Este año el Mercosur empezó a globalizarse, al firmar acuerdos comerciales con los países andinos, India y la Unión Aduanera de África Austral, pero también mantuvo problemas que debilitan su cohesión y capacidad negociadora.
En 2005 empezarán las negociaciones con Canadá, Egipto y Marruecos, y hay conversaciones preliminares con Corea del Sur, Israel, Japón, China, la Comunidad del Caribe y otros. Hay "una fila" de países y bloques que quieren acuerdos con el Mercosur, y eso certifica su solidez, según el canciller brasileño, Celso Amorim.
El crecimiento hacia fuera tuvo su empuje inicial este año. El libre comercio entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina (CAN), acordado tras años de negociaciones, abrió paso a la Comunidad Sudamericana de Naciones, creada el 9 de diciembre en Cusco, al sur de Perú.
El bloque sureño está en el centro de ese proceso que afirma el liderazgo brasileño. Todos los países andinos son miembros asociados del Mercosur, después de la adhesión de Colombia, Ecuador y Venezuela, formalizada la semana pasada en una cumbre que se realizó en Ouro Preto, al sur de Brasil.
Pero también hubo frustraciones. Fracasó el intento de firmar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE), porque cada parte consideró insatisfactoria la oferta de la otra. La reanudación de las negociaciones el próximo año no promete novedades si no hay cambios internos en los dos bloques, especialmente en la política agrícola europea.
Estancados el acercamiento a la UE y también el proceso del Área de Libre Comercio de las Américas, incrementar el intercambio y la cooperación entre países del Sur en desarrollo se convirtió en una bandera que ganó fuerza en la XI Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, realizada en junio en Sao Paulo.
Allí se decidió resucitar el Sistema Global de Preferencias Comerciales, convocando a una tercera ronda de negociaciones entre los 43 países participantes del mundo en desarrollo y nuevos adherentes. "Estamos cambiando la geografía comercial", afirmó el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Además de prometer una activa participación en ese proceso, el Mercosur intensificó sus negociaciones bilaterales, de las que resultaron acuerdos de preferencias arancelarias con India y con la Unión Aduanera de África Austral, integrada por Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia.
La intensa actividad diplomática culminó en noviembre, cuando Brasilia recibió la visita de gobernantes de China, Vietnam, Corea del Sur, Rusia, Canadá, Marruecos y Pakistán, la mayoría de ellos en giras que abarcaron también Argentina y Chile.
Pero internamente las cosas no van bien, y crece en algunos sectores brasileños una oposición a la prioridad concedida por el gobierno brasileño al Mercosur, dijo a IPS Tullo Vigévani, profesor de la Universidad Estadual Paulista y experto en relaciones internacionales.
Entre los críticos está el sector industrial de Sao Paulo, que es el más poderoso del país, insatisfecho con las medidas de protección adoptadas por Argentina contra la "invasión" de algunos productos de la industria brasileña y también con la reacción de Brasilia, considerada demasiado indulgente.
Refrigeradores, televisores y otros electrodomésticos, calzados y textiles son algunos productos sometidos a restricciones de cuotas o aranceles en Argentina, que propone la adopción de salvaguardias de aplicación automática para reducir eventuales desequilibrios comerciales dentro del Mercosur.
Algunos directores de la Federación de Industrias paulista llegaron a defender el "retroceso" del Mercosur a simple área de libre comercio, en lugar de la actual unión aduanera imperfecta, incluso para que cada país esté en libertad de firmar acuerdos comerciales fuera del bloque.
Las diferencias impiden iniciativas conjuntas. Se habla de negociar el libre comercio con China, pero además de las dificultades económicas propias de esa iniciativa, la misma está de antemano condenada porque Paraguay sólo reconoce a Taiwán y no mantiene relaciones diplomáticas con Beijing, señaló Vigévani.
Algunas evaluaciones señalan también que las ofertas a la UE fueron insuficientes porque no hubo consenso para abrir ciertos sectores, y que en general prevalecen las propuestas más tímidas hacia fuera, de modo que el país más proteccionista determina la negociación.
Diplomáticos que niegan la existencia de una crisis apuntan que los conflictos comerciales afectan a menos de cinco por ciento del comercio entre los miembros del Mercosur, pero Vigévani adujo que esa pequeña parte "contamina el ambiente general", y deteriora todo el proceso.
Además de la repetición de problemas sin perspectivas de solución visible, se crean "órganos sin poder efectivo", como el Foro Consultivo de Municipios, Provincias y Departamentos, y el Parlamento del Mercosur que será instalado en diciembre de 2006, alegó.
Superar las trabas e inconsistencias del bloque exige "reducir las desigualdades y modernizar sectores rezagados", entre ellos muchas ramas industriales argentinas, opinó.
Brasil, como economía más fuerte, tendrá que "pagar el costo", al financiar el aumento de la competitividad de sus socios, sentenció el experto.
Además, una integración no se consolida sólo con el incremento del comercio, y necesita "relaciones económicas más densas" que las existentes entre los socios del Mercosur, en términos de inversiones, flujos financieros, intercambio tecnológico y asociaciones empresariales, concluyó.