Más de 10.000 personas asistirán a más de 300 actividades programadas para el Primer Foro Social de las Américas (FSA), que se iniciará este domingo en la capital de Ecuador.
El encuentro regional es parte del Foro Social Mundial (FSM), que reúne anualmente a decenas de miles de representantes de grupos sociales, organizaciones no gubernamentales y activistas contrarios al rumbo actual de la globalización.
El propósito es profundizar el debate sobre los alcances regionales de la globalización neoliberal, y dar mayor espacio de expresión al pensamiento crítico, las experiencias de resistencia y la construcción de alternativas, afirman los organizadores.
Como antesala del FSA, se celebra la II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, con la presencia de 700 indígenas de la región, inaugurada el miércoles.
En el idioma de los kunas de Panamá, Abya Yala es América, la tierra en plena madurez.
[related_articles]
Para Luis Macas, uno de los líderes indígenas más respetados de Ecuador, la cumbre es una forma de unir esfuerzos para combatir al neoliberalismo, que va directamente contra las comunidades porque busca imponer el mercado sobre las formas colectivas que han desarrollado los pueblos durante siglos.
Macas fue fundador y presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), diputado y, en los primeros seis meses del actual gobierno de Lucio Gutiérrez, ministro de Agricultura.
Los sectores de poder en las Américas y el gobierno de Estados Unidos ven al movimiento indígena como una amenaza a la democracia excluyente, que ellos defienden, dijo Macas en la apertura de la cumbre.
En cambio, la visión indígena se propone una democracia basada en la convivencia desde la comunidad, desde lo comunitario.
En la comunidad nos ayudamos unos a otros solidariamente al construir nuestras casas, al sembrar, al construir un camino, y las decisiones son tomadas en forma colectiva en busca del consenso, argumentó Macas.
Y esa búsqueda obliga a que todos participen con sus opiniones y sus propuestas, añadió.
Hay casi 50 millones de indígenas en una población latinoamericana de más de 500 millones. Ochenta por ciento de ellos viven en la pobreza. En Ecuador la población nativa suma 30 por ciento de los casi 13 millones de habitantes.
La indígena es una democracia incluyente, más participativa que la democracia en la que uno concurre solamente a emitir un voto que no significa influir en las decisiones posteriores de quien es electo, comentó.
Macas se refirió al caso de Gutiérrez, quien asumió la presidencia en enero de 2003 tras haberse comprometido con un programa de gobierno progresista, incluyente y participativo, que pronto abandonó.
El se eligió con el apoyo del movimiento indígena y como no cumplió con el programa, tuvimos que romper con su gobierno, explicó el ex presidente de la Conaie.
Gutiérrez viene aplicando una política divisiva hacia el sector indígena, como cambios en los decretos que rigen la Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe, la Dirección de Salud Indígena y el Consejo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador, que eran autónomos, para colocar indígenas vinculados a su gobierno, politizando esos organismos, aseguró.
Desde que (los indígenas) nos echamos a caminar estamos en la construcción de otro mundo, que no lo haremos solos sino con la unidad con diferentes movimientos sociales, y esa es parte de la propuesta del Foro Social Mundial, concluyó.
Para Rodolfo Fucops, dirigente maya de Guatemala, el mayor problema que enfrentan los indígenas de las Américas son los tratados de libre comercio, que ignoran las cuestiones sociales.
En Guatemala, el tratado de libre comercio (firmado este año) con Estados Unidos no fue discutido con los pueblos indígenas. No se debatió sobre los efectos en las comunidades, cuando se sabe que tendrá gran impacto sobre la producción agrícola nacional que no podrá competir con la estadounidense, opinó Fucops.
El presidente de la Ecuarunari, la mayor organización de la Conaie, que reúne a los pueblos de la nacionalidad quichua, también se mostró preocupado por las negociaciones de Ecuador con Estados Unidos para un tratado comercial.
Según Humberto Cholango, los indígenas elaborarán una propuesta para oponerse globalmente al proceso de creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsado por Washington, y a los acuerdos de libre comercio.
Es importante trabajar una propuesta de articulación con diversos sectores políticos y sociales a nivel continental para oponernos a la construcción del mundo unipolar que intenta imponer Estados Unidos, valiéndose de instrumentos económicos como el ALCA o los TLC (tratados de libre comercio) y de instrumentos político-militares como el Plan Colombia antidrogas y antiinsurgente, dijo Cholango.
El líder propuso conformar una gran alianza latinoamericana entre el movimiento indígena, los diferentes movimientos sociales y los gobiernos progresistas como el del (presidente) venezolano Hugo Chávez, el del brasileño (Luiz Inácio) Lula da Silva y el del argentino (Néstor) Kirchner.
Esa alianza podría construir la integración de América Latina para oponerse a la arremetida estadounidense, argumentó.
El nativo peruano Miguel Palacín Quishpe, de la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería, también cree que el acuerdo que discute Lima con Washington será perjudicial para las comunidades de su país.
Cuando finalice la cumbre indígena, este domingo, la mayoría de los participantes se sumará al FSA, que se extenderá hasta el viernes 30 de julio.
Desplegando un esfuerzo enorme, un grupo de organizaciones convocó a la sociedad civil hemisférica para analizar la realidad, intercambiar experiencias de resistencia y plantear salidas a los retos del momento, explicó el analista económico Alberto Acosta, integrante del comité organizador del FSA.
Esta es una gran oportunidad para abrir el horizonte y elevar la mira en la lucha contra el neoliberalismo y contra toda forma de dominación y exclusión, opinó.
El encuentro será un espacio democrático y pluralista, abierto a la participación de todas y todos quienes compartimos este compromiso de construcción de un mundo distinto, dijo a IPS la indígena Blanca Chancoso, presidenta del Capítulo Ecuador del Foro Social Mundial y del comité organizador del FSA.
Es además un momento para compartir la riqueza cultural y la diversidad del continente, con especial reconocimiento a la presencia y vitalidad de los pueblos indígenas y afrodescendientes, dijo Chancoso.
Las discusiones de los globalifóbicos se canalizarán en cinco ejes temáticos.
En el Orden económico se incluirán empobrecimiento humano y ambiental, deuda externa, corrupción, mercado total (ALCA-Organización Mundial del Comercio), derechos económicos, economía productiva y construcción de alternativas.
La Faz violenta del proyecto neoliberal abarcará el tratamiento de la hegemonía estadounidense, militarismo, control estratégico de la biodiversidad, violencia sexista, las resistencias y el surgimiento de nuevos sujetos.
Poder, democracia y Estado se dividirá en la construcción de democracia en un período de quiebre de estructuras internacionales, las dinámicas de poder en gobiernos nacionales y locales, y las instancias subregionales, regionales y mundiales de integración.
En Culturas y comunicación se abarcará la resistencia cultural, la memoria, la construcción de identidades, espacios y prácticas de creación, lenguajes críticos y alternativos, la construcción de medios de comunicación democráticos y participativos.
El eje de Pueblos indígenas y afrodescendientes debatirá sobre derechos colectivos, territorios, autonomía, diversidad y pluriculturalidad, economía indígena, conocimientos y propiedad intelectual.
El enfoque de género y de diversidad estarán presentes en todas las actividades, identificados como ejes transversales del foro.
La programación incluirá conferencias, testimonios, paneles, talleres, iniciativas artísticas, campamentos indígenas y de jóvenes y movilizaciones.
La organización cuenta con aporte económico de varias agencias internacionales de desarrollo, universidades de Ecuador y de la prefectura (gobierno) de la provincia Pichincha, distrito al que pertenece Quito.