COMERCIO-EEUU: Cafta causa ansiedad

El estrecho margen con que el Congreso legislativo de Estados Unidos aprobó el acuerdo comercial con seis naciones latinoamericanas refleja la creciente desconfianza y ansiedad que el libre comercio despierta en este país.

La aprobación por 217 votos a 215, dos minutos después de las cero horas de este jueves, demolerá barreras al intercambio de bienes y servicios entre Estados Unidos y Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana.

Para su entrada en vigor, el acuerdo necesita ahora la firma del presidente George W. Bush, firme partidario de la iniciativa, y de la aprobación parlamentaria de Costa Rica y Nicaragua.

Si bien desilusionados por el resultado del debate legislativo, los críticos del Acuerdo de Libre Comercio Estados Unidos-América Central (conocido por sus siglas en inglés, Cafta) recuperaron cierto aliento al notar que apenas dos votos de diferencia permitieron su aprobación.

En ese sentido, argumentaron que muchos estadounidenses perdieron la confianza en acuerdos similares, que abrieron la puerta para la huida de millones de puestos de trabajo rumbo a países con leyes laborales más complacientes con las empresas.

Lori Wallach, de la organización Public Citizen's Global Trade Watch, sostuvo que el gobierno de Bush no logró "vender" al público los supuestos beneficios del Cafta, por lo que se vio obligado a negociar entre bambalinas con los legisladores de su Partido Republicano reticentes a aprobarlo.

La aprobación de último minuto requirió "trucos de procedimiento" en el Congreso, aunque el presidente Bush le prestó al asunto especial atención.

En un gesto poco habitual, Bush recorrió el miércoles despachos de miembros de la Cámara de Representantes cuyos votos eran vacilantes. Le acompañaban el vicepresidente Dick Cheney, la secretaria de Estado (canciller) Condoleezza Rice y el representante comercial Robert Portman.

El mandatario también recibió ese mismo día en la Casa Blanca a varios legisladores de su Partido Republicano para dialogar sobre el mismo asunto.

Por otra parte, un ejército de "cabilderos" en representación de empresas se dedicaron durante meses a presionar un acuerdo económicamente modesto.

"La aprobación del Cafta se convirtió en un referéndum altamente politizado" sobre la posibilidad de que el "modelo comercial del Nafta haya muerto", indicó.

Los críticos consideran que tratado, aprobado por el Senado el 30 de junio por 54 votos a 45, supondría, en esencia, la expansión del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o Nafta, por sus siglas en inglés) vigente entre Canadá, Estados Unidos y México.

Al TLCAN se le atribuye la pérdida de un millón de puestos de trabajo en Estados Unidos, la quiebra de más de 38.000 familias de agricultores y la expulsión de más de 1,5 millones de campesinos mexicanos de sus tierras.

"Este gobierno no pudo aprobar el Cafta por sus méritos, por lo que recurrió a tácticas atemorizantes y a mentiras. Llegaron a decir, absurdamente, que rechazar el tratado hundiría a América Central en la violencia y las dictaduras", dijo Burke Stansbury, del Comité de Solidaridad con el Pueblo de El Salvador.

El Congreso ha recibido intensas presiones contra el proyecto de una amplia gama de organizaciones sindicales, ambientalistas, de productores textiles, azucareros e industriales y de afinidad religiosa, así como de activistas centroamericanos que, en general, se oponen al acuerdo.

La oposición interna en Estados Unidos incluye a la Federación Estadounidense del Trabajo-Congreso de Organizaciones Sindicales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), principal central sindical radicalmente opuesta al tratado.

Sindicatos estadounidenses se preocupan por una posible fuga de empleos hacia América Central, donde los salarios son más bajos y los derechos laborales más restringidos.

Los críticos estadounidenses del Cafta, entre los que se cuentan activistas sociales y ambientalistas, cuestionan, además, que el acuerdo carezca de cláusulas de protección ambiental, laboral y de salud pública.

Los cuestionamientos también se refirieron a las previsiones en materia de propiedad intelectual, que impedirían a muchos centroamericanos disponer de medicamentos genéricos a bajo precio.

Por eso, la Alianza Global contra el Sida, HealthGap y Médicos sin Fronteras, entre otras organizaciones defensoras de la salud, se opusieron con fuerza al tratado.

A pesar de la derrota en el Congreso, los activistas se comprometieron a continuar su lucha contra el acuerdo comercial. Los legisladores cuyo voto permitió su aprobación "no serán perdonados por el pueblo de América", dijo la activista Holly Miller, de la organización Testigos por la Paz. ***** +COMERCIO: EEUU aprueba acuerdo con América Central por dos votos (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=34611) +COMERCIO: Cafta puede reanimar Ronda de Doha (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=34604) +SALUD-AMÉRICA CENTRAL: Regalo para ”Big Pharma” (https://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=34597) (FIN/IPS/traen-mj/em/ks/if wt lb en he ip/05)

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