El proceso de reflexión iniciado por la Unión Europea (UE) en busca de fórmulas para descongelar las relaciones con Cuba afronta resistencias dentro del bloque y diferentes posturas de la oposición interna cubana al respecto.
A la vez choca con la oposición del Parlamento Europeo, que hace una semana aprobó una resolución condicionante de la eventual modificación de las sanciones aplicadas al país caribeño el pasado año o de la llamada posición común a avances en la promoción de la democracia y los derechos humanos.
Hasta mediados de esta semana, La Habana no había reaccionado a la decisión europea, aunque en declaraciones desde Estraburgo (Francia) sede del Parlamento Europeo, el embajador cubano ante la UE, Rodrigo Malmierca, conminó a ese bloque de 25 países a rectificar la política de sanciones como paso previo a un diálogo bilateral que pueda ser constructivo y útil.
En la UE resulta complicado adoptar decisiones políticas. Estamos hablando de 25 países con sus gobiernos, parlamentos, diversidad de sectores políticos y medios de prensa que presionan, recordó a IPS un diplomático europeo que pidió no ser identificado.
En ese sentido, la fuente consideró muy difícil dar marcha atrás en la posición asumida por el bloque en junio del pasado año, adoptada en reacción al arresto y condena de 75 opositores cubanos, bajo cargo de conspirar con una potencia extranjera (Estados Unidos) para desestabilizar el país.
El diplomático aludió a la decisión de invitar a opositores y familiares de los presos cubanos a las fiestas nacionales de los países de la UE con embajada en la Habana como uno de los pasos con menores posibilidades de retroceso.
No creo que se trance en ese punto, que para la UE es algo simbólico, de principios, concluyó. Esa medida es justamente la que mayor irritación causó a las autoridades de la isla caribeña, que dejaron de asistir a las recepciones oficiales europeas.
El bloque europeo también limitó las visitas gubernamentales a Cuba de alto nivel, limitó la participación de los estados miembros en acontecimientos culturales y decidió volver a examinar la posición común, que desde 1996 se revisa cada seis meses en demanda de cambios democráticos en la isla.
Este miércoles, expertos de la UE que se reunieron en Bruselas para analizar el caso Cuba sólo estuvieron de acuerdo en señalar como negativa la falta de diálogo con cualquiera de las partes afectadas, es decir, el gobierno de Fidel Castro y la oposición.
A la vez, decidieron pedir a los embajadores europeos en La Habana un nuevo informe sobre la situación, aunque esta vez enfocado hacia la búsqueda de fórmulas para establecer un diálogo estructurado con sectores disidentes.
Algunos opositores consultados dijeron necesitar mayor claridad sobre el significado y alcance de ese diálogo estructurado y criticaron la postura hacia Cuba, dentro de la UE, del gobierno español encabezado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
El gobierno español está haciendo recomendaciones sobre Cuba sin hablar con nosotros, comentó Vladimiro Roca, vocero de Todos Unidos, la coalición opositora que junto a la Asamblea para promover la Sociedad Civil considera que es La Habana quien debe dar el primer paso para recomponer las deterioradas relaciones entre las partes.
Roca aseguró a IPS que en días previos a la cita de los expertos en Bruselas sostuvo reuniones con funcionarios de las embajadas de Holanda, Italia, Alemania y Francia, pero ninguna con personal de la sede diplomática de España.
El 12 de octubre, el embajador español Carlos Alonso Zaldívar anunció en su residencia en La Habana que su país deseaba liderar el proceso de reflexión de la UE encaminado a superar la profundamente insatisfactoria situación de las relaciones con Cuba.
Queremos superar la situación actual. Queremos ser de nuevo, como siempre lo hemos sido, interlocutores con todos los sectores políticos y sociales de Cuba, proclamó el diplomático, cuyas palabras causaron malestar entre algunos de los disidentes invitados a la celebración del Día de la Hispanidad, en conmemoración de la llegada en 1492 de Cristóbal Colón a América.
En opinión de Roca, la UE debería aplicar el principio de reciprocidad y negarse a recibir a los jefes de misión de Cuba acreditados ante países del bloque europeo.
La UE debería congelar a los embajadores cubanos, tal como hacen ellos (el gobierno cubano) acá, consideró.
Mientras tanto, representantes de la oposición moderada consideran negativo el aislamiento. Es mejor inundar a Cuba con redes de diálogo, comunicación e intercambio, afirmó Manuel Cuesta Morúa, de Arco Progresista, una coalición disidente de corte socialdemócrata.
En su opinión, esa es la única manera de proteger a la sociedad cubana y de crear el clima necesario para que cualquier proceso que se abra en el futuro sea provechoso para el pueblo cubano.
Cuesta Morúa estimó que la posibilidad de establecer un diálogo políticamente estructurado entre la UE y la oposición cubana significa un buen paso al lado, no un retroceso, pues mantendría el nivel de reconocimiento y crearía mecanismos permanentes de diálogo.
Paso atrás sería dejar de invitarnos a sus fiestas y relacionarse con nosotros de manera esporádica, como era hasta junio del pasado año. Lo importante no es un cóctel más o un cóctel menos, sino el reconocimiento, concluyó Cuesta.
Medios cercanos a la UE mencionan a España, Gran Bretaña y Alemania como los países miembros más proclives a la búsqueda de estas fórmulas que permitan un acercamiento al gobierno de Castro, sin abandonar el diálogo con la disidencia interna.
En tanto, la República Checa figuraría entre los más reticentes a cualquier modificación en la postura hacia La Habana. Los antiguos países socialistas que hoy integran la Unión actúan con la fe del converso y sostienen posiciones más radicales respecto de Cuba, comentó Cuesta Morúa.
(*) Esta versión de la información transmitida a las 21.42 horas GMT corrige inexactitudes en el primer párrafo.
