La Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) echó a andar este viernes un Consejo Empresarial, para identificar oportunidades de negocios y constitución de sociedades mixtas entre sus ocho miembros, una aspiración manifestada desde la creación del grupo en 1996.
El objetivo de ir más allá de la cooperación política, diplomática y cultural fue confirmado en la ceremonia por representantes del sector privado de Angola, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Portugal, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental.
El Consejo, cuya Asamblea General será presidida por el brasileño Ruy Altenfelder Silva, de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, va a operar como una gran cámara de comercio e industria que unirá a los empresarios de los ocho países de nuestra comunidad, en una dimensión económica capaz de dinamizar la relación entre ellos, se aseguró en una rueda de prensa tras el lanzamiento.
También brindará acceso a los mecanismos de cooperación empresarial y económica de los bloques de los que forman parte los Estados miembros. Brasil integra el Mercosur (Mercado Común del Sur), Portugal la Unión Europea, Mozambique la Comunidad de Desarrollo de África Austral, y Angola, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Santo Tomé y Príncipe la Unión Económica y Monetaria de los Estados de Africa Occidental.
Uno de los objetivos fundamentales del Consejo es convertir a los países de la CPLP en espacios económicos más atractivos para la inversión extranjera, muchas veces limitada por una gigantesca burocracia heredada del colonialismo portugués.
La decisión de dotar a CPLP de una vertiente económica y empresarial, fue adoptada en la III Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de esa comunidad, realizada en Maputo en julio de 2000, y tardó cuatro años en concretarse.
Entre la decisión política y el primer intento por formar el Consejo Empresarial pasaron dos años, hasta la celebración del Foro Empresarial de la CPLP, en junio de 2002 en Lisboa.
Luego hubo otro compás de espera, hasta un encuentro de junio de 2003 en Fortaleza, al noreste de Brasil, donde el sector privado de los países lusófonos se reunió un mes antes de la cumbre ministerial de cancilleres en Coimbra, al norte de Portugal.
De esas tres instancias sólo salieron buenas intenciones sobre el empeño para impulsar la creación del Consejo Empresarial.
La canciller portuguesa, Teresa Patricio Gouveia, resaltó este viernes entre los objetivos centrales del Consejo la promoción de un contacto más estrecho entre los empresarios, la creación y el refuerzo de las asociaciones empresariales, el intercambio de información sobre proyectos, programas y concursos públicos, el desarrollo de sociedades y la búsqueda de formas de financiamiento para la formación de recursos humanos.
La dirección general del nuevo organismo estará a cargo de la angoleña Albina Faria Africano, de la empresa petrolífera Sonangol, y el vicepresidente será Antonio Nunes, presidente de la Asociación de Agricultores de Guinea-Bissau, mientras a cargo del Consejo Fiscal estará el caboverdiano José Ricardo Benoliel, de la Asociación Comercial de Sotavento.
Al clausurar el encuentro, Faria Africano subrayó que es más fácil el acceso a fondos financieros en términos globales, como grupo de empresarios, que individualmente, ya que no siempre se tiene acceso ni siquiera a una información sobre esos apoyos.
Altenfender Silva hizo hincapié en la necesidad de crear de una red de información sobre los ocho países de la CPLP, con el objetivo de actualizar las oportunidades de desarrollo en el campo económico, social y en la lucha por la erradicación de la pobreza y del analfabetismo.
Entre los integrantes del directorio estarán Carlos Antonio da Conceição, de la Asociación Industrial de Mozambique, Abilio Afonso Henriques, presidente de la Cámara de Comercio de Santo Tomé y Príncipe, y Renato Machado Martins, director de la firma brasileña Odebrecht.
También Felipe Mauricio Botton, de la Asociación Portuguesa para el Desarrollo Económico y la Cooperación, y Jorge Manuel de Araujo, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Timor Oriental .
La idea de crear la CPLP fue lanzada por primera vez a inicios de los años 90 por José Aparecido de Oliveira, ex ministro de Cultura de Brasil y ex gobernador de Brasilia, entre otros antecedentes políticos destacados, a quien el ex presidente brasileño Itamar Franco (1992-1995) nombró embajador en Portugal para impulsar esa iniciativa.
Franco fue sucedido por Fernando Henrique Cardoso (1995-), cuyo canciller, Felipe Lampreia, frenó el ímpetu de Aparecido de Oliveira y favoreció una CPLP más diplomática y formal que política y cultural, señaló a IPS José Carlos de Vasconcelos, director editorial de Impresa, el principal grupo periodístico portugués.
La posición de Brasil es determinante en este proceso, porque ese país sudamericano es por sí solo 70 por ciento del mundo que habla portugués.
Contra las expectativas de los más fervientes defensores de la CPLP, Brasilia decidió imponer el orden alfabético para asumir la secretaría ejecutiva de ese grupo, lo que cerró el paso a Aparecido de Oliveira y permitió que el presidente angoleño José Eduardo dos Santos se librase de su primer ministro, Marcolino Moco, afirmó Vasconcelos, considerado uno de los mejores conocedores de la realidad brasileña en Portugal.
Cuando Brasil retiró de la escena a Aparecido de Oliveira, fue un balde de agua fría para los defensores de la comunidad en Portugal y en los países africanos lusófonos, sostuvo.
Todos sabíamos que en lugar de un espacio de amplio debate e intercambio político, económico y cultural, la CPLP se convertiría en una organización con una perspectiva muy diplomática, que actúa dentro de los límites del buen comportamiento que es lo que realmente ocurrió, concluyó el analista.
Esa percepción fue corroborada por IPS entre varios empresarios africanos presentes en el encuentro de este viernes, que aplaudieron los principios enunciados pero lamentaron la falta de oportunidades reales para establecer nuevos contactos, calificando la reunión de demasiado institucional. (