MUJERES: Estadounidenses por un Nobel de la Paz

¿Qué pueden tener en común una musulmana defensora de mujeres maltratadas, una congresista afroestadounidense y una cantante de jazz?

Estas tres, junto a otras 37 estadounidenses, integran la lista de un millar de mujeres de todo el mundo nominadas colectivamente para el premio Nobel de la Paz.

Al notar que sólo 12 mujeres han ganado el premio desde su primera entrega en 1901, un grupo de ciudadanos suizos lanzaron la campaña 1.000 Mujeres y un Premio Nóbel de la Paz del 2005 con el objetivo de lograr un reconocimiento al esfuerzo de ”millones de mujeres que trabajan día y noche para promover la paz”.

Ochenta hombres y 12 organizaciones han recibido el premio. El año pasado, fue una mujer, la activista iraní Shirin Ebadi.

”Las mujeres nominadas” por el proyecto ”se han comprometido en forma diaria a la causa de la paz y la justicia, con frecuencia bajo las más difíciles circunstancias”, dijeron los organizadores del proyecto en un comunicado divulgado este miércoles.
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Los estatutos del premio Nobel limita los premios simultáneos a tres personas a lo sumo, entre las que puede figurar una organización.

Entre las estadounidenses nominadas figura Hadayai Majeed, cuya ”visión es tanto sencilla como enorme, pues le da a las musulmanas herramientas para cambiar su ambiente y a ellas mismas”.

Hadayai fundó en 1977 la Red Baitul Salaam, cuyo objetivo es poner fin al silencio sobre la violencia doméstica y ayudar a las mujeres maltratadas y sus hijos a obtener refugio, alimento y ropa. La organización también instruye a las mujeres para ganar confianza en sí mismas.

”Apenas abrimos, el hijo de una de nuestras residentes bailó en el medio de la sala, se lanzó sobre una caja de juguetes y gritó con alegría. Entonces me di cuenta de que estábamos haciendo lo correcto”, señala Hadayai en el sitio web del proyecto.

Otra nominada es la cantante de jazz Cynthia Basinet, que llamó la atención mundial cuando salió en defensa de unos 200.000 refugiados en el desierto de Sahara occidental. En mayo de 2001, cantó en los campamentos de refugiados de Argelia, donde 80 por ciento de los residentes son mujeres y niños y niñas.

”Las sociedades desplazadas son de valor. Sus problemas son nuestros problemas”, dijo Basinet.

La congresista Cynthia McKinney, del sudoriental estado de Georgia, fue una dura crítica a la invasión y ocupación estadounidense de Iraq.

También luchó con éxito por una legislación que ampliara los beneficios de salud para los veteranos de la guerra de Vietnam (1964-1975) y las víctimas del ”agente naranja”, arma química utilizada por Estados Unidos en ese conflicto bélico.

Además auspició una ley para prohibir el uso de armas con uranio empobrecido.

Como integrante del subcomité de Derechos Humanos de la Cámara baja del Congreso, McKinney instó a la Organización de las Naciones Unidas a investigar el genocidio de Ruanda.

Perdió su banca por un periodo legislativo luego de que se divulgaran supuestas declaraciones suyas —que ella niega— acusando al gobierno de George W. Bush de haber sabido con antelación que se perpetrarían los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. Volvió al Congreso en 2004.

”En verdad creemos en que una multitud de personas puede superar con creces cualquier interés especial en cualquier momento, en que los medios de comunicación tienen poca persuasión cuando la población está informada y en que como personas somos más poderosos cuando apelamos unos a los otros”, dijo al ser reelecta en noviembre

”Y también en que podemos formar un arco iris humano, celebrar nuestra diversidad, concentrarnos en nuestra igualdad y juntos derribar las murallas de opresión e injusticia más poderosas”, añadió.

El proyecto maneja una visión amplia de la paz, incluyendo la salud, la alimentación, el ambiente y los derechos humanos. Para la nominación se consideró sobre todo a activistas de base poco conocidas con trabajo activo por la paz en sus comunidades.

No obstante, algunas nominadas tienen alto perfil, como la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres (Unifem), Noeleen Heyzer.

También está nominada la reverenda Mary Elizabeth Thunder, fundadora de la iglesia Blue Star en West Point, en el meridional estado de Texas. Thunder jugó un papel clave en la organización de reuniones internacionales de líderes indígenas pacifistas.

En 1997 fue invitada por el Dalai Lama a viajar a Francia para hablar sobre la paz en una conferencia de líderes religiosos.

”Quiero recordar que, en las tradiciones indígenas, las mujeres son muy importantes, sobre todo porque desde siempre hemos tenido el poder y la capacidad de dar a luz y criar a los hombres y las mujeres del planeta”, dijo ante una audiencia de 8.000 personas.

En la lista también está la activista chicana, educadora y escritora Elizabeth ”Betita” Martínez.

”Si ser escritora implica sensibilidad sobre la compleja realidad de la existencia humana, entonces ¿cómo no dejar de buscar una solución a las sofocantes condiciones de vida de las personas que habitan este planeta?”, se preguntó.

Otras nominadas son Charlotte Bunch, fundadora y directora ejecutiva del Centro para el Liderazgo Mundial de las Mujeres, y Anne Firth Murray, creadora del Fondo Mundial para las Mujeres.

Desde 1987, ese Fondo ha destinado más de 35 millones de dólares a unos 2.500 grupos de mujeres en 180 países.

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