CARIBE: Haití y Granada, vidas paralelas

La Comunidad del Caribe (Caricom) debe darle una oportunidad a Haití, como en el pasado se la dio a Granada a pesar de sus rupturas institucionales, dijo a IPS el primer ministro granadino Keith Mitchell.

Granada, recordó Mitchell, gozó de la ayuda, la compasión y ”la paciencia de muchos países amigos e instituciones” en su camino al régimen democrático. ”La Caricom debe ofrecer a Haití un paquete de apoyo similar”, sostuvo.

”El bloque tuvo un enfoque muy basado sobre los principios respecto de los últimos acontecimientos haitianos, y creo que llegó el momento de comprometer más a Haití en la vía hacia la democracia y el desarrollo”, declaró el gobernante granadino.

”El pueblo haitiano necesita a sus hermanos y hermanas del Caribe ahora”, concluyó Mitchell, cuya posición contrastó con la de su par jamaiquino Percival Patterson en la cumbre de la Caricom, que concluyó tras cuatro días de sesiones el miércoles en Saint Georges.

La decisión tomada por la cumbre de ”volver a comprometer” a Haití con la Caricom deja en evidencia, según el primer ministro Mitchell, la necesidad de hacer concesiones ”por el éxito de la región como un todo”.

El vínculo con Haití dominó los cuatro días de cumbre anual en la isla Caliviginy, al sur de Granada. Los líderes acordaron reanudar la cooperación con el gobierno interino del primer ministro haitiano Gerard Latortue, respaldado por Estados Unidos, pero sin reconocerlo formalmente.

Los jefes de gobierno se han rehusado a dar legitimidad al régimen de Latortue, instalado poco después de que el depuesto presidente Jean-Bertrand Aristide dejó Puerto Príncipe en un avión arrendado por Estados Unidos rumbo a República Centroafricana el 29 de febrero.

La Caricom dejó vacante en marzo el lugar de Haití, y desde entonces exige a la ONU una investigación sobre las circunstancias que rodearon la caída de Aristide, hoy exiliado en Sudáfrica.

Aristide, un ex sacerdote católico, se convirtió en el primer presidente democráticamente electo de Haití por abrumadora mayoría en 1990. Fue derrocado un año después por un golpe militar, pero restaurado en el poder por tropas estadounidenses en 1994.

El líder populista tenía una mala relación con fuerzas conservadoras de Washington. El gobierno de George W. Bush, iniciado en 2001, originalmente lo apoyó, pero con el paso del tiempo sugirió que el mandatario debía abandonar el poder.

El 29 de febrero, con milicias rebeldes avanzando sobre Puerto Príncipe, Aristide debió abandonar el país, en lo que luego aseguró que se trató de un golpe de Estado y un secuestro apañados por Estados Unidos y Francia.

La historia reciente de Haití tiene ribetes similares con acontecimientos de hace dos decenios en Granada, donde el socialista Maurice Bishop llegó al poder en 1979 de la mano de los golpistas que derrocaron al ex primer ministro Eric Gairy.

En cuatro años, el régimen puso en marcha un proceso revolucionario, impulsando la creación de organizaciones de base y un sistema de economía mixta.

En 1983, al retornar de un viaje a Europa y Cuba, Bishop fue sometido a prisión domiciliaria por el ejército. Una multitud de manifestantes liberó a Bishop, pero el 19 de octubre fue ejecutado junto a altos miembros de su gobierno.

Seis días después, 6.000 infantes de marina (marines) de Estados Unidos invadieron Granada con el propósito declarado de restaurar el orden, proteger a cientos de estadounidenses residentes en la isla y detener el ingreso de asesores militares de Cuba.

Las tropas estadounidenses patrocinaron el interinato de Nicholas Braithwaite, y las urnas determinaron un gobierno definitivo en 1984, encabezado por Herbert Blaize, del Partido Nuevo Nacional.

El primer ministro jamaiquino Patterson dijo a la cumbre que le complacía que la Caricom no hubiera dejado de lado sus principios intentando mejorar el vínculo con el gobierno interino haitiano.

Mientras, el primer ministro de San Vicente y Granadinas, Ralph Gonsalves, dijo que el ambiente tras la partida de Aristide no ha cambiado, ni la posición de la Caricom hacia el gobierno interino haitiano.

”No he visto ningún avance en la administración de Latortue, quien fue instalado por los estadounidenses. No hay democracia hoy en Haití”, sostuvo Gonsalves.

Mientras, el primer ministro de Santa Lucía, Kenny Anthony, dijo a IPS que la Caricom ”traza un camino hacia el poder político basado sobre la libertad de los ciudadanos para elegir gobierno por su libre voluntad”.

”No apoyamos la imposición de gobiernos. Entendemos que habrá rupturas constitucionales de tanto en cuando, pero eso no significa que pueda haber usurpaciones ilegales de la democracia”, advirtió Anthony.

”Esta región ha indicado al resto del mundo que seguirá ciertos principios para guiar su comportamiento político”, sostuvo.

El canciller de Haití, Yvonne Simeón, mantuvo reuniones informales con sus pares de la Caricom en Granada, y antes de regresar a su país dijo a IPS que su gobierno está dispuesto a cumplir con las condiciones establecidas por los líderes del bloque para regresar a la organización.

Entre esas condiciones figuran la celebración de elecciones generales libres y justas, así como el desarme y la desarticulación de las organizaciones que se rebelaron contra Aristide. (

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