La colaboración entre autoridades, grupos no gubernamentales y empresarios, que caracterizó desde hace al menos tres años el proceso de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, se interrumpió esta semana por decisión de representantes de gobiernos.
El mecanismo de cooperación, inédito en el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quedó suspendido cuando gobiernos resolvieron prescindir de la sociedad civil y de los empresarios en algunos grupos de redacción de los documentos que se presentarán a la segunda fase de la Cumbre, que sesionará del 16 al 18 de noviembre en Túnez.
La presidenta de la Conferencia de Organizaciones No Gubernamentales en Relación Consultiva con las Naciones Unidas (Congo), Renate Bloem, confirmó a IPS que Rusia y China dejaron en claro el martes sus objeciones a la participación de los otros dos sectores en los grupos de redacción.
Por su parte, Jeanette Hofmann, investigadora social de Berlín, aseguró que Brasil impidió hablar este miércoles a una representante del sector empresario y la obligó a abandonar el recinto.
Estos incidentes suman obstáculos al proceso de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), ya perturbado por las dificultades para concertar posiciones comunes, especialmente en el tema más espinoso que es la gobernanza de Internet, y también por el retraso de las deliberaciones, que deben concluir este viernes.
La decisión causa una erosión, estimó Wolfgang Kleinwaechter, profesor de Política y Regulaciones de las Comunicaciones Internacionales en la Universidad de Aarhus, en Dinamarca.
Kleinwaechter opinó que las consecuencias se notarán en un debilitamiento de las reglas y procedimientos adoptados cuando comenzaron las actividades de la CMSI, con los propósitos principales de reducir la brecha digital y democratizar las comunicaciones.
Avri Doria, investigadora de la Universidad Tecnológica de Lulea, en Suecia, transmitió a los gobiernos la protesta de la sociedad civil "ahora que se ha vuelto una costumbre expulsar los participantes no gubernamentales" de algunos grupos de redacción.
La prohibición de los gobiernos alcanza a los representantes del sector privado y a la gran variedad de integrantes de la sociedad civil, que incluye a universidades, bibliotecas y entidades de comunicadores, informáticos, jóvenes, mujeres, indígenas, defensores de derechos humanos, activistas de derechos del niño y radios comunitarias, entre otros.
Empresarios y sociedad civil, identificados en el lenguaje de la CMSI como "partes interesadas no gubernamentales", tuvieron participación activa en la primera fase de la Cumbre, que concluyó en diciembre de 2003 en Ginebra.
Pero al comenzar el 19 de septiembre en esta misma ciudad de Ginebra el comité preparatorio, Bloem adelantó que se habían identificado en ciertos gobiernos algunas resistencias a estas formas de colaboración multilaterales.
A su vez, el experto brasileño y miembro de los grupos de la sociedad civil Carlos Afonso, de la Red de Información para el Tercer Sector, evocó las versiones sobre la actitud de los representantes del gobierno de su país de excluir de algunas reuniones a los delegados no gubernamentales.
Lamentablemente, eran ciertas, dijo Afonso. Eso nos deja estupefactos, pues Brasil es una representación de democracia. Nunca en el país ha habido tanta libertad de expresión como ahora, sostuvo.
Afonso opinó que ha sido una decisión política y recordó que, hasta la última reunión que sostuvieron las organizaciones no gubernamentales, los funcionarios oficiales brasileños sostenían el principio de amplia participación de todos los sectores.
En esa línea, el grupo de países de América Latina y el Caribe (Grulac) propuso esta semana incorporar un texto a las resoluciones de Túnez declarando que todos los sectores, gobiernos, privados, sociedad civil y otras partes interesadas deben participar activamente en la gobernanza de Internet.
A lo largo de todo el proceso de la CMSI, Brasil ha liderado un amplio grupo de países en desarrollo que reclaman cambios profundos en el gobierno de Internet para dar mayor participación a todos los Estados, lo cual implicaría reducir el poder del sector privado y de Washington, que controlan ese sistema.
Fuentes allegadas a la delegación brasileña dijeron que sus integrantes han alegado que no podrían discutir los textos de las resoluciones sobre la gobernanza de Internet en presencia de representantes de grandes empresas interesadas en el sector, como Microsoft, el primer productor de programas para computadoras del mundo.
La sociedad civil reaccionó con una declaración de tono severo, en la que sostiene que la sinceridad de los compromisos asumidos por algunos gobiernos es una cuestión que queda por verse.
"Nuestra exclusión priva al comité preparatorio de conocimientos, experiencias y perspectivas valiosas", señala el texto. Luego se agrega que la sociedad civil ha sido y seguirá siendo la fuerza principal para promover la creación de capacidades y la expansión de Internet en los países en desarrollo.
Kleinwaechter dijo que, irremediablemente. los gobiernos necesitan a la sociedad civil como asociada hasta 2015, cuando se deberán alcanzar las primeras metas de la CMSI que, entre otras cosas, propone conectar para ese año todas las aldeas, hospitales y escuelas del mundo a las tecnologías de la información y las comunicaciones, y que todos los hogares tengan acceso a la radio y a la televisión.
La sociedad civil se especializa en crear capacidades, en impartir educación a las poblaciones y en ofrecer adiestramiento, explicó.
El presidente del comité preparatorio, Janis Karklins, de Letonia, admitió que los progresos en las negociaciones son muy lentos. Hasta ahora, a dos días de la finalización de los debates, se han convenido temas que abarcan apenas entre 15 y 20 por ciento de la agenda, informó.
El subcomité A, que se encarga de la discusión de la gobernanza de Internet, ha creado esta semana cinco grupos de redacción para tratar de avanzar en los acuerdos. Pero no se han discutido al momento las cuestiones más críticas, apuntó Kleinwaechter.