Mientras recibe un gran flujo de dólares por los altos precios del petróleo, Venezuela acomete nuevas operaciones de endeudamiento externo. Caracas librará en las próximas semanas bonos en euros por el equivalente a 1.000 millones de dólares, confirmó el ministro de Finanzas, Nelson Merentes.
Esta oferta tiene como objetivo refinanciar deuda pública nacional, interna y externa, dijo Merentes, y explicó que los papeles, aunque nominados en divisas, podrán cancelarse con bolívares y al menos 30 por ciento de los títulos se destinarán a pequeños y nuevos ahorristas e inversionistas, agregó.
Los papeles tendrán vencimientos en 20 años, con un cupón fijo y pagadero cada seis meses y devengarán intereses entre 7,65 y 8,10 por ciento anual. Los coordinadores de la operación serán los bancos estadounidenses Citigroup y J.P. Morgan, explicó el ministro.
En marzo, Venezuela emitió bonos por 1.000 millones de euros (1.320 millones de dólares) en parte para pagar deuda y en parte para otros usos que estamos decidiendo. Queremos deshacernos de los instrumentos más costosos, dijo Merentes.
Los papeles tuvieron gran demanda entre ahorristas e inversores venezolanos, debido a que en el país hay control de cambio, y los títulos son una manera de hacerse de divisas a la tasa oficial, en tanto el Estado absorbe liquidez para ayudar a bajar la inflación que, anualizada, alcanza a 15,8 por ciento, la más alta de América Latina.
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La deuda externa venezolana, según el Ministerio de Finanzas, es de 26.416 millones de dólares, y la interna asciende a 12.976 millones de dólares. Sumadas alcanzan 39.392 millones de dólares, 39,8 por ciento del producto interno bruto (PIB), según Merentes.
Creemos que un país, particularmente Venezuela, cuya deuda no sobrepase 40 por ciento del PIB, no tiene dificultades financieras, dijo Merentes, y aunque el parlamento investigue la legalidad de la deuda contraída 15 o 20 años atrás, no hay ninguna voluntad del Ejecutivo en interrumpir el pago de las obligaciones, aseguró.
Venezuela tiene un ingreso petrolero anual casi tan grande como todo su endeudamiento público, pues esta semana el cóctel de hidrocarburos que exporta se situó en un precio promedio, en lo que va del año, de 40 dólares por barril.
Estos valores le permitirían obtener ingresos de 100 millones diarios o alrededor de 36.000 millones de dólares en 2005.
El economista, experto financiero y opositor Francisco Faraco dijo a IPS que la política de endeudamiento del gobierno es suicida: está emitiendo deuda externa, en euros, para pagar deuda interna, en bolívares. Es absurdo. El Estado puede recolectar más tributos en bolívares, pero no en euros.
Cuando Chávez llegó al poder (en 1999) la deuda en su conjunto no pasaba de 25 puntos de nuestro PIB. Hoy llega a 39 por ciento, criticó Faraco. No es posible que con los precios del petróleo donde están, nosotros sigamos endeudándonos. Eso no tiene otro nombre que derroche, opinó.
A consecuencia de la bonanza petrolera, las reservas internacionales en manos del Banco Central llegaron el lunes al récord de 25.848 millones de dólares, lo que en teoría cubre casi 20 meses de importaciones.
Las perspectivas son halagüeñas porque, según el Banco Central, el PIB venezolano creció 17,3 por ciento en 2004. Domingo Maza, uno de sus directores, dijo este martes que durante el primer trimestre de 2005 el crecimiento del producto fue de 11,2 por ciento, por lo que la actividad podría expandirse este año hasta ocho puntos, en vez de los cinco previstos.
Pero en paralelo corre un copioso gasto público, que incluso se ha recostado en las arcas del Banco Central, que el año pasado debió entregar al Poder Ejecutivo 2.000 millones de dólares fuera de sus presupuestos para alimentar un fondo de inversión agrícola, pequeñas empresas y proyectos sociales emprendidos por el presidente Hugo Chávez.
Otra muestra es que el presupuesto venezolano para 2005 se cifró en 70 billones de bolívares (32.500 millones de dólares), un récord respecto del precedente, de 50 billones alcanzado en 2004, pero con la particularidad de que en él se calculó el ingreso petrolero —tradicionalmente, la mitad de la tributación fiscal— sobre una base de 23 dólares por cada barril exportado.
Ese cálculo deja un margen de hasta 17 dólares por barril, si se mantuviesen durante el año los precios de la última semana (anualizados, 15.000 millones de dólares), en ingresos que pueden estar al margen del presupuesto y que, se descuenta, Chávez aplicará a programas de desarrollo económico, social y político.
El mandatario sostiene una serie de ofensivas sociales fuera de las instituciones tradicionales del Estado.
Se destaca el plan de atención primaria de salud Barrio Adentro, que emplea a 15.000 médicos cubanos, además de programas de alimentación, préstamos y empleo a través de cooperativas y pequeñas empresas, y becas a lo largo de toda la cadena educativa, desde jóvenes pobres que acuden a la universidad hasta adultos recién alfabetizados.
El gasto público, que constituía 20,4 por ciento del PIB en 1998, antes de la llegada de Chávez al poder, representó el año pasado 30,8 puntos porcentuales del producto.
De los casi 60 billones de bolívares (30.000 millones de dólares al cambio de entonces) que el Estado terminó gastando en 2004, algo más de un tercio provino de impuestos al petróleo, un tercio de tributos internos y más de 17 billones de fuentes extraordinarias, incluido el endeudamiento externo.
El empresarial Consejo de Economía Nacional advirtió recientemente que una estrategia de crecimiento económico basada esencialmente en un gasto público doméstico, financiada con ingresos petroleros adicionales, puede ser efímera.
La abundancia y flexibilidad de ingresos explica parcialmente los golpes de mano que suele dar el gobierno de Chávez en cuanto a gastos, como la reciente compra de barcos y aviones militares a España, por 1.600 millones de dólares.
Otros gastos extraordinarios serán los 100 millones de dólares que Chávez anunció tener listos para el momento en que sus vecinos latinoamericanos convengan en crear un fondo humanitario contra el hambre y la pobreza extrema, y la compra, divulgada súbitamente hace un mes, de deuda argentina por 500 millones de dólares.
Según las últimas estadísticas gubernamentales completas, correspondientes al año 2002, 41,5 por ciento de los 25 millones de venezolanos vivían en pobreza (sin cubrir necesidades básicas) y 16,6 por ciento de ellos en pobreza extrema (sin ingresos para las necesidades alimentarias).
El gobierno sostiene que la situación ha mejorado desde entonces con la aplicación de los programas de alimentación, educación y salud, aunque aún no hay cifras definitivas.