Washington y Brasilia son aliados en la promoción de la democracia en América Latina, con la misión de ayudar a las más frágiles, afirmó en Brasilia la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice. Pero las coincidencias naufragaron cuando la conversación llegó a Venezuela.
No basta triunfar en elecciones libres, un presidente sólo es democrático si también gobierna democráticamente, sostuvo Rice, en clara alusión al mandatario venezolano de Hugo Chávez, en la charla con que concluyó este miércoles su visita de un día y medio a Brasil.
Venezuela fue el asunto que más explícitamente evidencia las discrepancias en política exterior entre el gobierno brasileño del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y el del estadounidense George W. Bush, de derecha.
Las declaraciones de Rice dejaron clara su preocupación sobre la tendencia autoritaria que dice identificar en Caracas. Para calificar un régimen hay que preguntar si permite la libertad de prensa, el derecho de la oposición a manifestarse, si no reprime a los críticos y el parlamento no sufre restricciones, sostuvo la nueva jefa de la cancillería de Bush.
Las relaciones de Venezuela con Estados Unidos no están en cuestión, sino la democracia y la libertad a que tiene derecho el pueblo venezolano, añadió Rice en rueda de prensa luego de un encuentro con el canciller brasileño, Celso Amorim, concretado en la tarde del martes.
Amorim trató de acentuar la visión distinta de Brasil al respecto, destacando la soberanía nacional con que los venezolanos deben resolver sus problemas, que ocurren en todas las sociedades. Somos amigos de Venezuela, acotó.
La secretaria de Estado (canciller) estadounidense fue generosa en elogios a Brasil, destacándolo como un líder regional que se afirma en camino a ser potencia mundial y un ejemplo democrático a ser seguido.
Saludó también el papel ejercido en Haití, donde Brasil mantiene l.200 soldados y la jefatura militar de las fuerzas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Rice sorprendió al considerar positiva incluso la reunión Cumbre América del Sur-Países Árabes, una iniciativa brasileña que se concretará el 10 y el 11 de mayo en Brasilia.
Queremos más interacción entre el mundo árabe y otras partes del mundo, como un factor de pacificación de Medio Oriente, dijo.
El gobierno brasileño temía restricciones a esa Cumbre, que tendrá lugar sin la presencia pretendida por Estados Unidos como observador, pero sí de una delegación de la Autoridad Nacional Palestina. La reunión será comercial y económica, pero es imposible evitar sus connotaciones políticas.
En la reunión que mantuvo con Lula la noche del martes, la visitante estadounidense también manifestó coincidencia en la necesidad de una ayuda conjunta a África.
En el comunicado conjunto firmado por los dos cancilleres se declara el apoyo de ambos gobiernos a la creación de un Fondo Democrático de Naciones Unidas.
Respecto de Haiti, ambos coinciden en apoyar la presencia de la misión de paz de la ONU y elecciones libres para este año, para lo cual urgió a los donadores internacionales a prestar la ayuda financiera prometida para la recuperación económica y social de ese país caribeño.
En Ecuador, una de las democracias frágiles mencionadas por Rice, junto con Bolivia y Venezuela, se expreso que las autoridades de Brasil y de Estados Unidos apoyan la resolución de la Organización de los Estados Americanos en favor del diálogo entre todos los sectores, para un retorno a la normalidad democrática.
Empero, no se manifestó, en esta visita, otra fuerte discrepancia entre Washington y Brasilia. Rice condenó el gobierno de Cuba por alejarse de un Estado de derecho y ejercer opresión sobre su pueblo. Tales acusaciones fueron hechas en su charla, última actividad de la visita a Brasil, poco antes de continuar su gira latinoamericana por Colombia, Chile y El Salvador.
Lula y varios de sus ministros, especialmente el jefe de la Casa Civil (especie de primer ministro), José Dirceu, mantienen relaciones de amistad con los gobernantes cubanos y Brasil defiende, hace muchos años, el fin del bloqueo estadounidense a la isla caribeña de sistema socialista.
La visita de Rice consolida las buenas relaciones entre los gobiernos de Lula y de Bush, pese a las diferencias ideológicas y las disputas comerciales.
La consolidación de la democracia en América, pese a las diferentes visiones y formas de acción, aparece como el punto común de ese acercamiento poco previsible antes del inicio de la gestión de Lula en enero de 2003.
Rice destacó, sin embargo, la necesidad de avanzar en la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), para unir los 800 millones de habitantes del continente, insistiendo que intensificar el comercio es uno de los factores del fortalecimiento de la democracia.
Algunos días antes Lula había dicho que Brasil había sacado el ALCA de la pauta, obligando el canciller Amorim a explicar que se trataba de la pauta periodística y no de las negociaciones.
Se conoce, sin embargo, el escaso empeño de Brasilia en esas negociaciones, estancadas desde el año pasado.
Para profundizar esas buenas relaciones, Lula invitó a Bush a visitar Brasil, lo que se concretará en noviembre, en vísperas de la Cumbre de las Américas, a realizarse en Argentina. (