AMÉRICA LATINA: Morales bendecido por sus hermanos indígenas

La elección del dirigente campesino Evo Morales como nuevo presidente de Bolivia «es una señal de esperanza» para los empobrecidos y discriminados indígenas de América Latina, señalaron a IPS líderes nativos de la región.

"(Con Morales) viene un viento refrescante" para todos los pueblos originarios, dijo la guatemalteca Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz.

Por su parte, el presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Luis Macas, consideró que el triunfo del líder del Movimiento al Socialismo (MAS) es un hito no visto "desde la época de la colonia (española)"

Morales, quien ganó con 51 por ciento de los votos emitidos en las elecciones generales del domingo, asumirá el 22 de enero como el primer mandatario indígena en la historia de Bolivia, que tiene 60 por ciento de sus 9,2 millones de habitantes identificados con algún pueblo originario, según el censo nacional de 2002.

Este líder político de 46 años y perteneciente a la etnia aymara, fogueado en la conducción de las movilizaciones de los cultivadores de hoja de coca en la central región de Chapare, reivindica en su discurso las luchas de sus antepasados y la cosmovisión de los nativos respecto del mundo y de la historia.
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"Este (el triunfo de Morales) es un precedente importante en las luchas sociales de toda la región, pero no hay que ser triunfalistas, pues sabemos que él va a necesitar todo el apoyo de sus hermanos", declaró Menchú, la activista de origen maya ganadora del premio Nobel de la Paz en 1992.

Rafael González, presidente del Comité de Unidad Campesina de Guatemala, señaló a IPS que espera que "el triunfo de Morales repercuta en toda América" y que en el futuro otros pueblos indígenas "tengan, como el boliviano, a un presidente que realmente los represente".

En América Latina, donde viven entre 33 y 40 millones de indígenas de 400 grupos étnicos distintos, los nativos enfrentan altos grados de pobreza y discriminación.

Sus organizaciones y dirigentes, como Morales, Menchú, Macas y González, entre otros, vienen denunciando esa realidad y pidiendo con creciente fuerza cambios políticos y sociales en sus países desde inicios de la década del 90.

En los últimos 15 años, los movimientos que congregan a las etnias originarias de América Latina han derrocado gobiernos en Bolivia y en Ecuador, y promovieron nuevas rutas en los procesos políticos como en el caso de México, donde hizo su irrupción en 1994 el guerrillero Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Además, dejaron en ese lapso huellas profundas en los parlamentos, ministerios, alcaldías y hasta en una vicepresidencia como la de Bolivia, que fue ejercida por el también aymara Víctor Hugo Cárdenas entre 1993 y 1997.

Ahora llegará por primera vez a la presidencia de un país latinoamericano un indígena, según da cuenta la Conaie, al que apoyan la mayoría de sus compatriotas y también sus hermanos de raza de otros países.

"Siempre va a contar (Morales) con sus hermanos indígenas. Si lo podemos aconsejar o apoyar en algo lo haremos", expresó Menchú.

La premio Nobel de la Paz advirtió que el nuevo mandatario enfrentará "un trabajo muy complicado y complejo, pues dirigirá un país donde el racismo y la discriminación son muy profundos", además de "tener graves problemas económicos, de pobreza y de divisiones sociales y políticas".

El estudio "Pueblos indígenas, pobreza y desarrollo humano en América Latina: 1994-2004", elaborado por el Banco Mundial, indica que en Bolivia 74 por ciento de los nativos sufren pobreza.

La investigación precisa que "casi dos tercios de la población indígena se encuentran entre el 50 por ciento más pobre de la población" y advierte que, "si las ganancias fuesen distribuidas perfectamente, la población indígena requeriría contar con un ingreso por persona equivalente al doble del de la población no indígena para poder escapar de la pobreza".

En ese país andino, los indígenas tiene 3,7 años menos de escolaridad que los no indígenas, que llegan a 9,6 años, y la incidencia del trabajo infantil es cuatro veces más alta entre los niños indígenas que entre los no indígenas, añade el estudio.

El Banco Mundial recuerda que los últimos 15 años crecieron "de manera sorprendente" la influencia y el poder político de los nativos en toda América Latina (que suman 10 por ciento de los habitantes de la región), así como las leyes a favor de su salud y educación.

Sin embargo, sus niveles de ingreso, al igual que sus indicadores de desarrollo humano en educación y condiciones de salud "han quedado sistemáticamente a la zaga en relación con los del resto de la población".

En América Latina, donde los pueblos aborígenes se concentran mayoritariamente en Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú, el hecho de nacer indígena es casi una condena a ser pobre, indica el informe.

Según Luis Macas, es una suerte para Bolivia y América Latina tener a un presidente indígena. "Desde la época colonial no se había visto algo así", apuntó.

Su compañero en la Conaie y encargado de procesos organizativos en esa agrupación, Miguel Guatemal, consideró alentador constatar que Morales haya ganado la elección presidencial "dentro de una instucionalidad neoliberal y colonial".

"Para los indígenas de América el triunfo de Morales es un precedente importante, que indica que hay esperanza en el futuro", comentó a IPS el dirigente eucatoriano.

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