Un debate sobre la política británica hacia Iraq dejó en evidencia una suerte de guerra civil entre participantes del Foro Social Europeo (FSE) y un sindicato iraquí que apoya al régimen instalado por la ocupación estadounidense.
Algún problema se preveía, pues se anunciaba la presencia el viernes como orador del líder de la Federación de Sindicatos Iraquíes (IFTU), Subji al Mashadani, en una de las tantas deliberaciones contra la guerra en ese país del Golfo organizadas para el FSE.
Pero Mashadani fue interrumpido y empujado. Ni siquiera se le permitió permanecer en el recinto de la conferencia, el Friends Meeting House en el centro de Londres, pues un grupo de personas lo obligaron a retirarse.
Mashadani es conocido por su colaboración con las fuerzas de ocupación en Iraq.
Por eso no es precisamente popular entre los activistas que integran el FSE, rama regional del Foro Social Mundial, que reúne a organizaciones de la sociedad civil y organizaciones izquierdistas y que este fin de semana celebra su tercera conferencia.
El propio dirigente había desatado la controversia con su participación en la conferencia anual del gobernante Partido Laborista la semana pasada.
En su intervención de entonces, reclamó a los congresistas apoyo para el gobierno interino iraquí designado por la ocupación estadounidense y encabezado por Iyad Allawi.
El IFTU presionó con éxito al congreso laborista para impedir que se exigiera al gobierno del primer ministro Tony Blair fijar una pronta fecha de retirada de las tropas británicas en Iraq.
Como consecuencia de las gestiones de Mashadani y sus colaboradores, sindicalistas que participaban en el congreso retiraron su apoyo a la propuesta en ese sentido.
Es comprensible que los sindicatos británicos expresen su apoyo a la clase trabajadora de Iraq en sus luchas, extremadamente difíciles, indicó luego en una declaración la coalición Stop the War.
Pero también estableció que IFTU es una entre varias organizaciones sindicales de Iraq, y se distingue por su apoyo al gobierno de Allawi y a la ocupación extranjera de la que el gobierno depende para su existencia.
La coalición Stop the War condenó la colaboración política del IFTU con el gobierno británico, ejemplificada en el congreso laborista, y su posición de que un sindicalismo genuinamente independiente puede desarrollarse en Iraq bajo un régimen de ocupación militar.
Las diferencias entre sindicatos se agravaron durante la reunión del laborismo.
Miembros del Congreso de Sindicatos (TUC), la principal de las centrales británicas con una representación de 6,5 millones de trabajadores, se opusieron explícitamente a la ocupación de Iraq. Pero varias organizaciones integrantes del TUC apoyaron, al mismo tiempo, al líder del IFTU.
La reacción contra Mashadani el viernes dejó en evidencia las divisiones entre la coalición Stop the War y varios sindicatos. El propio TUC advirtió que se le había negado al dirigente iraquí la posibilidad de ejercer su derecho a la libertad de expresión.
De hecho, el TUC lo aceptó como legítimo representante de los sindicatos iraquíes, cuya voz debe ser escuchada si la intención es ayudar al pueblo iraquí a reconstruir su país.
El TUC no mencionó en su declaración cuál es su postura ante el rol de Gran Bretaña en la reconstrucción de Iraq, si bien dijo mantener su opinión de que la guerra fue un error y las tropas deben ser retiradas lo más pronto posible.
El único camino hacia el progreso es permitir a sectores de diversas opiniones tener la palabra, agregó.
El programa del FSE incluye varias reuniones en que se prevén manifestaciones contra la ocupación de Iraq.
Este será uno de los elementos principales del tercer FSE, dijo a IPS Chris Nineham, de la coalición Stop the War, la principal de las organizaciones que realizaron protestas en toda Europa el 15 de febrero del año pasado, poco más de un mes antes de la invasión.