Llegó la primavera a Nepal, pero no mejora el clima en este reino, en estado de emergencia desde febrero. No han llegado los turistas, fundamentales para la economía de este país, temerosos por el recrudecimiento de la guerra civil.
Ésta es la última oportunidad antes de que comiencen las lluvias monzónicas en agosto. Los pasos de montaña se vuelven intransitables entonces. Pero los montañistas y los turistas no vienen porque están con mucho miedo, dijo a IPS Raju Lama, dueño de una hostería.
Sólo tengo tres huéspedes esta semana. Nadie viene a mi restaurante y la moral entre mis empleados es baja. Si esto sigue así otro mes, deberé clausurar la hostería, se lamentó Lama.
Los visitantes que llegaron a Nepal por los aeropuertos cayó en marzo de este año 35 por ciento respecto del mismo mes de 2004, informó la semana pasada el Ministerio de Cultura, Turismo y Aviación Civil.
Según la Junta de Turismo de Nepal, los arribos de aviones al único reino hindú del mundo cayó a 14.001 en febrero, 43 por ciento menos que el año pasado. El mes había comenzado con el rey Gyanendra derrocando al gobierno y tomando el control absoluto del poder.
El turismo emplea a 80.000 nepalíes directamente, y 300.000 más dependen de esta actividad. La población del país es de 24 millones de habitantes.
La Asociación de Hoteles de Nepal advirtió la semana pasada del inminente riesgo de clausura de establecimientos del sector, y reclamó ayuda urgente del gobierno. Los 850 hoteles y hosterías del país ofrece en total 45.000 camas.
Para colmo, la insurgencia maoísta lanzó el 2 de este mes una huelga del transporte. La medida se levantará este martes, dos días antes del año nuevo nepalés.
La actividad en Katmandú no se ha visto afectada por la huelga, pero otros centros poblados están paralizados, según activistas de asistencia.
El bloqueo ha empeorado la situación alimentaria en distritos alejados de la capital. Los nepaleses de áreas rurales, dependientes de los mercados urbanos, no han podido sacar sus mercaderías de las haciendas.
En los distritos montañosos, medios tradicionales de transporte como las mulas y los maleteros dejaron de trabajar por temor a los saqueos.
El insurgente Partido Comunista Maoísta, inspirado en la guerrilla peruana Sendero Luminoso, actúa desde 1996 en distritos rurales con la finalidad de abolir la monarquía. A causa de los combates entre fuerzas del gobierno e insurgentes han muerto 11.000 personas.
La guerrilla ha reclamado para la instauración de una república la convocatoria a asamblea nacional constituyente.
La organización de derechos humanos Centro de Servicios del Sector Informal reveló en su último informe que más de 2.600 personas murieron por la guerra civil el año pasado, 1.077 a manos de los maoístas y 1.604 por fuerzas del gobierno.
Más de 12.000 nepalíes han debido abandonar sus hogares y dirigirse a otras localidades.
El mes pasado, la Organización de las Naciones Unidas advirtió que Nepal estaba a punto de sufrir una crisis humanitaria porque los combates habían cortado el acceso de localidades enteras a alimentos y medicinas.
El rey Gyanendra cuestionó la capacidad del gobierno encabezado hasta el 1 de febrero por Sher Bahadur Deuba para restaurar la paz en el país, asolado por una guerra civil entre fuerzas gubernamentales y una guerrilla maoísta.
El monarca del único reino hindú del mundo declaró entonces el estado de emergencia y suspendió las libertades civiles, incluida la de expresión. Días después, puso a gran cantidad los líderes políticos bajo arresto domiciliario
El retraso económico y social, la injusticia y los gobiernos ineficientes han sido propicios para que nepalíes pobres se incorporaran a la guerrilla maoísta.
El ingreso promedio por habitante en Nepal es de 240 dólares anuales, y 42 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
La insurgencia comenzó en febrero de 1996 en los remotos distritos montañosos del medio oeste de Nepal, en forma de protestas contra la profundización de la brecha entre ricos y pobres y la marginalización de las castas inferiores determinadas por la religión hindú,
Las manifestaciones se convirtieron poco a poco en una guerra popular que ya va por su décimo año. Hoy, los insurgentes tienen importante presencia en todos los distritos de Nepal.
El reino de Nepal fue fundado en el siglo XVIII por el rey Prithvi Narayan Shah, fundador de la dinastía Shah, que aún está en el trono del país. Ese monarca unió a las tribus gorkha por medio de la espada.
En 1990, el centrista Partido del Congreso se alió con radicales y moderados comunistas para acabar con la monarquía absoluta.
Ese mismo año, ante las multitudinarias manifestaciones populares, el entonces rey Birendra se despojó de sus poderes absolutos sin oponer lucha y acordó convertirse en monarca constitucional.
En junio de 2001, el rey y toda su familia fue asesinada a tiros por el príncipe heredero Dipendra, en la más sangrienta matanza en la historia de las familias reales del mundo.
Pero ese acontecimiento calamitoso no puso en peligro la monarquía, como sí lo hizo el golpe de Estado de febrero, según observadores.
Ésta fue la segunda vez en dos años que Gyanendra, quien heredó tras la masacre la corona emplumada de Nepal, despojó del gobierno al primer ministro Sher Bahadur Deuba. (