La xenofobia, el racismo, el antisemitismo y la islamofobia están en aumento en Europa occidental, advierte un informe que se presentará en la actual sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Nuevos blancos de discriminación —inmigrantes, refugiados y no nacionales— se han agregado a las víctimas tradicionales de este flagelo: judíos, árabes, asiáticos y africanos, afirmó Doudou Diene, relator especial de la ONU sobre derechos humanos, en su informe de 20 páginas.
El racismo se agravó en todo el mundo tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, sostiene el documento.
El renacer de los movimientos racistas y xenófobos en Europa occidental debe analizarse en el marco de los actuales cambios socioeconómicos, incluida la politización de la inmigración, señala..
El resurgimiento de la extrema derecha en Europa occidental, dice Diene, es consecuencia de la crisis económica o del rápido influjo de inmigrantes no occidentales a sociedades hasta entonces homogéneas.
El informe identifica en Italia a dos partidos abiertamente xenófobos, la Alianza Nacional y la Liga del Norte, integrantes del gobierno de coalición de Silvio Berlusconi, que está en el poder desde junio de 2001.
Los representantes de estos partidos propagan un discurso racista y antiinmigrante en la sociedad italiana, y han logrado la aprobación de una ley muy estricta sobre inmigración (la ley Bossi-Fini, que lleva el nombre de los líderes de esos dos partidos) que fue impugnada por el tribunal constitucional, observó Diene.
Roma negó los cargos de racismo. En una carta a Diene, el embajador italiano ante la ONU, Paolo Bruni, manifestó sorpresa al ver a dos partidos socios de la coalición de gobierno en la lista de grupos políticos y paramilitares abiertamente racistas.
Bruni también expresó sorpresa por la inclusión del gobierno italiano entre la derecha y la extrema derecha.
Deseo recordar que la Alianza Nacional y la Liga del Norte son miembros de un gobierno que ha convertido la lucha contra el racismo, la xenofobia, la islamofobia y el antisemitismo en una prioridad de su acción política, escribió el embajador.
La ley Bossi-Fini, arguyó, contribuye a la prevención y el combate de la inmigración clandestina y su explotación criminal, mejorando así la calidad de vida de los inmigrantes y desalentando el tráfico de seres humanos.
Los relatores especiales de la ONU tienen el deber supremo de verificar la veracidad de la información que reciben, agregó Bruni.
El informe de Diene señala que en Francia, el principal partido racista y xenófobo obtuvo 17 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales de 2002, en referencia al Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen.
Uno de los principales objetivos del Frente Nacional, cuya plataforma está basada en el odio y la exclusión, es dar preferencia en el empleo y la vivienda a los ciudadanos franceses y europeos, y expulsar de inmediato a todos los inmigrantes ilegales.
En Alemania, los tres principales partidos xenófobos y antisemitas son la Unión Popular Alemana, el Partido Nacional Democrático Alemán y el Partido Republicano, pero la Oficina Federal para la Protección de la Constitución informó que a fines de 2003 existían 169 grupos de extrema derecha en el país, frente a 146 en 2002.
Como en otros países, los partidos alemanes de extrema derecha usan cada vez más la Internet para propagar sus mensajes racistas, xenófobos y antisemitas, afirmó Diene.
En Gran Bretaña, el principal grupo ultranacionalista es el Partido Nacional Británico, que en las elecciones de 2003 obtuvo el mejor resultado jamás obtenido por un partido de extrema derecha desde la década de 1970.
En Austria, tras los comicios de 1999, el ultraderechista Partido de la Libertad se transformó en el segundo partido más popular del país, con 27,7 por ciento de los votos, y se unió al conservador Partido Popular en el gobierno.
La experiencia de Austria ilustra un grave peligro que amenaza a los sistemas democráticos en Europa y el mundo: la influencia de la extrema derecha sobre partidos tradicionalmente democráticos, señala el informe de la ONU.
El documento también destaca el racismo en Holanda, Bélgica, España, Suiza y Rusia.
La situación es Rusia es especialmente preocupante, con un incremento de la violencia contra los extranjeros, en especial caucásicos, asiáticos y africanos, sostiene.
En cuanto a Estados Unidos y Canadá, el documento los define como países de contrastes.
Ambos países norteamericanos han sido refugio para numerosos grupos de inmigrantes de todo el mundo, pero por otro lado han desarrollado algunos de los movimientos e ideologías más racistas y xenófobos, dice el informe, que recordó al Ku Klux Klan, a grupos neonazis y a la persecución antiárabe y antimusulmana posterior al 11 de septiembre de 2001.