ESPAÑA: Desesperado desborde de inmigrantes africanos

Pese a las estrictas medidas aplicadas por España para evitar el ingreso de extranjeros indocumentados, cada vez más inmigrantes africanos están dispuestos a arriesgar la vida en su intento de llegar a territorio de la Unión Europea.

Este fin de semana fueron interceptados más de tres centenares de inmigrantes que intentaban entrar a España sin autorización, navegando en las frágiles embarcaciones conocidas como pateras. Los contingentes incluían 33 menores y cuatro bebés.

Los 319 apresados llegaron en cuatro pateras entre el sábado y este lunes por la mañana a las costas meridionales de España y a las islas Canarias. Estas embarcaciones de poco calado son utilizadas por las mafias del tráfico de personas para trasladar inmigrantes a las playas, inaccesibles para las lanchas patrulleras.

El domingo, una de las pateras dejó inmigrantes en las costas de la meridional provincia de Granada, Andalucía. Horas después, tripulantes de un velero deportivo avistaron a varios agotados, tendidos en la arena, y avisaron a la Guardia Civil, un cuerpo policial militarizado.

Los agentes detuvieron a nueve personas en la playa y a otras 30 que deambulaban por las cercanías. Otras 12 habrían podido burlar el cerco y dirigirse a la ciudad, según la Guardia Civil, que estimó en 50 los viajeros trasladados por la embarcación que retornó a Marruecos.

El sábado, en las mismas costas andaluzas, cerca de Tarifa, provincia de Cádiz, fue interceptada otra patera con medio centenar de personas a bordo, entre ellas cuatro bebés subsaharianos y tres menores marroquíes. El patrón de la embarcación, de 22 años, extranjero e indocumentado, fue detenido y este lunes pasó a disposición judicial en Algeciras, acusado de un delito contra el derecho y las libertades de ciudadanos extranjeros.

Una semana atrás otras trescientas personas procedentes de África subsahariana intentaron saltar una frontera militarizada que separa la ciudad española de Melilla de Marruecos, en territorio africano.

La Guardia Civil lo impidió y en violentos incidentes resultó muerto el camerunés Ypo Joe, de 17 años. Según ese cuerpo policial, la muerte del joven pudo deberse a lesiones causadas cuando intentaba cruzar el vallado, pero otros inmigrantes aseguran que el joven murió por golpes propinados por los agentes.

Un vídeo grabado por José Palazón, presidente de la no gubernamental Asociación Pro Derechos del Niño y la Niña (Prodeni), y testimonios recogidos por varias entidades señalan que una decena de testigos que escaparon de la represión y permanecieron en Marruecos, aseguraron que Joe y otros ciudadanos fueron golpeados.

Ante la avalancha de personas llegadas este fin de semana a España, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla quedó desbordado y más de medio centenar debieron pasar la noche del sábado a la intemperie, informaron fuentes policiales.

Los inmigrantes se protegieron con cartones recogidos en distintos puntos de la ciudad y sábanas que les proporcionaron vecinos del lugar. Todos aguardan el expediente de expulsión por entrada irregular al país, indispensable para recibir cobijo en ese Centro, que alberga ya a 800 personas.

El diario La Vanguardia de Barcelona, capital de la comunidad autónoma de Cataluña y uno de los más antiguos e influyentes de España, señala en su editorial de este lunes que "Si Europa no va al Sur, los habitantes del Sur seguirán llegando a Europa".

La zona del mar Mediterráneo es una región desequilibrada, con el norte (Europa) rico pero poco poblado "por lo que pide mano de obra", y el sur "pobre y atestado de personas que sueñan con emigrar para huir de la pobreza". Así, "esta desigualdad hace que resulte imposible poner puertas en el mar", concluye el diario.

Abdelhamid Beyuqin, presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España, dijo este lunes que en los últimos años murieron 3.932 personas intentando ingresar a España por mar, "la mayoría en zona marroquí". Este año los fallecidos suman 163.

Casi todas estas desgracias son por naufragios de las embarcaciones, por su mal estado o excesiva carga, o porque se pierden en el mar. Pero la muerte también amenaza a los inmigrantes que intentan atravesar las fronteras de Melilla y de Ceuta, la otra ciudad española enclavada en la costa norteña de África.

Ambas ciudades están separadas de Marruecos por una doble valla metálica de cinco metros de altura, equipada con detectores electrónicos y cámaras de vídeo.

Los 319 inmigrantes detenidos este fin de semana por la Guardia Civil constituyen el mayor contingente de arrestos de este año, y sólo registra un antecedente mayor, el del 18 de agosto de 2001, cuando fueron arrestadas 503 personas en el estrecho de Gibraltar y 64 en las islas Canarias.

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