IRAQ: Devastadora invasión económica

Las penurias económicas tienen un efecto tan devastador como los combates para la población de Iraq, casi 20 meses después de lanzada la invasión militar encabezada por Estados Unidos.

Setenta por ciento de los iraquíes están desempleados, y si el programa de distribución de alimentos establecido por el derrocado régimen de Saddam Hussein se desmantelara, más de 25 por ciento de la población moriría de inanición, según un estudio.

En contraste, el presidente estadounidense George W. Bush prometió ”libertad e independencia, seguridad y prosperidad para el pueblo iraquí”, y elogió ”la creciente economía privada” en Iraq tras la aprobación de una ley ”que abre el país a la inversión extranjera por primera vez en décadas”.

Medidas de este tipo, aprobadas por la extinta Autoridad Provisional de la Coalición (APC), permitieron la venta de la economía iraquí a extranjeros, afirmó Antonia Juhasz, directora de proyecto del Foro Internacional sobre Globalización, con sede en San Francisco, Estados Unidos.

Por ejemplo, señala, el decreto número 39 de la APC establece ”(1) la privatización de 200 empresas públicas iraquíes; (2) 100 por ciento de propiedad extranjera de empresas iraquíes; (3) trato nacional, es decir, la prohibición de preferencias para las empresas e industrias nacionales sobre las extranjeras; (4) salida irrestricta y libre de impuestos de dividendos y otros fondos, y (5) concesiones por 40 años”.

Por lo tanto, los iraquíes no tienen ninguna preferencia en los proyectos de reconstrucción de su propio país, observó Juhasz en un informe titulado ”El traspaso de poder que no fue: Decretos ilegales son la llave de la economía iraquí para Estados Unidos”.

El título hace referencia al supuesto traspaso de soberanía realizado el pasado junio por la APC a un gobierno provisional iraquí, que no puede reformar los decretos patrocinados por Estados Unidos y tiene un papel de mero asesoramiento y consulta.

Juhasz señaló que se ha permitido a empresas extranjeras como Halliburton y Bechtel ”comprar empresas iraquíes, hacer todo el trabajo y enviar el dinero a casa”.

”No se les puede exigir que contraten mano de obra iraquí ni que reinviertan sus ganancias en la economía iraquí. Pueden sacar sus inversiones del país en cualquier momento y por cualquier monto”, resaltó.

Las consecuencias de tales decisiones se sienten en los hogares iraquíes. ”La situación económica es muy mala ahora”, manifestó Abu Ahmed al-Hadithi, un hombre de 40 años que vende verduras en el distrito Al-Adhamiya de Bagdad. ”El costo del gas y los alimentos se ha disparado”, dijo.

Las verduras que vende ahora son importadas. ”Gano menos ahora, aunque tengo nueve personas que mantener”, lamentó.

Esto es consecuencia de uno de los ”decretos Bremer”, como son llamadas las disposiciones económicas adoptadas por el ex jefe de la APC, L. Paul Bremer. El decreto número 12 elimina ”tarifas, aranceles, tasas a la importación y todo tipo de gravámenes similares a los bienes que entran o salen de Iraq”.

Juhasz señaló que esto permitió una ”inmediata y dramática invasión de productos extranjeros a bajo costo, lo cual ha devastado a los productores y comerciantes locales, que no estaban preparados para enfrentarse con la competencia extranjera”.

Otro factor que contribuye con el deterioro de la economía iraquí son los escasos fondos que han llegado para la prometida reconstrucción del país.

El analista Anthony Cordesman, del independiente Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, con sede en Washington, señaló que, al 25 de junio, de un total de 18.400 millones de dólares de asistencia prometida, sólo 333 millones de dólares han sido realmente invertidos.

Esto ha hecho que muchas fábricas permanezcan paralizadas. Au Gouda, de 50 años, trabajó en una, y ahora se ve obligado a vender verduras en el mercado capitalino de Al Adhamiya.

”Hago entre 8.000 y 10.000 dinares (cinco a siete dólares) por día, y esto apenas alcanza para alimentar a mis siete hijos y a mi esposa. La situación se volvió difícil para nosotros, y esto es lo que tengo que hacer para cuidar a mi familia”, dijo.

Muchos iraquíes sostienen que el principal factor que afecta la economía es la falta de seguridad.

”No tenemos seguridad, y esto significa que nuestra economía no puede funcionar. Las personas están en una situación crítica por el aumento de los precios. La gasolina, el transporte… todo aumentó muchísimo”, dijo Sabah Ahmed, ex funcionario público ahora desempleado.

Un ex colega suyo ahora vende caramelos en las calles. ”Antes se vendían muchos caramelos, pero ahora la gente compra menos porque no puede pagarlos”, señaló. (

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