México firmó este viernes un Acuerdo de Asociación Económica (AAE) con Japón, ratificando su récord mundial en tratados de libre comercio, marca que no ha rendido, sin embargo, los frutos esperados.
El presidente de México, Vicente Fox, y el primer ministro japonés Junichiro Koizumi se reunieron en la casa presidencial mexicana para suscribir el tratado, que abrirá los cerrojos arancelarios entre 2005 y 2014. Los gobernantes afirmaron que gracias al acuerdo habrá nuevas inversiones y empleos en sus respectivos países.
Para México, país de 100 millones de habitantes que compra y vende al mundo por valor de 320.000 millones de dólares al año, éste es el décimo segundo tratado comercial desde 1992, lo que lo convierte en líder.
Para Japón, una de las principales economías del mundo, con 128 millones de habitantes y un comercio anual global que supera los 800.000 millones de dólares, éste es el primer acuerdo con un país de América Latina.
Se espera que el intercambio se triplique en cinco años. En el primer semestre de 2004 el comercio bilateral fue de 4.717 millones de dólares, con un gigantesco déficit para México de 4.257 millones.
Además, aumentará la cooperación técnica, la inversión y el turismo, materias también incluidas en el AAE.
Pero no sólo eso. Japón, que concentra más de 60 por ciento de sus ventas en Estados Unidos, Europa y Asia, reconoció su interés de que el nuevo tratado le abra puertas hacia los mercados de América Latina.
El acuerdo será un motor de expansión principalmente para la economía de México, pero también para la de sus socios comerciales en América Latina y América del Norte, señaló Fox en la ceremonia de firma del acuerdo.
Con cada firma de instrumentos comerciales, las autoridades mexicanas prometen prosperidad. Sin embargo, la pobreza y otros rezagos se mantienen.
Entre 1992 y 2002 el producto interno bruto por persona registró un crecimiento promedio de apenas 0,96 ciento, y la pobreza afecta hoy a más de la mitad de los 100 millones de habitantes.
Julio Boltvinik, investigador del Colegio de México y experto en medición de pobreza, afirma que los hogares mexicanos actuales tienen similares ingresos a los que percibían en los años 80 y la inequidad no cede.
El estatal Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática señala que el 10 por ciento más pobre recibe 1,64 por ciento del ingreso total, mientras que el 10 por ciento más rico recibe 35,5 por ciento.
Las promesas de desarrollo ligadas al libre comercio son una falacia y México es un claro ejemplo de eso, dijo a IPS Héctor de la Cueva, dirigente de la Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio.
No todos están de acuerdo. El investigador Víctor Tavárez, de la Universidad Iberoamericana, estima que los problemas de la pobreza tienen causas diversas.
Si México hubiera permanecido cerrado al comercio mundial o tuviera acuerdos diferentes, es muy posible que la pobreza fuera hoy mucho mayor, dijo Tavárez a IPS.
A pesar de los 12 tratados firmados y los 13 en negociación, la promesa de diversificación de mercados tampoco se ha cumplido.
Más de 90 por ciento del intercambio mexicano se realiza con Estados Unidos, vecino con el que acordó en 1994 el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al que también pertenece Canadá.
Además, México es hoy un exportador esencialmente de manufacturas de maquilas, enclaves en los que se ensamblan bienes de exportación con insumos que ingresan al país libres de gravámenes.
Esa tendencia se reafirmaría con el recién firmado acuerdo con Japón, reconoció el secretario (ministro) de Economía de México, Fernando Canales.
Con el nuevo tratado nos convertiremos en el destino típico de la inversión japonesa, que sacará provecho de nuestra mano de obra joven y propositiva, la vocación maquiladora del país y la ubicación preferencial que tenemos, dijo Canales.
Japón, uno de los 10 países de mayor desarrollo humano del mundo según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), invierte unos 26.000 millones de dólares anuales en el exterior.
México, en el puesto 40 de la lista de desarrollo humano de la ONU, recibe cerca de 1,5 por ciento de esas inversiones.
La negociación del acuerdo, que entrará en vigencia en 2005 una vez que lo aprueben los respectivos parlamentos, insumió 16 meses y tocó áreas delicadas de la agricultura japonesa, una de las más protegidas del mundo.
Desde 2005, una tercera parte de las exportaciones agropecuarias de México a Japón ingresarán libres de aranceles. En los siete años siguientes, las ventas agrícolas mexicanas con arancel cero deberán abarcar 50 por ciento del total.
Por parte de México, que exporta al país asiático alimentos como tomate, ajo, cebolla, limón, mango, aguacate, vinos, tabaco y huevos, la apertura inmediata a los bienes agrícolas japoneses será de 44 por ciento y de más de 90 por ciento para los productos industriales.
El acuerdo con Japón se suma al TLCAN (el principal para México), y a otros con Bolivia, Costa Rica y Chile, con el llamado Grupo de los Tres, que conformó con Colombia y Venezuela, y con Nicaragua, Israel y Uruguay.
Además, México tiene acuerdos con la Unión Europea, con el llamado Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y el Salvador), y con la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza).
Los instrumentos de apertura comercial en proceso de negociación son, entre otros, el Area de Libre Comercio de las Américas (impulsada por Estados Unidos), y una asociación preliminar con el Mercosur (Mercado Común del Sur, conformado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay).
Menos avanzadas están las tratativas con Belice, Corea del Sur, Ecuador, Nueva Zelanda, Panamá, Perú, Singapur, Tailandia y Trinidad y Tobago.