DESAFÍOS 2005-2006: Venezuela se vale de cambio político regional

El presidente venezolano Hugo Chávez puede inscribir el triunfo electoral de su aliado Evo Morales en Bolivia como la última pieza de una cadena de victorias en 2005, por haber apoyado cambios de color político en la región, aunque encajó un par de reveses que presagian un muy agitado año 2006.

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Con el viento a favor de unos precios petroleros récord, Chávez impulsó alianzas con sus vecinos del Caribe y América del Sur, se proyectó como imagen de oposición regional a Washington y, mientras la economía venezolana crecía por segundo año consecutivo, sus seguidores afianzaron su dominio sobre todos los poderes públicos de este país.

Pero chocó con el presidente mexicano Vicente Fox, en la primera línea de una confrontación entre el norte y el sur de América, y su prédica revolucionaria dejó indiferentes a millones de sus compatriotas, que desoyeron su llamado a participar en los comicios parlamentarios del 4 de diciembre.

Chávez "ha avanzado en los dos pilares de su política internacional: una 'revolución' que cambie el color político del continente, con giro a la izquierda, y una acumulación de fuerzas que apuntale un mundo multipolar, opuesto a Estados Unidos", dijo a IPS el politólogo Alberto Garrido, docente de posgrado en la Universidad de Los Andes.

"Ese conflicto mayor con Estados Unidos va reuniendo a movimientos políticos y sociales de América Latina, y ahora a gobiernos, que tienen en sus manos un cóctel explosivo, constituido por las mayores reservas de petróleo y gas de la región, combinadas con una política revolucionaria", estimó Garrido, en referencia a Venezuela y a Bolivia.
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El dirigente izquierdista de los cultivadores de coca Morales, muy crítico de Estados Unidos, ganó la Presidencia de Bolivia en los comicios del 18 de este mes.

Frente a esta resistencia, Estados Unidos sostiene un Plan Andino militar, que extiende a toda el área de los Andes el Plan Colombia, definido como contención de las guerrillas y el narcotráfico de ese país sudamericano, pero que el Comando Sur del Ejército estadounidense apunta también contra "el populismo radical".

Allí puede haber un foco de problemas para Chávez, pero también para su par colombiano, el derechista Álvaro Uribe, si éste se ve rodeado de gobiernos de tendencia izquierdista.

Quizá por ello, Caracas y Bogotá compran tiempo, con acercamientos políticos y acuerdos económicos, "lo que puede cambiar a mediados de 2006, una vez que Uribe alcance su reelección", dijo el ex embajador en Colombia, Fernando Gerbasi.

Este año cierra con récord en el comercio binacional, 3.000 millones de dólares con una balanza dos a uno a favor de Bogotá. Venezuela comprará una empresa petroquímica colombiana, y se pactó construir un gasoducto que cruzaría el norte de la frontera, como preámbulo de un proyecto mayor, un oleoducto desde el noroeste venezolano hasta el Pacífico.

Un logro con mayor proyección de Venezuela en la región fue Petrocaribe, una alianza para suministrar 198.000 barriles diarios de petróleo a 12 naciones caribeñas con financiamiento en forma de crédito blando de 40 por ciento de la factura, además de que Caracas aceptará en pago productos o servicios de esos países isleños.

Hacia el sur, los éxitos no son menores: Venezuela compró a Argentina más de 1.300 millones de dólares en bonos de deuda y le vendió combustible, activó expendios de gasolina, ayudará a una refinería y producirá y reparará buques en astilleros de ese país, todo lo cual será parcialmente pagado con productos agrícolas o manufacturas.

Con Paraguay y Uruguay se firmaron acuerdos de suministro de combustible y ampliación de refinerías, mientras que con Brasil se pactó construir una refinería en su nordeste, como una asociación de los gigantes estatales Pdvsa, venezolano, y Petrobras, brasileño.

Chávez y su homólogo argentino Néstor Kirchner proyectaron la construcción de un gasoducto desde el mar Caribe hasta el Río de la Plata, que "involucrará también a Bolivia", dijo a IPS el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez.

"Durante un siglo el imperialismo nos asignó el papel de suministrarle petróleo, y seguiremos exportando a Estados Unidos, pero diversificamos nuestros mercados", sostuvo Ramírez.

