Por el hecho de que el ciberespacio esté lleno de ignorantes, ¿vamos a proponer la ignorancia como nueva regla para todos? Dado que tantos millones hablan mal y escriben peor ¿vamos a democratizar alegremente hacia abajo, es decir, hacia la ignorancia?
Estas preguntas corrieron por cuenta del escritor y periodista argentino Mempo Giardinelli, en el marco del III Congreso Internacional de la Lengua Española, que se desarrolla en la ciudad de Rosario.
Los interrogantes, provocadores, eran más bien un ejercicio retórico de Giardinelli. Pretendía, en realidad, convocar a "no bajar los brazos" ante esta situación. Y alertar sobre los peligros que conlleva el empobrecimiento del español en tiempos de Internet.
"La cuestión central está en el creciente desconocimiento de reglas ortográficas y hasta sintácticas que impera en las comunicaciones actuales, particularmente Internet y el llamado ciberespacio", diagnosticó.
"Me preocupa que los buscadores virtuales reemplacen al diccionario", sostuvo el ensayista peruano radicado en España, Fernando Iwasaki, y continuó: "me preocupa que cuando uno quiere saber algo tenga que ir al Google", la más popular de las herramientas de búsqueda en la red mundial de computadoras.
Internet no sólo modificó la manera de buscar información, también alteró la escritura, la lectura y hasta creó nuevos modos de relación interpersonal, como el "chat" (conversación mediante Internet en la que pueden participar simultáneamente numerosas personas).
"Es asombrosa la manera en que esos muchachos se expresan, a unas velocidades siderales, en unas terminologías abreviadas que uno no entiende… A mí me costó mucho trabajo entender que 'bn' es 'bien'", confió a IPS, preocupado, el director del periódico colombiano El Tiempo, Rafael Santos Calderón.
"Descubrí en el corto tiempo en que he estado expuesto al Messenger (popular programa de "chat") que están hablando en 'mandarín'. Yo francamente no entiendo el español que están hablando y ni sé si lo es, francamente", añadió.
Con reglas, usos y costumbres propios, los mensajes pueden resultar indescifrables para quienes no comparten el código. A través del "mail" (correo electrónico) y del "chat" circula, sobre todo entre los más jóvenes y de modo creciente, un nuevo universo simbólico.
"Durante una temporada era aficionado a entrar en 'chats', pero no puedo, porque supera mis fuerzas, escribir sin comas, sin acentos, sin puntos, y entonces cuando llevaba 10 minutos en el 'chat' decían: 'Cuidado que ha entrado un psicópata' y me tenía que ir", relató con humor el escritor español Juan José Millás, en un panel del Congreso. "Son tecnologías de uso e influencia masiva, que deterioran conscientemente el lenguaje, puesto que te obligan a poner minúsculas, a ponerlo todo junto, es decir, invitan al deterioro del lenguaje y por lo tanto, al deterioro del pensamiento", dijo más tarde Millás a IPS.
En la misma dirección concluyó Giardinelli: "Una comunidad que conoce y habla bien su lengua, siempre está en condiciones no sólo de expresar mejor sus propios deseos y de perfeccionar sus acciones, también está capacitada para recibir sin riesgo los aportes de otras lenguas y de otras tecnologías".
El idioma hablado por quienes crean la tecnología es el usado para nombrarla por primera vez, y "bautizarla". Así luego, en muchos casos, al español le resta aceptar las palabras venidas del inglés, convertidas en anglicismos.
Con todo, Tomas Eloy Martínez, reconocido escritor argentino que vive en Estados Unidos, sentenció ante la consulta de IPS que "el idioma español es fuerte, no tiene problemas de supervivencia".
El escritor y catedrático peruano Alfredo Bryce Echenique no dio crédito a los agoreros que prevén la muerte del libro a manos de las nuevas tecnologías. "Hay que tomarlo con calma, como se tomó el nacimiento de la imprenta… Siempre se anuncia el fin de algo, se dijo 'el fin del teatro', cuando apareció el cine, y sin embargo, todo sigue", adujo.
La discusión en torno a Internet, que ocupó en esta ciudad ribereña a escritores, filólogos, comunicadores y poetas, continuará probablemente en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española, previsto para 2007 en Colombia, pero el III llegó a su fin este sábado.
En la agenda de la jornada de clausura se incluyó la lectura de las conclusiones del encuentro, la difusión de un mensaje del escritor argentino Juan José Saer, e intervenciones oficiales políticas y académicas de alto nivel, entre ellas un homenaje especial al escritor argentino Ernesto Sábato, a cargo del portugués José Saramago, Premio Nobel de Literatura.
"Sobre la página de un libro se puede llorar, pero no sobre una computadora", dijo Saramago el viernes.