Grupos ambientalistas de Estados Unidos apoyan la candidatura a la presidencia de John Kerry, por las propuestas de ese senador y por su marcado contraste con la política del actual presidente, George W. Bush, que buscará su reelección en las elecciones del 2 de noviembre.
Los activistas opinan que el gobierno de Bush, del Partido Republicano, se ha caracterizado desde su inicio en enero de 2001 por apoyar intereses de grandes corporaciones en desmedro del ambiente.
A diferencia del actual presidente, Kerry, del Partido Demócrata, se opone a explotar yacimientos petrolíferos en la estadounidense Reserva Natural del Artico, en el estado noroccidental de Alaska, y apoya el cumplimiento estricto de normas vigentes contra la contaminación del aire y el agua, que según los críticos el actual gobierno trata de debilitar.
Los ambientalistas también aprueban las posiciones de Kerry en el frente internacional, entre ellas el compromiso de priorizar relaciones con México que atiendan cuestiones ambientales y sociales de interés mutuo, como la preservación de recursos naturales en la región fronteriza.
El candidato demócrata, busca que Estados Unidos encabece los esfuerzos internacionales para reducir la contaminación que causa recalentamiento del planeta, revertir el adelgazamiento de la capa de ozono, proteger los bosques húmedos tropicales, preservar la biodiversidad y presionar por desarrollo sustentable, dijo a Tierramérica Kerri Glover, del no gubernamental Sierra Club.
Kerry apoya el uso de motores que aprovechen el combustible de modo más eficiente, para reducir la emisión de dióxido de carbono y otros gases que causan efecto invernadero, al retener calor en la atmósfera, culpados por el recalentamiento del planeta.
También promete reinsertar al país en acuerdos internacionales para proteger el ambiente como el Protocolo de Kyoto, de 1997, que busca reducir la emisión de gases invernadero por parte del mundo industrializado, y del que Bush retiró la firma estadounidense en marzo de 2001, por considerarlo perjudicial para los intereses económicos del país.
Sin embargo, también debe señalarse que Kerry, participante en la Cumbre de la Tierra que se realizó en 1992 en Río de Janeiro, y en la negociación del Protocolo de Kyoto, ha sostenido que Washington debía ratificar ese acuerdo una vez que se incluyeran en él compromisos para los países en desarrollo.
También impulsa el llamado canje de emisiones, un mecanismo compensatorio para que los países que emitan gases invernadero por encima de lo que les marca el Protocolo puedan comprar parte de su cuota a otros que estén por debajo de ella.
Por otra parte, Kerry defiende la asignación de más recursos a la implementación del Protocolo de Montreal, de 1989 y firmado por más de 150 países, para limitar la producción de sustancias que debilitan la capa de ozono. Bush ha pedido que se exceptúe a Estados Unidos de varias limitaciones establecidas en ese tratado.
Los votantes estadounidenses de origen latinoamericano han preferido históricamente a los candidatos demócratas, y esa tendencia se mantiene en esta campaña, entre otras cosas por el apoyo de Kerry a sendos proyectos de ley para legalizar la situación de inmigrantes irregulares, uno sobre trabajadores rurales y otro sobre jóvenes.
Las cuestiones más importantes para la comunidad latinoamericana son las leyes de inmigración y la protección de sus propios empleos, comentó a Tierramérica el director de políticas de Centro de Recursos Interhemisférico, Tom Barry.
Pero las reformas en esos terrenos sólo serán viables si van acompañadas por un firme apoyo a políticas de desarrollo en los países de origen de los inmigrantes, especialmente en México, para que la migración a Estados Unidos deje de ser una válvula de escape, apuntó.
Una incertidumbre asociada con el eventual triunfo de Kerry es que éste ha votado sistemáticamente a favor de acuerdos de libre comercio con la región, pero el candidato a la vicepresidencia que lo acompaña, John Edwards, es un ferviente proteccionista, que se opuso al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con Canadá y México, y a proyectos similares con países caribeños, centroamericanos y andinos.
Además, Kerry insiste en que no acotará el ingreso a Estados Unidos de productos latinoamericanos, pero también desea renegociar el Área de Libre Comercio de las Américas y un tratado de libre comercio con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, para que incluyan normas más severas en materia laboral y ambiental.
Algunos críticos alegan que esas normas sólo servirán para limitar el comercio, si no las acompañan otras que contrapesen las desigualdades internacionales e impulsen el desarrollo sustentable.
Por otra parte, los comentarios hostiles de Kerry sobre los presidentes de Cuba y Venezuela, Fidel Castro y Hugo Chávez, pueden hacerle perder apoyo entre votantes progresistas interesados en América Latina, señaló Larry Birns, director del no gubernamental Consejo de Asuntos Hemisféricos..
Ese grupo de votantes incluye, entre otros, a integrantes de grupos religiosos, sindicalistas, académicos y activistas por los derechos de los inmigrantes, y suma varios millones de personas, que pueden votar por el candidato independiente Ralph Nader si las posiciones de Kerry no los satisfacen, indicó.
Nader, que cuenta con menos de cinco por ciento de apoyo en las encuestas sobre intención de voto, no ha expresado con claridad su programa en relación con la región, pero es percibido como la alternativa a la izquierda de Kerry para los desencantados con éste.
* Publicado originalmente el 2 de octubre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.