Activistas de las organizaciones sociales y políticas presentes en la reunión paralela a la IV Cumbre de las Américas, que comenzará este viernes en Argentina, celebran ya lo que consideran un retroceso de la influencia de Estados Unidos en la agenda hemisférica.
El presidente estadounidense George W. Bush "está abriendo el paraguas", declaró a IPS el sindicalista argentino Juan González, coordinador de la denominada III Cumbre de los Pueblos, que se realiza desde el martes y hasta este sábado en el balneario de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires, al igual que lo hará la reunión de mandatarios americanos.
"Sabemos que Estados Unidos pretende que los documentos de esta cumbre contemplen algún tipo de compromiso para retomar las negociaciones del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas impulsadas por Washington), pero también sabemos que está muy complicado", dijo González.
Este viernes llegarán a Mar del Plata, controlada por miles de policías, los jefes de Estado y de gobierno de 34 países del continente, todos excepto Cuba, para celebrar el cuarto encuentro de este tipo bajo el lema que reza "Crear empleo para reducir la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática".
En una negociación contrarreloj, los delegados oficiales acordaron los objetivos sobre el lema, pero se mantienen las diferencias respecto del ALCA. Para algunos gobiernos es imprescindible y para otros se requiere como condición previa el abandono de Estados Unidos de los subsidios a su producción agrícola.
[related_articles]
En entrevista publicada este miércoles, Bush admitió que la discusión del ALCA está estancada, pero restó importancia a ese repliegue al afirmar que lo más importante hoy es la negociación de la Ronda de Doha en la Organización Mundial del Comercio, abierta en 2001 en la capital de Qatar y que tendrá su instancia clave en la conferencia ministerial de diciembre en Hong Kong.
Esa apreciación fue interpretada por González como el modo diplomático de Bush para anticiparse al fracaso. En los últimos días, funcionarios de Washington habían señalado que el libre comercio es un factor clave para la creación de empleo y el combate contra la pobreza.
En ese sentido se expresó este miércoles en Buenos Aires el secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, quien ratificó que el ALCA es uno de los objetivos centrales del gobierno de su país para el futuro, aunque se haya apartado de la agenda inmediata.
Gutiérrez añadió, según el diario argentino Clarín en su versión digital, que "el libre comercio ayuda a crecer a las economías y saca de la pobreza a los pueblos", por eso el gobierno de Bush seguirá "insistiendo hasta que algún día haya un acuerdo de libre comercio de las Américas"..
Según versiones extraoficiales, Estados Unidos, Canadá, México y Chile proponen que haya alguna mención al ALCA en la declaración final y en el plan de acción de esta cumbre. En cambio, Venezuela rechaza de plano ello, mientras que Argentina y Brasil se resisten a incluirlo fuera del marco de una discusión por los subsidios agrícolas.
Este estado de cosas representa un logro para las organizaciones sociales y políticas de izquierda que repiten su encuentro ante cada cita de gobernantes americanos. La resistencia a la creación del ALCA y las propuestas de otro modelo de integración continental son la constante de las tres ediciones de la Cumbre de los Pueblos.
Los integrantes de la también llamada contracumbre rechazan, además, los acuerdos comerciales bilaterales o con grupos de países que está negociando y firmando Estados Unidos, con el modelo convenio que tiene con Canadá y México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
En la III Cumbre de los Pueblos participan activistas de esos países que rechazan los acuerdos junto a cientos del resto de América, entre los que se cuentan estudiantes, trabajadores, artistas, líderes religiosos, indígenas, de organizaciones de mujeres, luchadores por los derechos humanos. Las dos ediciones anteriores fueron en Santiago de Chile, en 1998, y Québec, Canadá, en 2001.
"En nuestra declaración final, que todavía la estamos elaborando, vamos a pedir que se suspendan definitivamente las negociaciones del ALCA y vamos a plantear (también) que no se siga avanzando en un acuerdo de lucha continental contra el terrorismo, como quiere Estados Unidos", adelantó el coordinador de la contracumbre.
Según los organizadores de la reunión de la sociedad civil, los países de la región deben integrarse y defender su soberanía frente a lo que consideran un proceso de militarización de la región impulsado por Estados Unidos.
Para construir una alternativa, la Cumbre de los Pueblos se ofreció como un espacio en el que se realizan actividades de reflexión, debate y propuestas. En esta oportunidad hubo más de 150 talleres, actividades artísticas y, este viernes, se clausurarán las jornadas de reflexión y discusión con una declaración y una manifestación.
La protesta tiene como objetivo expresar el rechazo a la presencia de Bush en Argentina. La Cumbre de los Pueblos se abrió con una rueda de prensa en la que participaron, entre otros, el propio González, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, Beverly Keene, de Diálogo 2000 y Jubileo Sur, el méxicano Héctor de la Cueva, y Nora Cortiñas, de la asociación argentina Madres de Plaza de Mayo.
"Entiendo que no todo el mundo esté de acuerdo conmigo, no es exclusivo de América latina. Hay gente que está en desacuerdo en todo el mundo", dijo Bush al referirse a la manifestación que se hará en su contra, a la que concurrirán también el ex astro del fútbol mundial Diego Maradona y artistas y músicos internacionales.
En este contexto, González sostuvo que no le hacen bien a la contracumbre los hechos de violencia como los que se produjeron el martes en la localidad de Haedo, en las cercanías de la ciudad de Buenos Aires, donde manifestantes que no se identificaron con ninguna agrupación encendieron fuego en 15 vagones de tren y saquearon comercios de la estación ferroviaria.
El gobierno nacional responsabilizó al grupo de ultraizquierda Quebracho de estar detrás de esos episodios, a los que calificó de "sabotaje" y "hechos armados". También señaló a dirigentes sindicales ferroviarios que militan en las filas de asociaciones izquierdistas.
Los desmanes, que dejaron una treintena de heridos y casi un centenar de detenidos, enrarecieron el clima en vísperas de la cumbre. El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, León Arslanián, admitió que las reuniones de Mar del Plata restaron fuerzas policiales a otras localidades y por eso llevó más tiempo reprimir la protesta en Haedo.
"Nos llama la atención que ocurra un hecho como éste, que genera un clima de terror, justo cuando los tiempos son favorables al avance de nuestros pueblos", opinó González. "Estos acontecimientos, lo que hacen es fortalecer los fundamentos de la campaña de lucha contra el terrorismo que plantea Estados Unidos", puntualizó.