Los filipinos continúan dirigiéndose a Iraq en busca de trabajo a pesar de la prohibición de Manila, que retiró sus tropas de ese país para lograr la liberación de un camionero tomado como rehén.
Los trabajadores migrantes filipinos se dirigen al país árabe ocupado a través de Emiratos Arabes Unidos, a pesar de que el gobierno de Gloria Macapagal Arroyo les prohibió viajar allí.
Angelo de la Cruz, camionero y padre de ocho niños, fue secuestrado el 7 de julio en Bagdad por combatientes islámicos que amenazaron con decapitarlo si Filipinas no retiraba a sus 51 soldados de la coalición militar encabezada por Estados Unidos que ocupa el país árabe.
El 8 de julio, las autoridades migratorias impidieron que unos 120 trabajadores filipinos volaran rumbo a Iraq vía Dubai, cuando la presidenta Macapagal Arroyo emitió la orden en ese sentido.
No es justo, dijo a IPS un obrero de la construcción que se hace conocer con el nombre ficticio de Joseph, quien ya se encontraba en Dubai con visa de turista con el plan de dirigirse a Iraq.
Las condiciones de trabajo y los secuestros no me preocupan. Prefiero ir ahí a trabajar que regresar a mi país a mantener a mi familia sin un empleo. Deberían dejar que nosotros decidamos si ir o no, agregó.
Joseph es uno entre muchos filipinos que viajan a través de Dubai rumbo a Iraq, donde les espera un riesgoso trabajo en la industria de la construcción.
Unos ocho millones de filipinos se encuentran trabajando fuera de su país. Las remesas que envían a sus familias suman más de 7.000 millones de dólares al año. Para ellos, Iraq es una posibilidad más de escapar de la pobreza y del desempleo.
Según las estadísticas disponibles, al menos 4.000 filipinos están trabajando en Iraq, la mayoría como empleados de las fuerzas militares estadounidenses y en empresas privadas.
Fuentes del gobierno iraquí informaron que los filipinos constituyen el principal grupo de trabajadores extranjeros. Versiones extraoficiales indican que otros 4.000 trabajan ilegalmente en obras de construcción encargadas a firmas estadounidenses y británicas.
Estamos enviando regularmente carpinteros, cocineros, asistentes administrativos, peones de depósito, operadores de lavandería y choferes a Iraq, y muchos de ellos son filipinos, dijo el empleado de una agencia de trabajo de Dubai que solicitó reserva de su identidad.
Los 500 o 1.000 dólares que ganan por mes en Iraq tal vez no sea una fortuna, pero es mucho mejor que el salario mínimo de su país, de 140 dólares tras deducir los impuestos, añadió el informante.
La prohibición dictada por Macapagal Arroyo tendrá escaso efecto entre los trabajadores filipinos que se dirigen a Iraq. Entre 100 y 150 aún van allí cada día, aunque saben de la prohibición y del peligro que corren sus vidas , aseguró el empleado.
Los trabajadores filipinos pueden ser detenidos por las autoridades migratorias si intentan viajar a Iraq directamente desde Manila, pero pueden esquivar la prohibición si lo hacen a través de otros países de Medio Oriente sin aclarar su destino final.
Y de todos los países de la región que contratan a extranjeros, los mejores salarios son los de Iraq, dijo el empleado de la agencia de trabajo.
Eso es tan obvio… No quiero trabajar por menos y estoy dispuesto a asumir el riesgo, sostuvo Joseph. Un amigo suyo, que se hace llamar Ramón, coincidió con él. Puedo obtener 300 dólares por mes si trabajo en Iraq, y en casa me pagan la mitad, aseguró.
Es difícil encontrar empleo en Filipinas. No siento temor si se trata de dar un plato decente de comida a mi familia cada día. Una empresa busca 25.000 trabajadores: albañiles, secretarias, cocineros, ingenieros, diseñadores… Definitivamente, pediremos empleo allí, agregó Ramón..
Según diversas versiones, los filipinos son contratados por empresas estadounidenses y británicas sin conocimiento del gobierno en Manila.
Mientras, la presidenta Macapagal Arroyo solicitó a los filipinos en Iraq, en especial a los indocumentados, que se pongan en contacto con los funcionarios de la Embajada en Bagdad.
Estamos decididos a garantizar su seguridad y a sacarlos del peligro en caso de crisis o emergencia, sostuvo la mandataria en una declaración
El portavoz presidencial Ricardo Saludo dijo a la prensa en Manila que el gobierno carece de posibilidades de controlar los movimientos de todos los filipinos en el extranjero, especialmente si viajaban sin los documentos apropiados.
Lo mismo puede decirse de otros países de Asia de donde muchos viajan hacia Iraq sin documentos, y eso es por la porosidad de las fronteras, agregó. (