La Conferencia Episcopal Argentina expresó su solidaridad con un obispo destacado por su labor social que renunció a raíz de la amenaza de difusión de un vídeo sobre su vida sexual, aunque eludió referirse a una presunta campaña para desprestigiarlo.
En un escueto comunicado emitido este lunes, la jerarquía de la Iglesia Católica agradeció al ahora ex obispo de la septentrional provincia de Santiago del Estero, Juan Carlos Maccarone, por su labor de "largos años al servicio de los pobres". El texto señala el apoyo al prelado con "afecto y comprensión", pero sin expresar la causa que lo llevó a dejar el cargo.
Obispo de una de las diócesis más pobres del país, Maccarone había renunciado el viernes ante el papa Benedicto XVI, acogiéndose a la norma que permite a los prelados dimitir por causas graves o de enfermedad.
El Vaticano respondió con inusual celeridad aceptándole el pedido de dimisión.
Distintos testimonios coincidieron este lunes en que Maccarone había pedido disculpas a sus colaboradores, un día antes de pedir la renuncia, por un comportamiento reñido con la moral católica y les había anticipado su decisión. Luego de eso, no se conoció el destino del religioso que evitó todo contacto con periodistas.
[related_articles]
En cambio, sus colaboradores relataron que a principios de este mes el obispo había sido filmado sin su consentimiento en una relación comprometida con otro hombre, y que estaba siendo sometido a la amenaza de difusión de ese vídeo privado en medios de comunicación, políticos y judiciales.
El episodio fue interpretado por sus allegados como una estrategia deliberada para desprestigiar a uno de los obispos más progresistas de Argentina, cuando faltan sólo dos meses para elegir el órgano máximo de conducción de la Iglesia de este país en las que tenía posibilidades de conseguir una posición destacada.
Tres días después, la jerarquía de la Conferencia Episcopal admitió en un comunicado "la debilidad de los hijos de la Iglesia", sostuvo que no se puede "ocultar la verdad" y que compartían "el dolor y el desconcierto" del pueblo ante la renuncia. Nada dijeron de un presunto complot para obligarlo a renunciar ante el escarnio.
El sacerdote y catedrático Eduardo de la Serna, del movimiento de curas progresistas "Carlos Mujica", dijo a IPS que Maccarone era "uno de los mejores obispos de Argentina", y consideró "aberrante" que un hecho de la vida privada derive en el desplazamiento de un obispo de su calidad.
"Es obvio que (Maccarone) estaba enfrentado a un poder mafioso y que los que lo resistían iban a hacer lo posible para vengarse", interpretó De la Serna, partidario de debatir acerca del celibato y de las opciones de vida privada de los sacerdotes.
Maccarone había reemplazado al obispo Gerardo Sueldo en 1998, fallecido ese año en un sospechoso accidente automovilístico nunca esclarecido.
Sueldo, al igual que Maccarone, era un crítico de la gestión del entonces gobernador Carlos Juarez, que manejó la provincia de Santiago del Estero con mano de hierro durante décadas hasta 2003, incluida la dictadura militar (1976-1983).
Los sacerdotes de su diócesis se manifestaron en apoyo del obispo renunciante, pero aludiendo en forma directa al vídeo y a la presunta trama urdida para desplazarlo.
"Reconocemos las limitaciones de la Iglesia, somos débiles, tenemos flaquezas", admitió conmocionado uno de los religiosos cercanos al obispo, Sergio Lamberti. No obstante, minimizó la gravedad del episodio en sí mismo.
"Era una relación de dos adultos responsables", detalló Lamberti. La aclaración no es vana. Hace tres años, la justicia acusó al entonces arzobispo Edgardo Storni de abuso sexual contra menores. Ese prelado había sido denunciado reiteradas veces en los ocho años anteriores por pedofilia y un largo informe en su contra se había presentado en el Vaticano.
Pero sólo cuando la población se movilizó en las calles para pedir su destitución, el entonces arzobispo de la oriental ciudad de Rosario fue separado del cargo.
Para Lamberti, las verdaderas razones de la salida de Maccarone no son sus actos privados. En este caso no hubo delito, porque el otro hombre que fue filmado con el obispo es mayor de edad. No obstante, la Iglesia exige castidad a sus religiosos y además condena como un desvío la homosexualidad para todos sus fieles.
"Nos persiguen por otras cosas y se aprovechan de nuestras debilidades, es evidente que esto estuvo preparado hasta hacerlo caer", interpretó el sacerdote.
Maccarone había acompañado en 2003 numerosas protestas sociales que provocaron la intervención del gobierno provincial por parte del Poder Ejecutivo en atención a las acusaciones de violaciones de los derechos humanos que habría cometido la administración de Juárez, primero, y luego de su esposa, Nina Aragonés.
La provincia estuvo intervenida casi dos años hasta que se realizaron nuevas elecciones. El actual vicegobernador, Emilio Rached, admitió este lunes la insistente versión del vídeo como causa de la renuncia del prelado y reconoció que la extorsión pudo haber existido.
"Tenemos una historia y un pasado vinculado a estas cuestiones mucho más que negras", recordó refiriéndose a la muerte violenta del obispo Sueldo.