IRAQ: Pesadilla y resurrección de una feminista

La iraquí Zainab Salbi, que tenía 11 años cuando su padre fue reclutado como piloto personal de Saddam Hussein, presenció aterrada desde la primera fila los delitos perpetrados por el régimen contra las mujeres.

Salbi asegura que su familia estuvo bajo el control total del dictador iraquí, y recrea con hechos esa sensación en sus memorias, publicadas con el título "Between Two Worlds: Growing Up in the Shadow of Saddam" ("Entre dos mundos: Creciendo a la sombra de Saddam").

En el libro, editado este año por Gotham Books, Salbi recuerda el clima de miedo predominante en Iraq durante el régimen de Saddam Hussein (1979-2003), en especial la violencia que el Estado patrocinaba contra las mujeres.

Su padre trasladaba regularmente a Saddam Hussein desde Bagdad hasta Tikrit, su pueblo natal.

Cuando Salbi cumplió 20 años, su madre la envió a Estados Unidos para someterla a un casamiento "arreglado". Pero su intención real era alejarla del creciente interés que Saddam Hussein manifestaba por ella. De cualquier manera, el matrimonio se volvió otra pesadilla.

En 1993, Salbi fundó Women for Women International, organización sin fines de lucro que ayuda a las mujeres en regiones devastadas por las guerras a reconstruir sus vidas. Su experiencia en ese sentido se remonta a la conflagración entre Iraq e Irán (1980-1988).

Su programa más exitoso es una red que vincula a mujeres de 33 países con otras que han sobrevivido a guerras. Cada mes, las participantes intercambian cartas y las que pueden remiten modestas sumas de dinero a las desposeídas.

Al presentar su libro en Nueva York, Salbi recordó de "la violación masiva de mujeres chiitas a medida que eran deportadas a la frontera de Iraq".

La activista describió cómo la violación era utilizada como forma de castigo, así como el chantaje que sufrían las mujeres para reclutarlas en el servicio secreto con la misión de espiar a sus familiares.

"Teníamos un 'Día del Pueblo', en el que las personas podían pedirle en persona a Saddam Hussein una solución a sus problemas", relató Salbi. "Y si a él le gustaban las mujeres que conocía en estas audiencias, se las conducían a una habitaciones para violarlas."

La activista quiere atraer la atención sobre lo que ocurrió en Iraq bajo el régimen de Saddam Hussein, pero también manifiesta su gran preocupación por la situación actual de las mujeres en su país.

"Mujeres profesionales y trabajadoras han sido asesinadas. Yo sé de unos 20 casos", dijo. "A diario vemos cuerpos de mujeres en las riberas del Tigris y el Éufrates. Peluquerías femeninas han sido blanco de bombardeo y universitarias son sometidas a secuestro y violación."

La organización de derechos humanos Amnistía Internacional aseguró en febrero que las iraquíes continúan conviviendo con la violencia y el miedo.

"El vacío legal y el recrudecimiento de las matanzas, los secuestros y las violaciones que siguieron al derrocamiento del gobierno de Saddam Hussein han restringido la libertad de movimiento de las mujeres y su capacidad de estudiar o trabajar", según el informe.

El estudio indica que la mutilación genital femenina, los crímenes de honor y la violencia doméstica también se incrementaron en ese contexto de violencia generalizada.

Salbi cree que el mundo debe prestar más atención a la voz de las mujeres, en especial en las zonas que más han sufrido los conflictos armados.

"Ellas son aproximadamente 60 por ciento de la población en esas áreas, y no pueden ser marginadas de la toma de decisiones en el debate sobre la construcción nacional", dijo.

La activista destacó el coraje de las mujeres de Bosnia-Herzegovina y Ruanda que denunciaron las violaciones masivas perpetradas en sus países.

"No habríamos cambiado las leyes internacionales para procesar la violación masiva como delito de genocidio" si no hubiera sido por ellas, señaló.

Pese a la situación en Iraq, una encuesta realizada por Women for Women International indica que 90 por ciento de las entrevistadas en ese país son "muy optimistas sobre el futuro". En opinión de Salbi, "este es un hallazgo muy importante" y "no deberíamos menospreciarlo".

La encuesta también encontró que 94 por ciento de las mujeres son "inflexibles" en la convicción de que sus derechos legales deben ser protegidos. Y esto tiene que hacerse "no sólo por el bien de las mujeres, sino por el bien del país", dijo.

"Si no lo logramos, podríamos perderlas a manos de fuerzas más fundamentalistas", advirtió Salbi.

Por otro lado, la activista también considera esencial utilizar el juicio a Saddam Hussein para abrir "un proceso" en el cual "decir nuestra verdad, documentando nuestro pasado en Iraq".

Pero Salbi teme que el dictador "sea acusado sólo por un puñado de delitos", e insistió en la oportunidad de incluir sus crímenes contra las mujeres.

"Este es un punto muy importante en términos de sentar precedentes para futuros gobiernos de Iraq y para la sociedad en su conjunto, en el sentido de que la violencia contra las mujeres no va a ser tolerada", dijo.

"Este juicio es una oportunidad histórica", opinó.

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