AFGANISTÁN: La violencia ignora la diplomacia

La incesante violencia y los ataques suicidas en el sur de Afganistán ensombrecieron la última reunión entre representantes de este país devastado por la guerra y donantes internacionales, celebrada esta semana en Londres.

Delegados de unos 70 países y de instituciones internacionales se comprometieron en la conferencia, que comenzó el lunes y finalizó el miércoles, a mantener el apoyo financiero para Afganistán, postrado por la violencia y la pobreza.

Al menos 1.600 personas, incluidos 91 militares estadounidenses, murieron el año pasado en la ola de violencia desatada por el remozado movimiento islamista Talibán, que ocupó el poder en Kabul en 1996 y fue depuesto en diciembre de 2001.

El mes pasado en Kandahar, ex baluarte del Talibán, más de 30 personas, entre ellas un alto diplomático canadiense, murieron en ataques suicidas, un fenómeno nuevo y en crecimiento en Afganistán.

El 31 de enero, el portavoz del Ministerio de Defensa afgano, general Zahir Azimi, indicó que 36 supuestos simpatizantes de Talibán fueron arrestados durante operaciones de búsqueda en las localidades de Kubi y Loya Wila.
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Un día antes, el ejército afgano había informado sobre el arresto, por separado, de dos "presuntos atacantes suicidas" en Kandahar.

Mohammad Fazal Afzal, comandante del primer batallón del cuerpo provincial del ejército en Kandahar, dijo que un hombre que pretendía detonar su coche bomba contra un vehículo que transportaba soldados rumanos chocó antes contra un camión, lo que provocó el pánico.

Soldados del ejército afgano, alertados sobre el atentado, arrestaron al atacante y le confiscaron misiles, cápsulas de gas y explosivos.

"Un taxista nos había informado justo una hora antes que un vehículo sospechoso estaba en camino desde el (meridional) pueblo de Spin Boldak a Kandahar. Las tropas rumanas doblaron por la carretera. La camioneta que venía golpeó al camión. Afortunadamente, los explosivos que iban dentro de la camioneta no explotaron", relató Fazal.

Unos 18.000 soldados de la coalición militar que invadió Afganistán en 2001, con Estados Unidos al frente, están hoy desplegados en el país, la gran mayoría en el sur y este. Su tarea prioritaria es el combate contra los remanentes de Talibán.

Además, están apostados 10.000 soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), principalmente en las provincias del centro y norte del país. La Policía Nacional Afgana, recompuesta tras la caída de Talibán, cuenta hoy con casi 58.000 miembros entrenados.

El portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, el mayor Andrew Elmes, dijo a la prensa el 30 de enero que la fuerza de paz de la OTAN se desplegará pronto en las provincias meridionales de Kandahar, Zabul, Uruzgan, Helmand, Nimroz y Farah.

Algunas de las fuerzas trabajarán tanto en operaciones de seguridad como en proyectos de reconstrucción, agregó. Otras estarán comprometidas en la lucha contra la droga y en operaciones de contrainsurgencia en las áreas más violentas del país, con poblaciones afines a Talibán.

El ministro británico de Defensa, John Reid, prometió el 26 de enero el envío de unos 4.000 soldados a Afganistán, anuncio que, según Elmes, ayudó a la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad a seguir adelante con su plan de ampliar su presencia al sur.

El portavoz también señaló que hasta ahora fracasaron los esfuerzos por hallar cualquier rastro de un helicóptero turkmeno que desapareció la semana pasada, mientras volaba de la noroccidental ciudad pakistaní de Peshawar de regreso a Turkmenistán, luego de finalizar su misión, encomendada por el Comité Internacional de la Cruz Roja.

Mientras, el portavoz de las fuerzas de Estados Unidos, teniente coronel Laurent Fox, dijo que entre 2.500 y 3.000 soldados serían reemplazados por fuerzas de la OTAN.

"El tiempo exacto de la retirada de la fuerza de la coalición no está claro, pues depende de la situación en la región, pero todavía es probable que tenga lugar el próximo verano", dijo Fox.

Las autoridades afganas acusan a Pakistán de fomentar problemas y de refugiar a "insurgentes" que cruzan la frontera. El gobernador de Kandahar, Asadullah Khalid, dijo a la prensa el domingo que nueve sospechosos armados, incluidos dos pakistaníes, fueron arrestados en la provincia fronteriza.

La semana anterior, la policía de Kandahar había arrestado a dos afganos con explosivos ocultos en sus cuerpos y motocicletas y que confesaron su intención de inmolarse en la ciudad.

El domingo, un convoy de las fuerzas estadounidenses fue atacado en la localidad de Tarank, en la provincia de Kandahar, pero no se registraron víctimas mortales, informó el general Rahmatullah Raufi, jerarca del Cuerpo del Ejército Provincial.

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, y la secretaria de estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, así como varios ministros extranjeros, asistieron a la reunión de Londres, copresidida por el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente afgano Hamid Karzai.

(*) Publicado por IPS en convenio con la agencia de noticias afgana Pajhwok Afghan News

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