AMBIENTE-UE: Maderas prohibidas ingresan por ruta portuguesa

El comercio ilegal de maderas amazónicas destinado a los ricos mercados de la Unión Europea (UE) acaba de sufrir un duro golpe en el septentrional puerto portugués de Leixões.

La factura de la carga de maderas de la Amazonia brasileña detectadas el martes en el navío chipriota Skyman representa una suma de 253.760 dólares, relativamente modesta.

Pero la ambientalista Greenpeace y su asociada portuguesa Quercus -Asociación Nacional de Conservación de la Naturaleza no perdieron la oportunidad de explotar el incidente como un escándalo del vasto negocio ilegal de maderas exóticas hacia la UE a través de Portugal.

Las dos organizaciones obligaron al barco a descargar en un muelle alternativo, mediante una acción espectacular de seis activistas que se amarraron en un puente móvil de la entrada del puerto.

Los seis protagonistas de la protesta, dos holandeses, dos belgas, un brasileño y un portugués, fueron detenidos por la policía marítima, pero liberados menos dos horas después por orden de un juez.

Las autoridades portuguesas guardan silencio sobre el incidente, que ya tuvo repercusión en medios de comunicación de la UE.

Domingos Patacho, dirigente de Quercus, reveló a IPS que el presidente de su organización, Hélder Spínola, se reunirá esta semana con miembros del Poder Ejecutivo para sensibilizarlos sobre la ”urgente necesidad de que Portugal apoye el proceso del FLEGT, un convenio europeo para evitar la compra de madera ilegal.

Pese a que en Portugal solo viven 10,2 de los 480 millones de habitantes de la UE, este país es el quinto importador mundial de maderas exóticas (cuya tala está prohibida o limitada) y comprador de 15 por ciento del total de este producto en el bloque de 25 países.

Según Greenpeace y Quercus, Portugal no solo es un importante comprador de estas maderas brasileñas, sino también de las procedentes de otras florestas ancestrales.

Pero es dudoso el poder de compra de Portugal, un país de modesta economía beneficiado con leyes suaves sobre el control del comercio ilegal de maderas, ”lo que podría favorecer una puerta de entrada hacia países de la UE más grandes y ricos”, dijo Patacho a IPS.

Estas dudas se asientan en que los mayores importadores europeos de madera, como Alemania, Gran Bretaña, Francia y Bélgica, podrían no satisfacer la demanda de sus mercados porque sus gobiernos aplican medidas rígidas para combatir las importaciones ilegales.

Berlín, Londres, París y Bruselas apoyaron la implementación del FLEGT (siglas en inglés de Plan de Acción relativo a la Aplicación de Legislación, Gobernanza y Comercio en el Sector Forestal).

”Portugal, en cambio, no ha demostrado empeño en apoyar el FLEGT”, criticó Patacho. Por esto, Greenpeace y Quercus desafiaron a Lisboa a que apoyara ”públicamente el plan europeo de combate a este comercio, así como a legislar la prohibición de la importación de maderas de origen ilegal”, agregó.

El navío Skyman transportaba una carga vendida por cuatro empresas ya condenadas en Brasil por comercio ilegal de madera.

Una de ellas, Milton Schnorr, fue multada en 2001, 2002 y 2004 por corte ilegal de árboles, mientras Moair Ciesco, propietario de la hacienda Rancho da Cabocla, fue detenido en diciembre debido a la participación de su empresa en tala no autorizada en terrenos públicos.

La Amazonia brasileña es víctima de una de las mayores acciones de destrucción forestal del planeta.

En 2003, fueron desforestados 24.000 kilómetros cuadrados de territorio amazónico brasileño. Un tercio del total del área destruida durante cuatro décadas corresponde al septentrional estado de Pará.

Las razones son tanto la tala ilegal como la deforestación provocada por el avance de la frontera agropecuaria.

El ambientalista Marcelo Marquesini, de Greenpeace, dijo el martes en Leixões que ”el comercio de madera amazónica proveniente de la tala ilegal y destructiva está relacionado con la corrupción, el robo de tierras públicas, la violencia contra las comunidades locales y, en algunos casos, con homicidios”.

De acuerdo con el activista responsable de la campaña Amazonas de la organización, al no tomar medidas para controlar este problema, ”Portugal puede ser considerado cómplice de estos crímenes”.

El presidente de Quercus, Spínola, afirmó que ”es tiempo de que Portugal asuma su responsabilidad y no cierre los ojos a las actividades ilegales que ocurren en los países productores”.

”Desafiamos públicamente al nuevo gobierno (del socialista José Sócrates, que asumió la semana pasada) a demostrar sus preocupaciones ambientales, apoyando el combate al comercio de madera ilegal”, añadió Spínola.

A fines de 2004, Greenpeace y Quercus instaron a los importadores portugueses de madera apoyar el proceso FLEGT. Pero sólo dos empresas, Sardinha e Leite y Sonae Industria, respondieron positivamente.

Las dos organizaciones exhortan a los importadores a negociar solamente con exportadores de madera certificada por el Forest Stewardship Council (FSC), que establece y certifica procedimientos de explotación sustentable de bosques, y no con compañías con largos prontuarios de tala ilegal.

Quercus recuerda que la madera certificada por el FSC ofrece una garantía independiente de que el origen de la madera es un bosque administrado bajo exigentes normas sociales y ambientales.

Greenpeace resaltó el éxito de la acción del martes, pues logró denunciar el rol de Portugal como ”portón de entrada europeo para las maderas ilegales de los bosques ancestrales de todo el mundo”.

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