Llevar la planificación y gestión ambiental de las ciudades a la vida cotidiana parece ser la única salida para una población mundial que tiende a concentrarse en urbes cada día más grandes, pobres e inmanejables.
Para Ricardo Sánchez, director de la oficina regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), las ciudades son motores del desarrollo, pero no existen en un vacío.
La demanda de recursos naturales para las grandes urbes va mucho más allá que el espacio que ocupan, añadió Sánchez, en el marco del V Encuentro Mundial de los Programas Ciudades Sostenibles y Agenda 21 Local, que sesiona del lunes a este viernes en La Habana.
Las zonas urbanas importan los alimentos, el agua y la energía que requieren, exportan muchos de sus residuos a áreas rurales y emiten más de 80 por ciento de los gases de efecto invernadero que se generan en el mundo, dijo el funcionario.
América Latina y el Caribe es la región del mundo con mayor grado de urbanización. Alrededor de 75 por ciento de sus habitantes viven en ciudades y esa proporción crecerá 10 puntos porcentuales en los próximos 25 años.
La tendencia al crecimiento se da por igual en Asia y África. Si un tercio de los habitantes del mundo vivían en ciudades en 1950, esa proporción creció hasta llegar a la mitad de los humanos viviendo hoy en las urbes y continuará aumentando hasta los dos tercios, es decir 6.000 millones de personas para 2050 según las estimaciones poblacionales.
Según el Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), la pobreza urbana y el aumento de los barrios precarios son el elemento más alarmante de la urbanización global.
Unas 1.000 millones de personas viven en estos asentamientos irregulares en el mundo, la mayoría de ellas en Asia (554 millones), África (187 millones) y América Latina y el Caribe (128 millones), según esa fuente.
ONU-Hábitat se ha comprometido a asistir a los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas para alcanzar el objetivo mundial de mejorar sustancialmente la vida de por lo menos 100 millones de habitantes de asentamientos precarios hasta 2020.
Mejorar la vida se asocia no sólo a condiciones de vivienda o servicios básicos sino a lograr que los habitantes de esos espacios precarios tengan igualdad de oportunidades que los de otras zonas urbanas.
Como parte de esos esfuerzos, autoridades y especialistas de unos 35 países, organizaciones internacionales y agencias donantes, asisten a la cita de La Habana auspiciada por ONU-Hábitat, el Pnuma y el gobierno de Cuba.
La idea es compartir experiencias, identificar si el planeamiento permanece o no en los márgenes de los asuntos cotidianos y buscar fórmulas para lograr la participación ciudadana y el aprovechamiento de la capacidad local.
En América Latina existe un gran movimiento a favor de usar los planes maestros más allá de lo logístico y espacial, de forma sostenible y con la participación de diferentes actores, dijo Jorge Gavidia, director general de la oficina regional para América Latina y el Caribe de ONU-Hábiotat.
Un centenar de ciudades de 32 países participan en el Programa de Ciudades Sostenibles-Agenda 21 Local de ONU-Hábitat y PNUMA, que promueve la integración al nivel nacional de las buenas prácticas locales de planeamiento y gestión urbana ambiental.
De esa experiencia participan 18 ciudades de Sri Lanka, 13 de Tanzania, siete de Senegal, seis de Marruecos y seis de Tailandia.
Los resultados del programa, previsto para el quinquenio 2003-2007, empiezan a apreciarse.
Una prueba de polución por automóviles en la ciudad peruana de Arequipa condujo a una propuesta de ley nacional. En Sri Lanka, la Corte Suprema de Justicia comprometió a las autoridades de 11 ciudades a entregar planes para el manejo de los desechos sólidos.
Cuba, en tanto, presentó el plan de acción nacional titulado Mejorando la gestión de nuestras ciudades y el entorno de nuestras viviendas, que empezará a ejecutarse en cuatro centros urbanos del centro y oriente de esta isla del mar Caribe.
Con un déficit acumulado de medio millón de viviendas, Cuba enfrentará este año ese problema social de manera acelerada, según el ministro de Economía, José Luis Rodríguez.
La estrategia cubana persigue mejorar de manera significativa la calidad de vida de 50 por ciento de los hogares urbanos ubicados en asentamientos precarios deteriorados, mediante acciones a nivel de barrio.
Durante el encuentro, los participantes analizarán además los servicios urbanos, la movilidad sostenible y el beneficio que trae revertir el cambio climático, alentar la biodiversidad y reducir la polución costera.