Además, Venezuela ingresó como miembro del Mercado Común del Sur (Mercosur), aunque todavía en proceso de adhesión a ese bloque de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Con sus socios del Mercosur, Chávez hizo causa común al enfrentar, en la Cumbre de las Américas de noviembre en Argentina, la propuesta mexicana de reanudar las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), una congelada iniciativa estadounidense.

Fox, devenido en portavoz de los 29 gobiernos que apoyaron la iniciativa, criticó al mandatario venezolano por participar a la vez en la Cumbre y en el mitin contra ella en el estadio Mundialista de la ciudad argentina de Mar del Plata.

Chávez replicó acusando a Fox de "cachorro del imperio" y de "arrodillarse ante Washington", con lo que escaló una confrontación diplomática que se acercó a la ruptura y colocó a Caracas y a México, las dos potencias petroleras de la región, como adalides de posiciones entre las que deberán optar sus vecinos.

En la "ofensiva global" que Garrido atribuye a Chávez, Venezuela se acercó este año a Rusia, España y China, con la compra de armas por unos 2.000 millones de dólares y acuerdos para suministrar hasta 300.000 barriles diarios de petróleo a Beijing, y respaldó la intransigente defensa de Irán de su derecho a un desarrollo nuclear.

Venezuela incluso se dio el lujo de vender con descuento combustible de calefacción para comunidades de bajos ingresos en las ciudades estadounidenses de Nueva York, Boston y Chicago.

Aquí puede haber un talón de Aquiles. "Chávez no debe estar regalando petróleo afuera mientras no tenemos casa y pasamos necesidad", dijo a IPS Esther de Quintero, al frente de un pequeño puesto de comidas en el centro de Caracas. "El presidente debe ocuparse primero de los pobres de aquí y, si sobra, ayudar a los demás", sostuvo.

La revista colombiana Semana declaró a Chávez "el hombre del año", porque "alteró el mapa político del subcontinente, distribuyó su riqueza petrolera por los cuatro puntos cardinales, desafió a Estados Unidos y, de ser percibido como un payaso tropical, pasó a posicionarse como el dirigente latinoamericano de mayor influencia global".

La economía de Venezuela creció nueve por ciento, la tasa mayor de la región según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, y mejoraron indicadores sociales, económicos y de derechos humanos, según organizaciones no gubernamentales.

El consumo creció y, por ejemplo, hubo un récord de ventas de vehículos nuevos, 204.000 unidades entre enero y noviembre de 2005, unas 73.000 más que en el mismo período del año anterior en este país de 26,5 millones de habitantes, según el gubernamental Instituto de Estadísticas.

En el terreno político, los seguidores de Chávez completaron el control de los poderes públicos —nacionales, regionales y locales—, al conquistar los 167 asientos en la Asamblea Nacional legislativa.

Pero ese parlamento monocolor se logra al precio de que se hayan retirado de los comicios los principales partidos de oposición, alegando su desconfianza en el poder electoral, y, sobre todo, de una abstención récord en ese tipo de elecciones, de 75 por ciento.

Cuando el electorado se pronunció en un referendo sobre el mandato de Chávez, en agosto de 2004, sufragaron 10 millones de personas, de las cuales seis millones a favor del presidente, pero año y medio después, con intensificación de programas sociales y de la prédica del mandatario, apenas acudió a respaldarlo la mitad de ese electorado, tres millones.

"Creo que llegamos a un punto de inflexión, y que el momento de mayor éxito del proyecto bolivariano coincide con el momento de mayor hartazgo de la sociedad en torno a la política", propuso como explicación el sociólogo Tulio Hernández.

El proyecto de Chávez "nunca había estado tan sólido, en el sentido de tener el control de todos los poderes, y nunca tan tembloroso, en el sentido de que tan poca gente haya ido a votar en las elecciones parlamentarias", agregó.

En opinión de Hernández, "ya más éxito para Chávez es imposible. Por lo tanto, lo que viene de ahora en adelante es una confrontación con el declive, y vamos a ver cómo lo asume el poder".

Al compartir con habitantes de una zona humilde cercana a Caracas la víspera de Navidad, el presidente, en el poder desde 1999, reiteró su plan de obtener 10 millones de votos en las elecciones presidenciales de diciembre de 2006. El padrón tiene 14,5 millones.

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