionales de la agencia también ofrecieron escuadrones especialmente entrenados para misiones urbanas de búsqueda y rescate.

El periódico The Washington Post informó que a la FEMA le llevó casi un mes poner en funcionamiento todas esas ofertas de ayuda.

La presidenta del Comité, senadora Susan Collins, dijo que la falta de respuestas al ofrecimiento del Departamento del Interior dejaba en evidencia el "fracaso sistémico" en todos los niveles del gobierno y "una total falta de coordinación".

Lokey y otros testigos atribuyeron buena parte del caos antes y después del huracán a la magnitud de la tormenta y a la posterior inundación, a la carencia de una planificación para un desastre natural tan importante y a la crisis prácticamente total de las comunicaciones entre autoridades locales, federales y del estado.

Los cuatro testigos que se presentaron el lunes ante el Comité dijeron haberse enterado por una radioemisora local de la rotura de los diques construidos para impedir la inundación de Nueva Orleans —que está bajo el nivel del mar— bajo las aguas del lago Portchartrain y el golfo de México.

Un capitán de policía de Nueva Orleans, elegido para conducir los primeros esfuerzos de búsqueda y rescate, dijo al Comité que no disponía de botes ni de información, y que sus superiores no le dieron instrucciones precisas.

El oficial aseguró haber trabajado en total aislamiento respecto de otras unidades de rescate.

Pese a esos problemas, la operación de búsqueda y rescate —particularmente desde helicópteros de la Guardia Costera de Estados Unidos— recibió una alta calificación por parte del comité.

Uno de los integrantes del cuerpo legislativo, el senador demócrata Joseph Lieberman, aplaudió el trabajo de salvamento de vidas a cargo de equipos de rescate, muchos de los cuales se trasladaron a Nueva Orleans desde otros estados.

A pesar de haber admitido muchos errores, Lokey aseguró que la FEMA "salvó miles de vidas". Agregó que la agencia da ahora prioridad a la planificación, la organización y el equipamiento en prevención de la temporada de huracanes de este año.

"Estamos participando en una evaluación muy completa", dijo Russ Knocke, portavoz del Departamento de Seguridad Interna, bajo cuya órbita se desempeña la FEMA. "Queremos ser nuestros críticos más severos."

Meses antes de Katrina, el Departamento de Seguridad Interna realizó un ejercicio de entrenamiento Huracán Pam, que concluyó con un pronóstico preciso de las consecuencias de un huracán de las categorías cuatro o cinco sobre Nueva Orleans, incluidas roturas en el sistema de diques.

Pero al ejercicio no siguieron pasos concretos de prevención.

Bush dijo que la magnitud del huracán no se conoció con anterioridad a su embate sobre la costa del golfo de México. Sin embargo, el director del Centro Nacional de Huracanes afirmó haber enviado una severa advertencia a la Casa Blanca dos días antes.

El presidente también prometió reconstruir Nueva Orleans, y el Congreso legislativo asignó miles de millones de dólares a la tarea. La entrega de los fondos está, al parecer, estancada por motivos burocráticos, así como por discusiones político-partidarias.

Miles de residentes de Nueva Orleans que debieron abandonar sus hogares manifiestan indignación por lo que consideran una frustrante persecución de documentos. La FEMA, por ejemplo, les pide documentos que se destruyeron con la propia inundación.

La agencia recibió miles de casas rodantes para residentes cuyos hogares fueron destruidos por Katrina, pero la mayoría de ellas todavía están vacías y en áreas distantes de donde se las necesita, a causa de la confusión sobre dónde deben ser ubicadas de acuerdo con las leyes.

Varios contratistas privados fueron acusados de fraude en perjuicio de propietarios de viviendas en la costa del golfo de México. Dos empleados de la FEMA son acusados ante la justicia de aceptar cada uno 10.000 dólares en sobornos por permitir que un contratista inflara la cantidad de comidas servidas en un campamento a sobrevivientes de Katrina.

Agencias humanitarias privadas, así como el gobierno, también recibieron críticas por su falta de planificación. La más prominente es la Cruz Roja de Estados Unidos, cuyo director renunció en desacuerdo con el resto del consejo que gobierna a la organización.

Katrina y Rita, el huracán que le siguió, dejaron sin empleo a más de 281.000 habitantes de Louisiana, 14 por ciento de la fuerza de trabajo del estado.

Estos fenómenos climáticos desataron una estampida de solicitudes de subvención por desempleo que amenaza con llevar a la bancarrota al fondo del gobierno de Lousiana a cargo de esos subsidios, según el diario Times-Picayune, de Nueva Orleans.

El periódico informó que desde fines de octubre se presentaron en Louisiana 281.745 demandas de subvención por desempleo, cuando en todo 2004 fueron 193.000, según el Departamento de Trabajo del estado.

La cantidad de demandas fue 13 veces superior a la normal en un periodo de siete semanas.

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